Templos y lugares sagrados de la India reciben la visita masiva de creyentes, representantes religiosos, y políticos que acuden a los dioses y la fe para pedir el éxito de la misión lunar Chandrayaan-3, que intentará hacer su alunizaje hoy en la superficie del satélite y hacer historia.
Vikram, como se ha bautizado al módulo de aterrizaje de la misión Chandrayaan-3 y que se traduce como “valeroso“, prevé comenzar en unas pocas horas, a las 17.40 horas (12.10 GMT), el descenso final con un recorrido de unos 25 kilómetros que se ha popularizado como “los 20 minutos del terror“.
Entre la emoción del país que podría lograr llegar a una zona nunca antes explorada de la Luna, centenares se congregaron en un muy conocido templo del estado de Madhya Pradesh, dedicado al dios Shiva, una de las principales deidades del hinduismo, para pedir el éxito de la misión.
Las manifestaciones de devotos orando en grupo, haciendo ofrendas o rituales estallaron ayer en esta nación de más de 1.400 millones de habitantes, mayoritariamente hindú, que espera con orgullo la cuenta atrás del aterrizaje.
Las escuelas, que tienen previsto seguir la transmisión en directo del momento cumbre de la misión lunar, han celebrado sus propias manifestaciones con pequeños prototipos del satélite fabricados por los estudiantes, o con los propios niños disfrazándose de la Luna.
Un ritual especial tuvo lugar ayer a la orilla de uno de los tramos del sagrado río Ganges, en la ciudad de Rishikesh (norte) en el que otros cientos pedían el alunizaje victorioso, mientras los religiosos agitaban banderas de la India, según imágenes de la agencia india PTI.
El suspenso por la carrera hacia el polo sur de la Luna se disparó en las últimas semanas después de que Rusia anunciase su propia misión a esta cara del satélite, que se esperaba que llegase el pasado lunes, superando a Chandrayaan-3 pese a que esta última despegó semana antes.
Pero el fracaso del alunizaje hace tres días de Luna-25 al perder el control del módulo en su fase final, dejó sola a la India con la oportunidad de ser la primera y la única nación que ha conseguido hasta ahora alcanzar la zona más meridional del satélite. EFE