Lo que sufre un educador en Venezuela, por Robert Alvarado @robertveraz

…Hay quienes quieren un magisterio sumiso, silencioso, arrinconado, incapaz de levantar la voz, pero un pueblo que tenga maestros de esa categoría tendrá que ser un pueblo de esclavos… Luís Beltrán Prieto Figueroa

 Para hablar educador y dar un concepto de esta bella profesión que una vez la tuvo nuestro señor Jesucristo al que llamaron Maestro. Es aquella persona que, bajo el cumplimiento de una preparación profesional, puede educar a otras personas, trabajando dentro del ámbito de la enseñanza, ya sea en las áreas primaria, secundaria o universidad. Dentro esos principios del educador es transmitir el mensaje a sus alumnos, calificarse como un buen maestro para sus alumnos. Todas estas cosas la vi en todas en mis profesores de enseñanza y lo que ellos me dieron educación y logre tener pasar por todas las áreas educativas alcanzando de ser profesional, pero la realidad es otra los maestros de hoy sufren la indignación de ser mal pagado  el salario de los docentes los montos que cobraban los profesores de acuerdo a realizar 40 y 53,33 horas laborales. Pueden apreciar la Tabla Salarial 2022 docentes de primaria (https://ibb.co/GVvtsSC) es denigrante y peor es la Tabla Salarial de los docentes universitarios 2022  (https://ibb.co/BNmYBqw). Lo que cuesta preparar a un educador  para que sean mal pagados.

 Unos maestros o educadores salen a las calles a protestar por lograr:





– Recibir “un sueldo digno”.

– El buen funcionamiento del Ipasme.

– Activación del seguro HCM y funerario.

Una de las principales razones de las manifestaciones de maestros es la subida del dólar durante las últimas semanas del 2022. Asimismo, mencionaron que la inflación afectó el ingreso de los trabajadores al sueldo mínimo de 130 bolívares, lo que equivale a 7,4 dólares, de acuerdo con el Banco Central. Según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), para finales de diciembre, estimó que una familia necesitaba 40 salarios mínimos para poder cubrir la cesta.

Otro de los motivos de las movilizaciones sería la conformación de una mesa de resolución de conflictos a nivel nacional y la derogación del instructivo de la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre), el cual restringe varios beneficios y las contrataciones colectivas. Conforme con los datos del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), de 574 protestas realizadas en el último septiembre, 324 corresponden a manifestaciones sobre derechos laborales.

Donde las federaciones educativa como FENAPRODO CPV, expresa su gran preocupación ante el silencio del gobierno en responder al legítimo reclamo de los trabajadores de la educación que exigen con justicia la reanudación de las conversaciones para dar continuidad a la discusión de la  III Convención Colectiva de Trabajo, el pago de la deuda del 280% con la debida recurrencia, el restablecimiento de las primas conculcadas por la ONAPRE, una efectiva y oportuna seguridad social y  el cumplimiento del derecho constitucional que tienen los profesionales de la docencia a  percibir un salario digno de acuerdo a lo expresado en el Artículo 91 de la Carta Magna.

El gobierno debe atender el clamor de los maestros, al que se han sumado diversos sectores laborales de la Administración Pública, así como también estudiantes,  jubilados, pensionados y  pueblo en general, que han participado pacíficamente y de forma unitaria, en marchas, tomas y concentraciones multitudinarias de protestas, que se  han desarrollado en todo el territorio nacional, desde el reinicio del año escolar, en especial los días lunes 16 y lunes 23 del corriente mes, amparadas en el Art. 68 de la CRBV, acciones ejercidas por el magisterio en defensa de sus legítimos derechos y que el gobierno no puede ignorar debido a que  lo que se reclama es en justicia, lo que merecen.

El sector educativo enfrenta graves condiciones de vida, creadas por el gobierno dentro de un contexto de espiral ascendente, que muestra la “entronización” de la pobreza a la que ha llegado el docente, quien se encuentra atravesando una crisis humanitaria que le limita la posibilidad de trasladarse a sus centros de trabajo, y minimiza su capacidad de alimentarse a sí mismo y a su familia, vestirse, tener asistencia médica e incluso sepultar a sus fallecidos.

 La necesidad de niños, niñas y adolescentes de regresar al escenario escolar para  la consecución de logros de objetivos, implica la búsqueda de soluciones a las penurias del personal docente, en términos salariales y laborales, de manera que el Ejecutivo Nacional tiene el turno al bate y en lugar de quedarse mirando “el infinito y más allá# haciéndose el loco,  debe poner el énfasis en  colocarse en la nervadura que origina el dilema y no en la promoción ventajista de falsas “bondades” como las que representan los “bonos salvadores” que sólo persiguen  ocultar las grandes insuficiencias en materia educativa del país y  crear  la ilusión de una realidad distinta a la de un Estado que no está cumpliendo con su obligación de garantizar la educación como derecho humano, lo cual involucra garantizar el respeto a la dignidad docente.

Tan grave es el caso Venezuela que el  informe “Panorama Regional de la Seguridad Alimentaria y Nutricional de la América Latina” elaborado en conjunto con la Organización de Naciones Unidas Para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de alimentos (WFP), estas dos últimas parte de la ONU, indican que en el país el hambre aumentó en 18,4% y se traduce en cinco millones más de personas famélicas. Los resultados del informe, publicado el pasado 18 de enero, forman parte del compás al cual bailan los docentes, los alumnos y el  resto de la población  de Venezuela, país que tuvo la mayor prevalencia de subalimentación (22,9%) que equivale a la dolorosa bicoca de 6.5 millones de personas, razón más que suficiente para demostrar que las acciones del magisterio están fundamentadas en una triste y dolorosa realidad: El hambre de manera que la agudización  de los problemas educativos y tras ellos, las protestas de los profesionales de la docencia,  obedecen a que el Estado se apartó de sus responsabilidades de atender la educación, el salario y la seguridad social de los trabajadores de la educación, y de dar respuestas a los problemas que aquejan al sector.

Según mostraron las redes sociales los maestros no se doblegaron y no dieron su brazo a torcer con su lucha laboral. Con la bolsa del CLAP el gobierno de Maduro intentó frenar la protesta de maestros en Capitalina y dijo: Ester Duarte, maestra jubilada de la administración pública. Para la mujer de 76 años el 9 de enero comienza en una cola con 499 personas por delante, ella es la número 500, en el sótano uno de la torre este de Parque Central, en Caracas. Una humillación para esta educadora que educó a muchos caraqueños y esto es lo que recibe por su labor décadas de enseñanza y solo recibe esta bolsa. Como titulé mi artículo: Lo que sufren un educador en Venezuela  es doloroso y hoy me solidarizo con ellos porque muy bien lo dijo el maestro Luís Beltrán Prieto Figueroa: “Educar es, por encima de todo, formar una conciencia, crear un espíritu, señalar un rumbo y a veces el que señala el rumbo, no ha recorrido el cambio, pero sabe por dónde va“. Por ser ex alumnos de todas las áreas educativas me solidarizo con ellos y tú… espero que lo apoyes también

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