Diego Matheuz, el ilustre director venezolano que hará historia con su batuta en Japón

Diego Matheuz
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Repertorios inigualables, piezas magistrales, diferentes ritmos, infinitas enseñanzas, pero al compás de un solo sueño. Así se compone la vida de un gran músico. Construir un nombre en el mundo del arte no solo requiere poseer talento y buen oído, sino que además hace falta mucha dedicación, perseverancia y un toque de fe. Es precisamente lo que ha hecho Diego Matheuz, un venezolano que tomó la batuta de su vida desde temprana edad y no se ha detenido para alcanzar la sinfonía de sus metas.

Hoy es un ícono que ha cosechado la admiración de mentores y fieles seguidores de su trabajo. El equipo de La Patilla platicó con el barquisimetano tras su nombramiento como Director Principal de la Orquesta de la Academia Seiji Ozawa en Japón para conocer cómo se alista para su debut con la ópera La Bohème de Puccini y anticipó una sorpresa antes de finalizar el año.





Por: Elizabeth Gutiérrez y Luis Eduardo Martínez | lapatilla.com

Matheuz supo desde pequeño que lo suyo era la música. A los 8 años inició estudios en el Conservatorio Vicente Emilio Sojo de Barquisimeto y a pesar de que su primer instrumento fue el violonchelo, una situación particular lo hizo cambiar al violín.

“Mi papá era dueño de un carro pequeño y yo tenía dos hermanas. No cabíamos todos en el auto y él me preguntó que si no me llamaba la atención el violín que era lo mismo que el violonchelo pero más pequeño. Le dije que sí y bueno así comenzó todo”, recordó.

El novel aprendiz pasó de la orquesta infantil a la juvenil al cabo del tiempo mientras transcurrían sus estudios con grandes maestros. “El Conservatorio de Barquisimeto se caracteriza por tener grandes maestros y muy buena educación para sus alumnos”.

En constante ascenso

Su pasión por la música lo acercaba cada vez más hacia la grandeza. Con el violín integró la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar durante dos años aproximadamente, mientras que por otro lado sentía el impulso de tomar la batuta. Inició los estudios de dirección y se abrió paso hasta crear una “conexión musical”.

“Fui llamado varias veces como director invitado hasta que un día decidí dejar la orquesta como violinista y dedicarme completamente a ser director. Luego, me requirieron como director titular y es un gran honor ser parte de esta orquesta y poder ser su director”, acotó.

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Las giras internacionales como director llegaron tan pronto comenzó a hacerse un nombre. Inicié en Italia, el maestro Claudio Abbado supo que yo estaba estudiando dirección de orquesta. Un día me invitó a dirigir parte de un ensayo, le gustó, me preguntó si me gustaría ser su asistente y aproveché. Fue una grandísima oportunidad para mí”.

Gracias a eso, su carrera en Italia se desarrolló a niveles exponenciales y posteriormente, se expandió con armonía por todas partes de Europa, Asía, Estados Unidos.

Matheuz descubrió en su transitar que cada orquesta es diferente, pero aprendió mucho de ellas. “Es una experiencia única y yo creo que cada una te deja algo”.

Un criollo en tierras niponas

Hasta que un día compartió con el maestro Seiji Ozawa que luego lo catapultaría a tierras orientales. “Hace muchos años, el maestro Ozawa me invitó a dirigir su otra orquesta la Saito Kinen Orchestra y de ahí comenzó todo. Después de esa primera vez continuó invitándome y ahí se creó una relación muy estrecha”, contó.

Y así, finalmente en 2020, recibió una invitación para dirigir por primera vez la academia del maestro Ozawa, aunque tuvo que posponerse por la pandemia. Cuando tomó la batuta y se subió al podio, el maestro japonés quedó fascinado con el talento del venezolano e inmediatamente le propuso el nombramiento para ser el Director Principal de la Orquesta de la Academia Ozawa en Kioto.

La titularidad de la orquesta representó para Diego un privilegio y no dudó en elogiar al maestro. “Que este nombramiento venga directamente del maestro Seiji Ozawa es aún más valioso. Es una grandísima leyenda de la música, el más grande director asiatico de todos los tiempos, un director amado y aclamado por todo el mundo”.

Formar el futuro

Diego, que creció siendo parte de El Sistema que ideó y realizó el maestro José Antonio Abreu, también destacó la similitud que tiene la Academia Ozawa con el modelo venezolano.

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“Usar la música como herramienta de educación es muy importante. La música es algo muy poderoso, algo que llega a muchísimas personas y más todavía poder hacerla a un alto nivel. Creo que El Sistema y la Academia son dos instituciones que van de la mano con esta idea de la educación”, apuntó.

La apuesta del venezolano en la orquesta es transmitir el mismo sentimiento de la música clásica occidental tan bien recibida en Japón. Beethoven, Mahler, Puccini, entre otros, serán parte del repertorio de Diego como director principal.

La sinfonía de un director

Para el último cuatrimestre del año, el barquisimetano también engalanará la Ópera de París, ya que fue invitado para dirigir 10 funciones de La Cenicienta de Rossini en el Palais Garnier, lugar donde también hace vida el venezolano Gustavo Dudamel.

“Gustavo es un hermano, un gran amigo. La invitación de La Cenicienta ya la tenía hace muchos años, antes de que Gustavo fuera nombrado Director de la Ópera de París, pero por supuesto para mí es un placer y un orgullo poder ir a su Orquesta y a su teatro a hacer música”, mencionó.

Entre tantas ocupaciones, Diego resaltó que siempre encuentra oportunidades para pasar tiempo junto a su familia. “Tengo dos hijas maravillosas y mi esposa. Tenemos una familia muy bonita y siempre trato en lo que pueda de llevarlas a todas partes. Cuando las niñas no están en clases que vengan conmigo y me acompañen en algunas giras o conciertos”.

Y aunque ha compartido escenario con algunas celebridades, el venezolano estaría encantado de trabajar junto a su paisano Ricardo Montaner. Asimismo, confesó que escucha sus canciones a diario.

Un porvenir brillante

El futuro del director venezolano pinta prometedor pues nos adelantó que se aproximan muchas cosas buenas para su carrera y que en cualquier momento tendremos grandes noticias al respecto. “Estoy seguro que les van a gustar y que van a estar muy contentos”, dijo.

Diego, quien regresa frecuentemente a Venezuela para dirigir la Simón Bolívar, dejó entrever que su mejor armonía la dedicará a los caraqueños antes de cerrar el año. “Viene algo muy bonito (…) pronto haremos ese anuncio”, puntualizó.