Crisis ambiental en Venezuela: Cinco problemas que siguen creciendo ante la desidia gubernamental

Crisis ambiental en Venezuela: Cinco problemas que siguen creciendo ante la desidia gubernamental

 

Venezuela está sumida en una de las peores crisis de su historia, y una de las áreas más afectadas es el ambiente, que tiene impacto en los recursos naturales y en la calidad de vida de la población.

Walter Obregón / Corresponsalía lapatilla.com

Los problemas ambientales existentes son variados y muy amplios, a juicio del ingeniero forestal y en otrora docente de la Universidad de Los Andes (ULA) de Mérida, José Rafael Lozada Dávila. Una labor ambiental eficiente tiene prioridades, y en ese sentido los más graves problemas que apunta el especialista son la deforestación, los desechos sólidos, la contaminación del agua por efluentes domésticos y agroquímicos, los derrames petroleros y la minería en la Guayana venezolana.

En este orden mencionado, son para el experto consultado por lapatilla.com, las prioridades que recomienda atender en la Venezuela del futuro.

Deforestación: lo más grave

La deforestación viene a ser para el ingeniero Lozada Dávila, el problema ambiental más grave en Venezuela, porque significa la destrucción de los sistemas boscosos, principalmente con el fin de dar paso a la ganadería y la agricultura.

La realidad indica que los nuevos campesinos que quieren desarrollar agricultura o ganadería, no consiguen tierras disponibles “en terrenos bajos” y en zona llana, viéndose obligados a recurrir a las montañas o zonas de altas pendientes, o a la Guayana venezolana.

“El problema es que las zonas de altas pendientes son áreas protegidas”, porque pertenecen a parques nacionales, zonas hidráulicas, y son áreas donde no debería estar haciéndose la deforestación, “pero está ocurriendo”, afirmó.

En el año 2023 se publicó un trabajo que se llama MapBiomas Venezuela, que se encuentra disponible en internet, donde se pueden observar los mapas de la vegetación en Venezuela desde 1985 hasta 2022, el cual está en constante revisión.

Es importante señalar que para el año 2020, la FAO indicaba que en Venezuela había una superficie de 46.2 millones de hectáreas de bosques, y en ese mismo año MapBiomas está determinando que existen 53.7 millones de hectáreas de bosques, cuya diferencia está dada por las metodologías utilizadas en el estudio de medición.

Un dato importante del ingeniero Lozada Dávila por la lectura de los mapas, es que los bosques de la cuenca del Lago de Maracaibo, se puede decir que han desaparecido casi en su totalidad. Los bosques de los llanos occidentales, de los llanos centrales y llanos orientales, y áreas protegidas como reservas forestales, en la actualidad están convertidas en simplemente pastizales.

Hay imágenes que demuestran que la deforestación en Venezuela está yendo a las zonas de las montañas, en el Piedemonte Andino, en los bosques de selvas nubladas en Mérida y en los Pueblos del Sur.

La solución para el problema de la deforestación tiene que iniciarse por un gran acuerdo nacional, donde participen buena parte de los ministerios operativos, instituciones que dependen del Gobierno y organizaciones de la sociedad civil, como agricultores, ganaderos, gremios, entre otras.

Lozada Dávila propone como idea lograr “deforestación meta cero para el año 2030”, y que Venezuela entonces esté equiparada con acuerdos internacionales que están buscando esa meta.

Desechos sólidos, un retroceso

“Para mí esto es muy grave por lo que estoy viendo en el país”, expresa Lozada Dávila, debido a que en muchos lugares la basura se está almacenando en las calles, las avenidas, y en muchas ciudades de Venezuela pudiera estar ocurriendo lo que ha sido su experiencia, en su casa de Mérida, que el aseo urbano pasa solo una vez a la semana.

“Esto induce a la proliferación de alimañas, roedores, cucarachas, chiripas, y esto es un grave problema de salud”, explica.

En opinión del ingeniero forestal José Rafael Lozada, en Venezuela no existe un relleno sanitario que funcione con las normas técnicas establecidas para tal fin. Lo que se tienen son “botaderos de basura” y eso “no se puede llamar relleno sanitario”.

La basura es dejada en un terreno donde luego le pasan una máquina para compactarla, y en ocasiones le colocan una capa de tierra por encima, por lo tanto, eso es un simple “botadero de basura”.

“Técnicamente un relleno sanitario debe tener un sistema de recolección de lixiviados (sustancias líquidas que circulan entre los residuos que se encuentran principalmente en los vertederos, con aspecto desagradable y mal olor), que deben ir a una laguna de oxidación para que no contaminen los ríos de los alrededores o las aguas subterráneas”, detalló.

También debe tener un sistema de chimeneas para evacuar los gases que se producen por la descomposición de la materia orgánica.

“Hay ciudades de Venezuela donde están recogiendo la basura en camiones volteos, como se hacía hace 30 o 40 años”, lo que indica que en esta materia de desechos sólidos ha habido un retroceso.

Contaminación del agua

“Todas las aguas residuales urbanas de Venezuela, se están llevando a los ríos, lagos, lagunas y a los mares, sin tratamiento”, lo que para el ingeniero Lozada Dávila ha dado origen a la contaminación.

Dijo no conocer un pueblo o ciudad de este país donde se aplique tratamiento a las aguas residuales urbanas, pese a que hace muchos años, por ejemplo, se ofreció un sistema de saneamiento del río Guaire, en Caracas, del que se aseguró que cualquier persona podría bañarse allí y eso no ocurrió.

De este proyecto en el Guaire se desconoce si hubo algún presupuesto, pero lo más importante del caso es que este río caraqueño sigue contaminado.

“La última planta de tratamiento de aguas residuales que yo vi en operación, fue la de Puerto Ordaz (estado Bolívar), que estaba ubicada al lado de la represa de Macagua”, recordó Lozada que eso fue hace unos 10 años, pero personas que viven en esa región le confirmaron que ya no está funcionando.

Con el Lago de Valencia hay otro problema muy grave, porque se están utilizando aguas de las cuencas Pao y Cachinchi para abastecer a Tinaquillo, Valencia, Maracay y todos los demás pueblos que están en los alrededores.

“Entonces, las aguas residuales de Valencia y Maracay, van al Lago de Valencia”, que es una cuenca endorreica, es decir, que no tiene salida, teniendo que urbanizaciones que se construyeron en Carabobo y Aragua se están inundando, las aguas no corren, los baños no bajan, convirtiéndose en zonas contaminadas.

Esto se complica porque las aguas residuales del río Cabriales que atraviesa toda Valencia, están siendo bombeadas al sistema Pao – Cachinchi, para que vayan a tratamiento en el acueducto y se suministre a la población, lo que genera que le tengan que echar un exceso de cloro al agua y las bacterias coliformes rompan sus paredes celulares y el contenido citoplasmático va al agua, resultando con niveles tóxicos.

“Se ha pensado como solución (en el Lago de Valencia), construir un túnel y botar el agua al mar, o un desagüe hacia una quebrada que está en los alrededores y que va al río Orinoco”. Con esta solución no está de acuerdo Lozada Dávila si esta agua no está tratada.

En el año 2013, a través de una investigación realizada en el estado Mérida, se detectó que el agua que llega por acueducto a las zonas de Bailadores, Las Tapias, Las Playitas, tenía niveles de un plaguicida que se llama Dimetoato, en una cantidad de 4.18 microgramos por litro, y eso supera las concentraciones permitidas por la legislación nacional e internacional.

Todo esto como consecuencia de la contaminación por agroquímicos en aguas que van para el consumo humano, principalmente en algunas zonas altas, en zonas de montañas, donde construyeron sistemas de acueductos hace 40 o 50 años, colocando la toma del agua por encima de los niveles de ganadería y agricultura, que ahora están por debajo.

Derrames petroleros

Este cuarto problema de tipo ambiental que se suma a la crisis que padece Venezuela, está relacionada con Pdvsa, que es la empresa encargada de la explotación, almacenamiento, comercialización y todo lo relacionado con el petróleo, y es que desde el año 2017 no volvió a publicar la información cuantitativa sobre los derrames petroleros.

Al momento de la elaboración de este trabajo periodístico, un derrame de petróleo proveniente de la refinería El Palito estaba afectando algunas playas de Carabobo y Falcón, cerca del Parque Nacional Morrocoy, debido a que en Venezuela las mareas van de la zona este hacia el oeste.

De acuerdo a un estudio que se consigue en internet, entre 2009 y 2016, los derrames petroleros acumulados superaron el millón de barriles de petróleo, cuyos datos fueron relacionados habiéndolos tomado de las informaciones que publicaba Pdvsa, refirió el ingeniero Lozada.

En 2022, la ONG Clima 21 y el Observatorio Venezolano de Derechos Humanos y Ambientales, publicaron un informe donde se muestran unas estadísticas sobre derrames petroleros en cantidades, pero no en el volumen de los mismos, “claro, eso es muy difícil de calcular”.

Según Lozada Dávila, en 2016 fueron reportados 12 derrames, en 2019 hubo 30 derrames, en 2020 ocurrieron 58 derrames y de 2021 se tienen 68 derrames petroleros.

Esta situación ha afectado ecosistemas muy importantes, como los manglares que están a la boca del río San Juan en Guarapiche, estado Monagas, que inclusive llegaron a perturbar el suministro de agua potable a comunidades de los alrededores.

Donde la gente pesca, se baña, han sufrido por los derrames petroleros, y en un estudio publicado por el experto en ecosistemas acuáticos, Antonio Machado Allison, señala todas las consecuencias de los derrames petroleros.

La minería en Guayana

El último problema citado dentro de los más graves por el ingeniero José Rafael Lozada Dávila, está relacionado con la minería en la Guayana venezolana, que de acuerdo a la evaluación que se hizo con MapBiomas, en el año 2022 se había alcanzado un total de 71.300 hectáreas afectadas por minería en esta zona del país.

“Es una cifra alta, importante, pero tampoco es como están diciendo algunas personas de que hay medio millón de hectáreas, o un millón de hectáreas, o que todos los bosques de las Guayana venezolana están acabados”, aclaró.

En la Guayana venezolana hay más de 40.000.000 de hectáreas de bosques, por lo que las 71.300 hectáreas es una superficie bastante extensa que se concentran en algunos sitios: en el río Paragua, en una zona del río Supamo, en los alrededores de El Callao, en la mina Las Claritas, y al sur del Parque Nacional Canaima en la zona del río Kukenán y el río Caroní.

De la minería en Guayana hay quienes aseguran que la parte más afectada del Parque Nacional Canaima está en la zona norte, pero para el ingeniero Lozada está en el límite sur del parque.

En los sitios donde afectan por minería el impacto es sumamente intenso, porque se destruye el bosque, los suelos, se contamina el agua con sedimento y mercurio, la fauna y los hábitats quedan fragmentados, lo que es perjudicial.

El uso de mercurio, aparte de que impacta la salud de las personas, como mínimo hay 53 ríos afectados en la Guayana venezolana como consecuencia de la minería.

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