La vida cotidiana en el frente de los artilleros ucranianos con lanzacohetes Grad

Un lanzacohetes múltiple BM-21 ‘Grad’ dispara contra una posición rusa en el este de Ucrania el 22 de septiembre de 2022, en medio de la invasión rusa de Ucrania. (Foto de Juan BARRETO / AFP)

 

 

Los artilleros ucranianos acampan ocultos bajo los árboles, cerca de su lanzacohetes BM-21 Grad. Todo el día, esperan órdenes de disparar a poca distancia de las líneas rusas.





El arma de fabricación soviética es la versión de la década de 1960 de los famosos “Órganos de Stalin”. Y la potencia de fuego de los cuarenta tubos que lanzan cohetes de 122 mm puede alcanzar objetivos hasta 20 kilómetros.

Lejos detrás, cañones ucranianos atacan las posiciones de los rusos. Éstos responden con un incesante duelo de artillería, como ocurre en casi toda la línea del frente.

Con una cachucha invertida, Maksym, barbudo de unos treinta años, cuenta a la AFP que la jornada fue “agitada”.

“Esta mañana ellos (los rusos) nos dispararon desde cerca. Fuimos obligados a bajar a los refugios. Ahora hay más calma”, dice mientras los intercambios de disparos de obuses continúan.

Soldados ucranianos junto a un lanzacohetes múltiple BM-21 ‘Grad’ en el este de Ucrania el 22 de septiembre de 2022, en medio de la invasión rusa de Ucrania. (Foto de Juan BARRETO / AFP)

 

El café acaba de ser servido en vasos de plástico cuando la orden del comando llega. Los hombres toman sus armas, sus cascos, los chalecos antibala y corren hacia el camión.

El arma se enciende haciendo rugir su potente motor. Y avanza por el campo abierto.

Ruido ensordecedor

De repente se detiene. Los tubos se levantan, giran. Se hacen los últimos ajustes.

Tres minutos después de que se detiene el camión, cinco cohetes salen uno tras otro de los tubos, generando un ruido ensordecedor. Cada cohete Grad, palabra que significa “granizo”, lanza una chispa de fuego en medio de una espesa nube de humo.

Es tiempo de partir: no hay que dejarse percibir por los radares adversos, que pueden desencadenar una respuesta rápida y destructora. Rápidamente el camión regresa a su “base” para ocultarse.

No se sabrá mucho del objetivo, pues éste debe seguir siendo confidencial, ni sobre las técnicas que hicieron posible impactarlo.

“Se recibe la orden del objetivo que debe atacarse. Salimos, impactamos el objetivo y regresamos”, dice un joven oficial de 23 años, que tiene como nombre de guerra Buk, que significa “haya”, como el árbol.

Soldados ucranianos observan un lanzacohetes múltiple BM-21 ‘Grad’ en el este de Ucrania el 22 de septiembre de 2022, en medio de la invasión rusa de Ucrania. (Foto de Juan BARRETO / AFP)

 

Triste ironía, es también el nombre del sistema de misiles ruso que derribó en 2014 un avión de línea sobre esta región, causando 298 muertos.

Interrogado sobre la eficacia en esta guerra moderna del Grad, un arma concebida hace 60 años, Buk considera que “la eficacia del arma depende de quienes la utilizan. Si no se tienen las capacidades, el arma no será eficaz”.

“Es eficaz pues tiene largo alcance y puede alcanzar muchos objetivos”, agrega.

¿Cuántas veces diarias hacen esta maniobra? “Eso depende del nivel de nerviosismo de los rusos. Si no dejan tranquila nuestra infantería, salimos mucho más”, señala.

A la decisión del presidente ruso, Vladimir Putin, anunciada el miércoles de decretar una movilización “parcial” de 300.000 hombres, Buk responde de inmediato: “Tendremos mucho para fertilizar la tierra”.

AFP