Ramón Peña: Francia derechizada

Ramón Peña: Francia derechizada

La inmigración masiva, que en 2022 sumó 5.1 millones de inmigrantes entrando a Europa, más del doble del año anterior, ha sido el asunto clave en la elección del Parlamento Europeo del pasado domingo.

En Francia, el resultado electoral ha provocado una sacudida existencial. Si bien se esperaba el auge del partido de la llamada ultraderecha y esencialmente anti inmigrantes, Le Rassemblement National (RN), que lidera Marine Le Pen, su votación sorprendió al duplicar la del partido Renaissance del presidente Emmanuel Macron.

Un efecto colateral no previsto es que, ante estos resultados, un ala del conservador Partido Republicano, ha optado por aliarse con el RN. Esta escisión, sumada a la virtual desaparición del Partido Socialista, también tradicional y moderado, mengua seriamente la existencia de posiciones centristas en el cuadro político francés.





Como reacción estratégica, Macron ha convocado de urgencia elecciones legislativas, cuyo resultado, sin duda, dará una proporción considerablemente alta a diputados del RN. Su arriesgada apuesta es que esto conducirá a la formación de gobierno cohabitado con este partido. Así, lo llevaría a compartir responsabilidades administrativas, opción preferible a una abierta oposición que fortalecería la aspiración de Marine Le Pen a la presidencia en las elecciones de 2027.

A este sismo político, se agrega un fenómeno carismático. Se trata de un joven dirigente del RN, de 28 años, de nombre Jordan Bargella, un TikTok star, cautivador de multitudes, naturalmente mediático, cuya popularidad crece, asombrosamente entre los jóvenes, con su discurso de superhéroe garante de la sobrevivencia de Francia, a salvo de inmigrantes. (Posiblemente, sea primer ministro si hay cohabitación)

Es previsible que la ya sexagenaria Quinta República de gobiernos moderados, conservadores o socialistas, no sobrevivirá. Francia, votando a la derecha radical, nos obliga a repensar aquella célebre afirmación de Maurice Duverger, que dábamos por cierta: “En Francia nadie admite que es de derecha y para disimular que se pertenece a ella se niega la existencia del antagonismo derecha e izquierda”.