A un soplo de desplomarse el techo de la cocina del Hospital Central de Maturín

A un soplo de desplomarse el techo de la cocina del Hospital Central de Maturín

A un soplo de desplomarse el techo de la cocina del Hospital Central de Maturín

 

 

 

A simple vista pareciera que hubiera sido arrasado por un incendio, pero realmente se trata de secuelas de años de filtraciones. Así se encuentra el techo del área de la cocina del Hospital Central de Maturín en Monagas. En medio de estas tétricas condiciones, el personal debe preparar diariamente 250 comidas para los pacientes hospitalizados.

Corresponsalía lapatilla.com

Ese espacio, ubicado en la parte del sótano del principal centro de salud de la entidad oriental donde a pocos metros funciona la morgue, presenta un evidente deterioro de años. A pesar de los llamados efectuados a las gestiones pasadas y también a la actual, no ha habido respuesta para atender esta situación.

Una fuente de esta área del hospital, que por temor a represalias pidió mantener su nombre en reserva, contó que diariamente preparan unas 250 comidas en estas condiciones para los pacientes hospitalizados. Mensualmente reciben 70 combos Clap, pero que no incluyen leche, nutrichicha, aceite ni harina.

A un soplo de desplomarse el techo de la cocina del Hospital Central de Maturín

 

 

 

Es por ello que en los desayunos solo preparan chicha de arroz que reparten en las áreas de hospitalización pediátrica y de adulto, principalmente a aquellos pacientes que no tienen familia o provenientes de comunidades indígenas. Explica que el menú no es el más adecuado para los enfermos y que no debería ser el mismo para todos, porque debería variarse según la patología.

El almuerzo suele ser casi siempre lo mismo: arroz con sardina o pollo de vez en cuando, lentejas, arvejas o pasta. No obstante, los mismos trabajadores llevan sal, aliños, vegetales o algún otro condimento para darle un poco de mejor sabor a las comidas, ya que por parte de la dirección no suministran estos ingredientes.

La fuente expresó que desde hace unos 20 años no reciben instrumentos de cocina y trabajan solo con “corotos viejos”. En este sentido, esperan que el gobernador chavista, Ernesto Luna, se ocupe de atender este servicio, así como hizo con las emergencias pediátrica y de adultos.

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