Mató a más de 20 personas y se quedó con sus bienes: Mary Ann Cotton, la primera asesina serial de Reino Unido

Mató a más de 20 personas y se quedó con sus bienes: Mary Ann Cotton, la primera asesina serial de Reino Unido

Cortesía

 

Una casa más alta que ancha, de tres pisos, de fachada llamativa pintada de azul grisácero, en el pueblo minero West Auckland, condado de Durham, en el noroeste de Inglaterra. Una casa que había desaparecido porque le habían cambiado el número para que nadie la pudiese identificar y de tal modo evitar que la maldad perpetrada en ella se transmitiera a nuevos ocupantes. Una casa fantasma que al final no se pudo esconder para siempre, pero con ese simple expediente de cambiarle la numeración se buscó mantener en el olvido con el aura que le correspondía, un halo maligno.

Por: TN





Esta es la casa en la que murió la última víctima de Mary Ann Cotton, la primera asesina en serie de Gran Bretaña. Es la casa en la que fue arrestada y luego llevada para ser encarcelada y ejecutada en marzo de 1873. Mary Ann fue esposa, viuda, madre, amiga y enfermera y en cada uno de esos roles explotó, estafó y mató a más de 20 personas y se apoderó de todos los bienes de sus víctimas. Dos décadas antes de que Jack el Destripador aterrorizara las calles del barrio de Whitechapel en Londres, Mary Ann ya era una máquina de matar, asesinando por lo menos a diez de sus propios hijos, a siete hijastros, a su madre, a cuatro maridos, a un amante y a un amigo inconveniente.

La vida de Mary Ann, el horror placentero que provocan sus acciones, podrían convertirla en un personaje de alguna novela gótica. No nació con el apellido Cotton sino que su nombre fue Mary Ann Robson. Fue en el pequeño poblado de Low Moorsley. Tuvo una infancia desgraciada como casi todos los chicos de clase baja en la Inglaterra del siglo XIX. Sus padres, Margaret Lonsdale y Michael Robson, no habían cumplido 20 años cuando la tuvieron. Michael trabaja en una mina de carbón. Era un muchacho tan religioso como violento con su hija y con su hijo más pequeño, Robert. Cuando Mary Ann tenía ocho años, se mudaron al pueblo de Murton y Michael siguió trabajando en las minas hasta que un día se cayó a un pozo de cabeza y se mató. Su hija lo festejó en silencio.

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