Carlos Ochoa: Caminar la realidad con sentimiento de país

Carlos Ochoa: Caminar la realidad con sentimiento de país

La exigencia para que la oposición se ponga de acuerdo para escoger por primarias o designar por consenso un líder que enfrente a Maduro electoralmente, es casi un clamor que se le hace a la dirigencia política desde distintos frentes y de todas las maneras, sin embargo el proceso marcha lento si se toma en cuenta que Maduro amenaza con adelantar las elecciones presidenciales y en la oposición poco se ha hecho para organizar primarias porque ni comisión electoral existe.

Es cierto que se requiere de alguien que encarne el relato de cambio que reconstruya el país, que enamore a la mayoría descontenta y haga renacer la esperanza que ahora está apagada por errores e inconsistencias de estrategia que no voy a enumerar en esta nota.

Recalco que el tipo de fuerza define la estrategia, con Chávez y Maduro hemos aplicado combinaciones de fuerzas y estrategias que en algunas ocasiones los han puesto en apuros sin lograr el objetivo principal. 





El escollo más desafiante en este momento, es  entender el desafío político que tenemos que enfrentar  una vez aprendida la lección de las experiencias anteriores, un proceso electoral con restricciones autoritarias como el que se supone para 2024, no puede abordarse únicamente  con el relato histórico   de los partidos  democráticos, principalmente porque los referentes ideológicos que le dieron identidad están en crisis a nivel mundial, la democracia cristiana, la social democracia y hasta el comunismo, ya no expresan las aspiraciones que en el pasado organizaron el debate político y en su lugar los autoritarismos y los liberalismos se confrontan en una nueva agenda en donde el tema de las libertades y el bienestar, se entrelaza con la orientación sexual y los populismos de uno y otro lado, que es como se le llama a la dualidad izquierda, derecha, que ya no representa nada.  

Los venezolanos con capacidad y honestidad existen y están en los partidos y en la sociedad, pero mientras no se defina una estrategia unitaria que dibuje la esperanza en positivo, con un relato que trascienda la dualidad relativa del bien y el mal que nos tiene anclados y se enfoque en propuestas y soluciones para salir de la división y la crisis que el populismo autoritario no ha podido superar no va a ser posible que nadie por muchos méritos que tenga, encarne la voz que agrupe, reúna, emocione a la mayoría  hoy desmovilizada y apática que se requiere para apabullar con votos a Maduro y obligarlo a entregar el poder.

¿Porqué no hay estrategia unitaria? La respuesta más aproximada que se me ocurre es que Maduro ha ido rebanando y criminalizando a partidos y dirigentes hasta el punto que no es posible que nadie brille con la suficiente luz y en esa oscurana cada quien se sienta con derecho para creerse un sol capaz de darle sentido y dirección a las orbitas de planetas y satélites del firmamento político.

¿Qué le falta a la dirigencia opositora? Son varias las carencias, pero yo destacaría la ausencia de grandeza para deponer los intereses subalternos particulares, si algo ha logrado Maduro en las peores condiciones de un gobierno de desaciertos es convencer a la mayoría descontenta que se va a quedar en el poder hasta que le de la gana, eso se percibe así por la fuerza débil de una oposición que no consigue el pegamento estratégico para trascender este momento aciago de la república. 

¿Y entonces que hacemos?  el a mi qué me importa y yo no me meto en política, son expresiones de  una fuerza estática negativa que es amplificada por los que dicen que Venezuela se arregló, recordemos que en Venezuela se contabilizan por cientos las protestas  en Caracas y mucho más en el interior, esa  Venezuela profunda que sufre las penurias de las fallas y el racionamiento eléctrico y otros servicios genera una verdadera pesadilla, lo que refuta que todo se arregló porque los problemas son mas intensos cada día que pasa, más complejos y costosos de resolver.

Para ilustrar el desastre, las lluvias de esta semana convirtieron la avenida Bolívar de Valencia en un autentico rio por falta de drenajes adecuados, según comentan algunos profesionales de la ingeniería, igual ocurrió en muchas partes del país dejando a una cantidad importante de familias damnificadas, a  Maduro frente a esa contingencia de la naturaleza no se le ocurre nada mejor que  afirmar que Valencia está más bonita que Nueva York, porque el gobernador de Carabobo ante el incumplimiento del gobierno de  finalizar las obras del metro, abandonadas hace muchos años por Chávez, decidió que el desplazamiento por superficie y el ornato de la principal arteria vial de esa ciudad, es más importante que culminar la ruta del metro que quedó inconclusa, como centenares de obras ofrecidas que se iniciaron y jamás fueron terminadas, perdiéndose cuantiosas inversiones que hoy son ruinas de la revolución.

Esas verdades son las que los políticos tienen que convertir en relato con testimonio a toda prueba y además con propuestas de soluciones creíbles y sinceras.

En Carabobo un diputado de la Asamblea de 2015 recorre las barriadas documentando en las redes las condiciones y problemas de las comunidades, su nombre es Carlos Lozano, su testimonio político de acompañar parece sincera y es recibido con afecto y naturalidad, esa actitud debe multiplicarse y avanzar organizativamente para pasar de la denuncia a la protesta y de esta a la demanda, porque la crisis no distingue y como repite Lozano con frecuencia, en la unión está la fuerza.