Como si un misil hubiese impactado sobre varias áreas del liceo Ramón Fernández Belardi en el municipio Seboruco del estado Táchira, así es el escenario casi en ruinas del único liceo del pueblo, luego que una contratista enviada por la Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas (FEDE) iniciara los supuestos trabajos de reparación en noviembre de 2022, pero no los culminó. Al contrario, “lo dejó peor de lo que estaba”.
Luz Dary Depablos // Corresponsalía lapatilla.com
“Cuando llegó la constructora, ellos nos vendieron la idea de que en 15 días nos arreglaban la institución. Por supuesto, hicimos una reunión y todo el mundo emocionado, qué bien, nos van a arreglar el liceo. Resulta que ellos trabajaron hasta finales del mes de diciembre. Ellos lo que alegan es que no les han bajado los recursos”, dijo Milse Sánchez, representante y docente jubilada de la institución.
Al menos unos 350 jóvenes siguen con la incertidumbre de si podrán tener la oportunidad de contar con un plantel educativo donde culminar su bachillerato de manera presencial, pues el año escolar 2022 – 2023 no recibieron clases en el liceo, porque la mayoría de aulas y baños no están habilitados.
Desde la pandemia, las clases han sido virtuales en medio de constantes apagones, que a su vez generaron fallas en el servicio de internet, por lo que sus representantes consideran que no recibieron la formación requerida y adecuada para obtar al título de bachiller.
“Ya hemos ido a todas las instancias (regionales), ya estamos cansados y no podemos ir a Caracas por los recursos, somos empleados públicos, no podemos ir a Caracas a hacer el reclamo”, expresó Nancy Sandia, otra representante.
Cabe destacar que este es el único liceo de Seboruco con más de 70 años de existencia. Tanto padres como representantes manifiestan indignación y tristeza, porque todos se graduaron allí, en la que durante décadas fue una de las instituciones con gran trayectoria regional, donde se contaba con excelentes instalaciones, servicios estudiantiles y calidad académica, pero en la actualidad sus hijos perdieron esos beneficios.
“Ha habido deserción escolar. Antes la matrícula superaba los 500 estudiantes. Yo casi que crecí aquí en estos pasillos, mi abuela trabajaba aquí. Ahora se nos han ido muchos niños y no queremos que siga sucediendo, ya que tenemos calidad de educadores para que sigan nuestros niños aquí”, expresó Sandia.
Por otra parte, el equipo de La Patilla consultó a varios ciudadanos en las calles del pueblo sobre la situación del liceo y coincidieron en mencionar que al parecer funcionarios en altos cargos ministeriales del régimen de Nicolás Maduro, también se graduaron en este liceo, pero no han mostrado el mínimo interés en ayudar a recuperar los espacios que están destruidos, como aulas, oficinas y baños.
Operación pote
Se conoció de manera extraoficial que para la rehabilitación del liceo Ramón Fernández Belardi, se requieren más de 400.000 dólares, pero no ven la intención de las autoridades nacionales y regionales en invertir y rescatar este plantel educativo.
Por tanto, los padres y representantes tomaron sus propias iniciativas y aprovecharon las recientes actividades de fiestas patronales de Seboruco, donde recorrieron las principales calles del pueblo durante el desfile de ferias, con una “operación pote” en la que comenzaron a recaudar pesos y dólares, con el fin de poder habilitar dos aulas del liceo.
Igualmente, para este domingo 3 de septiembre, esperan realizar una vendimia a fin de seguir reuniendo fondos, pues se acerca el inicio del año escolar y sus hijos no cuentan con una institución dónde estudiar.
Crearon un colegio privado pero la mensualidad es muy elevada
Ante la grave crisis que padecen los seboruquenses en materia educativa por falta de espacios físicos para la formación de sus hijos en la etapa de bachillerato, para este próximo año escolar se inaugurará el primer colegio privado de Seboruco.
Sin embargo, la mayoría de padres y representantes de este municipio son agricultores o empleados públicos a quienes se les dificulta pagar 40 dólares de mensualidad, lo que marcará una nueva brecha, pues la mayoría no cuenta con recursos.
Por lo pequeño del nuevo plantel privado, sus cupos se agotaron a penas se anunció su apertura.
Por tanto, esperan que sus súplicas sean escuchadas por las autoridades y no se le siga cercenando el derecho a la educación de sus hijos.