De padre palestino y madre de ascendencia española, Lulú Andonie nació en Harlingen, Texas, pero ha vivido en Monterrey, México, casi toda su vida con la influencia de su madre y abuela paterna, el amor por la cocina despertó desde muy temprana edad. Lulu decidió estudiar Mercadotecnia en el Tecnológico de Monterrey, México, porque por mucho tiempo considero el amor por la cocina como un hobby , si saber que su tendría tanto éxito, sin embargo siempre estuvo perfeccionando sus destrezas en la cocina a través de diplomados.
Amante del chocolate, Lulú estudió también en la Chicago Chocolate Academy y la Dubai Chocolate Academy. “Amo el chocolate, pero también hago mucho ejercicio, porque si no estaría llenita”. Además, Lulú cocina kibbeh árabe a la perfección.
Lulu nos comparte que los mejores alimentos son cosas naturales y sin conservadores, frutas, verduras, legumbres, proteínas y algún carbohidrato, sin restringirse de los nutrientes que el cuerpo necesita. Es pescetariana, solo consume carne de pescado, lo que le ha funcionado muy bien para tener una vida física, psíquica y emocional satisfactoria
Como agrega, “es mi ascendencia” y, aunque confiesa que no es experta repostera, hizo un pastelito con miel de maple, tocino y betún de crema “que queda espectacular porque mezcla lo dulce y lo salado”.
Su talento en la cocina y su personalidad dinámica le granjearon un puesto en el programa de televisión “Master Chef Latinos”, donde cocina bajo presión e improvisa sin tenerle miedo al éxito. “Aprendí también a manejar mis emociones, a veces va bien con los jueces, pero es importante que no se te suba a la cabeza, y no tomarlo personal cuando te va mal. Y siempre dar todo de ti, no importa dónde estés”.
Cuando cocino, le pongo pasión y sazón. Mis ganas de darle gusto a la gente con la comida se notan porque les encanta probar lo que hago. Disfruto hacer pasta de cero, pero me encantaría tomar un curso en Italia para hacerlo como los italianos”, dice la influencer culinaria que ha estudiado con Melissa Coppel y Antonio Bachour en Las Vegas, Nevada.
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Asimismo, para Lulú el ingrediente esencial es la espiritualidad, “por eso medito, prendo palo santo, y no doy espacio a pensamientos negativos para poder compartir esa energía con el mundo, ya que carecemos mucho de amor”.