Inglaterra tiene en sus manos la posibilidad de volver a escribir su nombre en la historia de los Mundiales, y de la mano de Gareth Southgate y Harry Kane, puede llegar a ser una realidad. Con una cómoda victoria 0-2 sobre Suecia, los Tres Leones consiguieron regresar a semifinales de una Copa del Mundo tras 28 años de ausencia.
Lucho Suárez | LaPatilla.com
No está claro si el público tenía muchas expectativas de “colirio futbolístico” con respecto a este partido, pero la verdad es que éste fue complicado para ambas escuadras, y eso forma parte del deporte rey, tanto suecos como ingleses tenían planteamientos claros, diferentes, pero el objetivo era el mismo, así quien pegara primero tendría la victoria prácticamente asegurada.
En un principio, los dos equipos se analizaban con respeto, no cedían espacios, el que cometiera errores mínimos, o concediera espacios reducidos, la pagaría caro, y un descuido defensivo desde un corner le abrió las puertas del marcador a los británicos.
Ashley Young colgó la redonda al corazón del área vikinga como con un guante hacia la frente de Harry Maguire, quien se anticipó a los centrales rivales para volar por los aires y cabecear hacia la victoria victoria inglesa, que se encontraba en el fondo del arco custodiado por Robin Olsen.
Liquidar o sufrir, la decisión fue fácil, pero no sencilla
Con un tanto arriba, los rojos tenían dos opciones: Ponerle el candado a la pizarra y buscar los goles que les den una clasificación cómoda, o pasarla, literalmente, mal para defender un marcador mínimo… Un poco de ambas alternativas fue el segundo tiempo inglés, que tendrían como protagonista a su guardameta Jordan Pickford.
Transitaba el 57‘ y otro gazapo de la zaga escandinava dejó a los ingleses con las mieles del gol a un solo paso. Jesse Lingar condujo la pecosa por el borde derecho del área contraria, éste se dio cuenta que el bloque defensivo auriazul se encontraba en línea y atento de los movimientos de Harry Kane, omitiendo a un astuto Dele Alli que penetró el espacio con un gran desmarque por izquierda, y en esa apertura, el atacante del Manchester United colocó la bocha para que el puntero del Tottenham la mandara a guardar con su testa.
Con esta importante victoria, Inglaterra clasifica a una semifinal del mundo después de 28 años, cuando consiguió el cuarto puesto en la Copa del Mundo de Italia en 1990.
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