Proyecto Dumbo, una segunda oportunidad en medio del maltrato animal en Venezuela

Proyecto Dumbo, una segunda oportunidad en medio del maltrato animal en Venezuela

Proyecto Dumbo, una segunda oportunidad en medio del maltrato animal en Venezuela

 

 

 

El maltrato animal en Venezuela ha ido en aumento y está a la orden del día, por lo que el nivel de consciencia de la colectividad ha ido despertando y masificándose como una bola de nieve gracias a la exposición mediática que han recibido los casos de violencia contra los animales.

Marianny Castellanos // Corresponsalía lapatilla.com

Actualmente, muchos son los avances en materia legal que defienden los derechos de los animales en el país. Sin embargo, siguen existiendo “vacíos” en cuanto a la penalización por los delitos de atentar contra la fauna silvestre y el maltrato animal.

Es por esto que muchas son las personas que como voluntarios particulares o miembros de fundaciones, dedican su día a día a los animales, velando por su bienestar, alimentación y dándoles una segunda oportunidad de vida.

Tal es el caso de Michelle Flores, una joven con un inmenso amor por los animales, quien materializó su sueño con la creación del Proyecto Dumbo, una fundación sin fines de lucro dedicada a rescatar y colocar en adopción a mascotas en Aragua bajo el lema “no es uno más, son muchos menos”.

Al rescate de los perritos

A pesar de las limitantes que se le presentaron para estudiar Veterinaria en la Universidad Central de Venezuela (UCV) en 2017, debido a la crisis política y social que atravesaba el país -guarimbas, emigración y paro universitario de la UCV-, Michelle, quien hoy es licenciada en Mercadeo, comenzó su voluntariado con el fin de llevar comida y atención veterinaria a los peludos de Puerto Cabello.

“Yo siempre he rescatado animales en la calle y todavía mantengo la ilusión de estudiar algún día Veterinaria. En el año 2017 nació la fundación con otro nombre, con el objetivo de llevar comida y atención veterinaria a los perritos de Puerto Cabello, porque yo iba muy seguido de vacaciones para allá y todos los perritos estaban en muy mal estado. Cuando mis amigos que vivían allá emigraron, ese proyecto paró. Pero yo igual seguí rescatando animales por mi cuenta, entre mi mamá y yo”, dijo.

Cuatro años después, específicamente a mediados del año pasado, Flores se inscribió en el reto Saca el Pecho de la Hacienda Santa Teresa, en el que ofrecían ayuda económica para una empresa o fundación, con el que consiguió mucho más apoyo de las personas.

Al pasar de los meses, la idea de esta rescatista era conseguir un espacio que acondicionó gracias a las donaciones. Sin embargo, no era el lugar adecuado para atender animales con heridas grandes, por lo que consiguió otro hogar que fue adaptando hasta lograr su inauguración el pasado domingo 24 de julio.

“Entre voluntarios que fui conociendo con lo de la pintura del espacio, se creó un voluntariado oficial de Proyecto Dumbo que son, por lo menos, 10 chicas que están apoyándonos, pintan, atienden a los perritos. También contamos con un centro clínico veterinario que nos ayuda con créditos y muchas veces nos exoneran precios altos y operaciones. Y así poco a poco, con ayuda, pasó de una idea pequeña a todo lo que somos hoy”.

Un homenaje a Dumbo

Proyecto Dumbo, una segunda oportunidad en medio del maltrato animal en Venezuela

 

 

 

Como una especie de amuleto de suerte, Dumbo llegó a la vida de esta defensora de los derechos animales para abrir el camino a lo que sería la realización de su más grande sueño. Es por eso que con tan solo tres meses de vida, este cachorro fue la inspiración para lo que hoy día es la esperanza de muchos peludos y felinos.

“Dumbo era un perrito que estaba por los lados del C.C Maracay Plaza, una amiga lo vio y a pesar de que no podía ayudarlo mucho, se acordó que yo a veces ayudaba perritos. Ella se lo llevó y yo en la noche lo pasé buscando por su casa y lo llevé de emergencia a la UCV, porque tenía toda la barriga morada, el fémur partido, la patica le colgaba y lloraba mucho. No sabía si estaba reventado por dentro, parecía que había sido atropellado”, comentó.
Tras contactar al doctor Ángel Rojas, especialista en traumatología, Dumbo conoció su segunda oportunidad de vida, pues al superar la operación, actualmente camina perfecto, brinca y corre como si no hubiera vivido ese traumático proceso.

“Cuando yo coloco toda la información sobre Dumbo, porque la primera noche fueron 120 dólares y faltaban 400 dólares de operación, pedí ayuda y muchísima gente me escuchó, me ayudó. Luego de Dumbo dije: bueno, podemos seguir haciendo lo mismo con al menos un perrito mensual. Al final mi mamá se quedó con Dumbo, y con mi pareja seguimos rescatando animales de esa manera”, contó al recordar cómo llegó este canino a su vida.

“No es uno más, son muchos menos”

Como el primer paso para evitar más abandonos de animales en las calles es educar, Michelle también dedica su voluntariado a llevar el mensaje de cómo cuidar a los perritos y dónde acudir, así como de informar sobre la importancia de vacunar y esterilizar para disminuir la cantidad de cachorros en la calle en situación de abandono.

“El segundo propósito es hacer jornadas para las comunidades de bajos recursos, porque sabemos que hoy día la medicina, tanto humana como animal, es muy costosa y conocemos también las realidades económicas de ciertas zonas. La idea es no olvidarnos de esas zonas, porque ahí también hay animales. Nuestro objetivo es realizar más adelante jornadas y motivar a otros a que también lo hagan. Hoy día hay muchas jornadas de vacunación y esterilización en comparación a hace algunos años”, relató la fundadora de Proyecto Dumbo.

Entre los planes a corto plazo de la fundación está la creación de más habitaciones y buscar la autogestión para no depender únicamente de las donaciones. Además, otra de las metas fijadas es la adquisición de un vehículo con el que puedan hacer los rescates de una manera más cómoda.

Asimismo, siguiendo con la premisa de su eslogan. Uno de los planes a futuro es abarcar más sedes y llegar a otros estados para motivar a otras personas a crear fundaciones y explicarles que “no es tan complicado” como parece.

Un refugio incomparable
A pesar de que a diario reciben muchos reportes de casos en situación de abandono y maltrato, actualmente tienen que escoger al que más necesita ayuda, pues a diferencia de otros refugios, en Proyecto Dumbo cada mascota tiene una habitación con aire acondicionado.

“Yo tengo un perro que tiene un tumor que es contagioso y está aislado. Tengo varios perros que no se llevan bien, incluso, el domingo tratamos de unirlos para ver cómo se llevaban y no hubo manera. Entonces como yo no estoy allá todo el día y para evitar un accidente, yo tengo a cada perro en su cuarto como en un hospital”, indicó.

En el caso de los gatos, explicó que es diferente, ya que los atiende en su casa, porque en su mayoría son pequeños que dejan de comer al dejarlos solos en el refugio. De esta manera, el control es más cercano y evita que se enfermen.

Venezuela, país de retos

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Al preguntarle por los retos que enfrenta como voluntaria en un país en el que la economía es muy inestable, contó que el vivir de donaciones para salvar la vida de los animales es lo más complicado, porque en muchas ocasiones no todos pueden ayudar.

“A nosotros aparte del apoyo económico, nos ayudan con medicinas, camitas, con servicios como la instalación de los aires acondicionados de manera gratuita. Muchas veces los voluntarios que en ese momento no eran voluntarios oficiales, nos ayudaron a limpiar, a quitar todas las filtraciones y difundiendo siempre será una buena manera de ayudarnos, porque así podemos llegar a otros espacios y a más personas. Difundir es la mejor manera de ayudar siempre”, reseñó la animalista.

Sin embargo, también mencionó que otro reto es saber manejar la parte psicológica para superar todo el proceso de las mascotas que no logran salvarse. Además, los comentarios de las personas que no conocen todo el trabajo que conlleva la fundación también afectan emocionalmente.

Adopta, no compres

Constantemente esta rescatista de animales utiliza sus plataformas sociales para mostrar la realidad de los criaderos, donde tratan a las mascotas como máquinas comerciales. Por esta razón, el eslabón final de todo el trabajo que realiza Michelle junto a sus voluntarios es la adopción de los peludos y felinos.

Para ello, el protocolo es estricto y comienza con un cuestionario que envían vía WhatsApp para recopilar información que les permita evaluar la posición económica de la familia. “Evaluamos la parte económica, el espacio donde va a vivir, si es cómodo, si tiene techo para protegerse, si va a vivir en el patio, etc. Los entregamos vacunados para evitar que nos digan que los entregamos con moquillo, y cuando son cachorros, el representante sí tiene que colocarle la segunda y tercera dosis”, contó.

El proceso continúa con la firma de una carta de adopción donde la nueva familia se compromete legalmente a hacerse cargo del perrito, de las vacunas anuales y de esterilizarlos en un lapso de un año.

De cumplir con estos requisitos, la adopción finaliza con la entrega del peludo en su nuevo hogar para confirmar el espacio y toda la información que fue suministrada previamente. “Si compran colaboran con el maltrato animal, por eso la idea es adoptar para acabar con esos negocios”.

Para seguir apoyando y ayudando a más perritos y gatos, quienes deseen colaborar con Proyecto Dumbo o adoptar a una mascota, las redes sociales de @proyectodumbo en Instagram y Twitter están completamente a disposición. También pueden comunicarse al número telefónico 0424-3096420.

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