Israelíes y palestinos afrontan su momento de mayor peligro desde 1948

Israelíes y palestinos afrontan su momento de mayor peligro desde 1948

Benjamin Netanyahu en su discurso en la ONU en septiembre (Reuters/archivo)

 

 

 





Israel acaba de vivir el peor día de su historia. En un solo día han sido masacrados más civiles israelíes que todos los civiles y soldados que Israel perdió en la guerra del Sinaí de 1956, la guerra de los seis días de 1967 y la segunda guerra del Líbano de 2006 juntas. Las historias e imágenes que llegan de la zona ocupada por Hamas son espantosas.

Yuval Noah Harari // INFOBAE 

Muchos de mis propios amigos y familiares han sufrido atrocidades indescriptibles. Esto significa que también los palestinos se enfrentan ahora a un inmenso peligro. El país más poderoso de Medio Oriente está lívido de dolor, miedo e ira. No tengo ni los conocimientos ni la autoridad moral para hablar de cómo se ven las cosas desde la perspectiva palestina. Pero en el momento de mayor dolor de Israel, me gustaría hacer una advertencia sobre cómo se ven las cosas desde el lado israelí de la valla.

La política funciona a menudo como un experimento científico, realizado sobre millones de personas con pocas limitaciones éticas. Se intenta algo -ya sea aumentar el presupuesto de bienestar, elegir a un presidente populista o hacer una oferta de paz-, se observan los resultados y se decide si se sigue por ese camino concreto; o se da marcha atrás y se intenta otra cosa. Así es como se ha desarrollado el conflicto palestino-israelí durante décadas: por ensayo y error.

Durante el proceso de paz de Oslo en la década de 1990, Israel dio una oportunidad a la paz. Sé que, desde el punto de vista de los palestinos y de algunos observadores externos, las ofertas de paz israelíes fueron insuficientes y arrogantes, pero aun así fue la oferta más generosa que Israel ha hecho nunca. Durante ese proceso de paz, Israel cedió el control parcial de la Franja de Gaza a la Autoridad Palestina. El resultado para los israelíes fue la peor campaña de terror que habían vivido hasta entonces. A los israelíes aún les atormentan los recuerdos de la vida cotidiana a principios de la década de 2000, con autobuses y restaurantes bombardeados todos los días. Aquella campaña de terror acabó no sólo con cientos de civiles israelíes, sino también con el proceso de paz y con la izquierda israelí. Quizá la oferta de paz de Israel no fue lo suficientemente generosa. Pero, ¿era el terrorismo la única respuesta posible?

Tras el fracaso del proceso de paz, el siguiente experimento de Israel en Gaza fue la retirada. A mediados de la década de 2000, Israel se retiró unilateralmente de toda la Franja de Gaza, desmanteló todos los asentamientos de la zona y volvió a la frontera internacionalmente reconocida anterior a 1967. Es cierto que siguió imponiendo un bloqueo parcial a la Franja de Gaza y ocupando Cisjordania. Pero la retirada de Gaza seguía siendo un paso israelí muy significativo, y los israelíes esperaban ansiosos a ver cuál sería el resultado de ese experimento. Los restos de la izquierda israelí esperaban que los palestinos hicieran un intento honesto de convertir Gaza en una ciudad-Estado próspera y pacífica, una Singapur de Oriente Medio, que mostrara al mundo y a la derecha israelí lo que los palestinos podían hacer cuando se les daba la oportunidad de gobernarse a sí mismos.

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