La historia de los venezolanos que ayudan a revitalizar los pequeños pueblos de España

La historia de los venezolanos que ayudan a revitalizar los pequeños pueblos de España

Soraida Ledezma y Carlos Escalona (derecha) junto a sus hijas en Villoslada de Cameros, La Rioja.

 

 

 

Amalia y Charo salen cada tarde al mismo banco para tomar el fresco y pasar el rato. Juntas suman más de 160 años y han visto cómo su pueblo, Villoslada de Cameros, en el norte de España, se ha ido quedando sin gente.

Por BBC Mundo

“El pueblo está casi vacío”, me dicen mientras, a lo lejos, se oyen los cencerros de las vacas, el único ruido a las 6 de la tarde.

Los primeros que migraron se fueron en los años posteriores a la Guerra Civil española, sobre todo a Chile; después, como le pasó a Charo, a Madrid. Todos en busca de mejores oportunidades.

Villoslada tiene poco más de 300 habitantes censados, pero su población fija suele ser de unos 200. En invierno, apenas llegan a los 100.

Aunque en los últimos años unos nuevos vecinos le están dando más vida al pueblo: varias familias venezolanas.

Aunque puedan parecer pocos, cerca de unos 20 en total entre niños y adultos, están revitalizando el pueblo con negocios nuevos o retomando otros que, por falta de manos e interés, se habían cerrado.

“Nadie se quería ocupar del bar, pero un matrimonio [venezolano] lo tomó y lo reabrieron. Eso es lo que interesa, que esté abierto, igual que la escuela”, explica Amalia.

De 11 alumnos que hay, cuatro son venezolanos. “Ahora se ven a niños corriendo en la calle para arriba y para abajo”, celebra Charo.

Villoslada es un ejemplo de las muchas pequeñas zonas rurales de España que están tomando una nuevo impulso gracias a la migración venezolana.

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