Los secretos más ocultos de nuestros antepasados se dejan ver en las profundidades del Parque Nacional Canaima, a través de hermosos pictogramas y profundos petroglifos.
La “Tradición Cultural Canaima”, como la ha llamado el arqueólogo venezolano José Miguel Pérez-Gómez, líder del equipo multidisciplinario que investiga este primer hallazgo a los pies de tepuyes emblemáticos como el Kuyarimpa y Kusari en el año 2010, evidencia la existencia de una profunda herencia cultural que solo era conocida por los indígenas pemones, quienes tienen una relación muy íntima con estas mágicas formaciones rocosas.
“A lo largo de más de 40 años, he sido guía de expediciones científicas y fotográficas en toda la región sur del país, incluida la zona de la gran sabana, y es así como en algún momento llego a tener conocimiento acerca de la existencia de un primer sitio con manifestaciones de arte rupestre”, le cuenta a @nandasalas el líder de la investigación @proyectoarqueologicocanaima
Pérez-Gómez, de la Unidad de Estudios Arqueológicos de la Universidad Simón Bolívar (USB), está convencido de que el hallazgo de estos coloridos pictogramas y petroglifos grabados en roca granítica y de arenisca a lo largo de los ríos Carrao y Caroní, marca un antes y un después en la arqueología venezolana y de toda la región.
“No había habido ningún tipo de estudio arqueológico hasta este momento. El estudio que hemos hecho del paisaje a través de métodos arqueológicos, nos llevó de un sitio a otro y fue así como de esta forma tenemos ahora mismo, no menos de una veintena de sitios que estamos estudiando y que nos hablan de una rica tradición cultural que hemos bautizado: La tradición cultural Canaima”, dice.
El hallazgo es completamente inédito, tiene como característica principal los elementos geométricos, y abre una ventana única al pasado, que nos acerca a las culturas que alguna vez prosperaron en el continente suramericano.
“Estos elementos geométricos, son sumamente interesantes y son muy similares a otros que se conocen en la región norte de Brasil en el oeste de las Guayana, incluso en el sur de Colombia. Y esto nos habla muy posiblemente de conexiones que pudieron haber entre estos lugares en el pasado. Y nos dice que estas culturas que habitaron esta región de lo que hoy es el Parque Nacional Canaima, no solamente hicieron su vida allí, sino que también evolucionaron para dirigirse hacia otros lugares de la región del norte de Sudamérica”.
Dice que todo esto es muy relevante, porque se trata de algo completamente nuevo que viene a llenar un conocimiento que no se tenía en este sector. Y más importante, tal vez viene a complementar otros estudios, que ya están bastante avanzados, sobre todo en la parte brasileña y en la parte colombiana.
“En guyanesa y que nosotros ahora, pues desde Venezuela venimos a complementar con estos estudios de la tradición cultural Canaima que no dudamos que va a marcar un antes y un después, tanto en la arqueología venezolana como en la arqueología de toda la región”.
En el proceso de obtención y procesamiento de la información, los líderes del proyecto aplicaron métodos especializados de investigación del paisaje, como la exploración por triangulación espacial, el uso de imágenes satelitales de radar de alta resolución y apertura sintética (SLAR), así como la aplicación de algoritmos matemáticos para diferenciar el solapamiento de los símbolos.
“El tiempo, la erosión y la intemperie borran los pictogramas, por eso debemos estudiarlos con rapidez y precisión, y la mejor forma de hacerlo es utilizando tecnología de primer nivel”, comenta José Miguel Pérez.
Uno de los principales objetivos de este inédito trabajo es lograr que este “arte rupestre” sea reconocido como patrimonio cultural de Venezuela y de la humanidad.
