El atentado contra las Torres Gemelas que nadie recuerda: 600 kilos de explosivos por orden de un jeque ciego

El atentado contra las Torres Gemelas que nadie recuerda: 600 kilos de explosivos por orden de un jeque ciego

El egipcio Omar Abdel Rahman, uno de los diez acusados por el atentado. Era ciego y se desempeñaba como imán de la mezquita de Salem, en Nueva Jersey. La justicia determinó que fue el ideólogo del atentado (Photo by Rick Maiman/Sygma via Getty Images)

 

Hace 30 años, una célula yihadista hizo estallar una furgoneta cargada de dinamita en el estacionamiento subterráneo de la Torre Sur del World Trade Center. La explosión mató a seis personas y dejó más de mil heridos, pero no alcanzó a derribar las torres. Fue el primer gran atentado yihadista en los Estados Unidos y la sangrienta antesala del 11-S

Hacía frío la mañana del 26 de febrero de 1993 en la isla de Manhattan poco antes de que se abrieran las puertas de un infierno. Minutos después del mediodía, una furgoneta entró al garaje subterráneo del World Trade Center, el complejo que incluía las famosas Torres Gemelas, y estacionó. Eran exactamente las 12.18.





Por Infobae

Las cámaras registraron a un hombre que se bajaba del vehículo y caminaba con tranquilidad hacia la salida, un movimiento como cualquier otro entre los miles que cualquier viernes, como ese, ocurrían en uno de los lugares más concurridos de Nueva York.

Se podría decir que nadie imaginaba un atentado allí: faltaban más de dos años para que Timothy James McVeigh hiciera explotar un camión bomba frente al edificio del FBI en Oklahoma y matara a 167 personas y dejara heridas a casi 700; pasarían más de ocho años hasta que dos aviones de línea fueran estrellados contra las torres, las derrumbaran y dejaran miles de muertos en el mayor atentado de la historia registrado en territorio estadounidense, el 11-S, precisamente en el World Trade Center.

Por eso, en febrero de 1993, que una furgoneta estacionara en el garaje subterráneo debajo de la Torre Sur y su conductor saliera a la calle no llamó la atención de nadie. Los siguientes 13 minutos, las cámaras registraron entradas y salidas de autos y de gente, lo normal.

La explosión de los 600 kilogramos de dinamita en el subsuelo de la Torre Sur de las Torres Gemelas produjo un cráter de cuarenta y cinco metros de ancho y de unos cinco pisos de profundidad (Photo by Rick Maiman/Sygma via Getty Images)

 

El reloj del estacionamiento marcaba las 12.31 cuando se produjo la explosión. En la furgoneta había 600 kilos de dinamita que, al estallar, hicieron un cráter de cuarenta y cinco metros de ancho y de unos cinco pisos de profundidad. Todo tembló en medio de un ruido infernal y una nube de humo asfixiante. Después se conocería el saldo: seis personas muertas, entre ellas una mujer embarazada, y más de mil heridos.

Había ocurrido el atentado contra las Torres Gemelas del que hoy casi nadie guarda memoria, porque quedó aplastado por el espanto del 11-S.

El objetivo fue también derribarlas. Al planificar la acción, los perpetradores imaginaron que la explosión derrumbaría la Torre Sur y que, al caer, ésta se llevaría puesta también a la Norte. Fallaron al calcular la cantidad de explosivos y también su ubicación.

Policías de tránsito y bomberos colocan una máscara de oxígeno a una mujer sofocada por el humo de la explosión del coche bomba en el World Trade Center en 1993 (Photo by Allan Tannenbaum/Getty Images)

 

Las primeras hipótesis

La brutal explosión también desconcertó a la policía y a las agencias de seguridad estadounidenses. No habían previsto un atentado de esas características y menos en Nueva York. Tampoco tenían idea de quién podía haberlo perpetrado.

“Faltaban ocho años para que Estados Unidos y el mundo entero se conmocionasen con el atentado del 11 de septiembre de 2001. Todavía términos como ‘Al Qaeda’, ‘Bin Laden’ o “terrorismo yihadista” no estaban incorporados al vocabulario general del ciudadano estadounidense medio —y al de algunas agencias de seguridad tampoco—, sin embargo, el yihadismo ya había golpeado en el corazón de Nueva York”, escribió Álvaro de Béthencourt, investigador del Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo (OIET), en su análisis del atentado.

En un primer momento, el FBI estimó que unas diez organizaciones conocidas, entre ellas el Cartel de Medellín y los guerrilleros peruanos de Sendero Luminoso, tenían la capacidad de realizar una acción de ese tipo.

Un herido de la explosión del coche bomba en el World Trade Center el 26 de febrero de 1993 es retirado del lugar por los bomberos (Photo by Allan Tannenbaum/Getty Images)

 

Entre las hipótesis, la que ganó fuerza al principio estaba vinculada con la guerra de los Balcanes, en la fragmentada Yugoeslavia. El entonces director del FBI, William Sessions, informó que estaban siguiendo la pista de un desconocido Frente de Liberación Serbio, que se había adjudicado la acción mediante una llamada telefónica.

 

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