Todo sobre Sagitario A, el agujero negro en el centro de la Vía Láctea… y posible “asesino” de la Tierra

Todo sobre Sagitario A, el agujero negro en el centro de la Vía Láctea… y posible “asesino” de la Tierra

Investigadores identifican el origen de las primeras estructuras formadas en galaxias como la Vía Láctea 20M EP

 

 

Sagitario A*, el agujero negro sobre el que pivota toda la Vía Láctea en la que se encuentra el planeta Tierra, ya no es un desconocido. Tiene cara y ha sido hoy presentada en sociedad gracias al equipo del Telescopio Horizonte de Sucesos (EHT), el mismo que mostró por primera vez una imagen de un agujero negro, Messier 87, allá por 2019.





Por 20minutos

Los confines del universo han fascinado al ser humano durante siglos y la Vía Láctea no ha escapado a este interés, lo que ha permitido caracterizarla con el pasa de los años y conocerla cada vez mejor. Entre sus componentes se encuentra Sagitario A*, un agujero negro supermasivo en sus regiones centrales, que puede influir tanto en su entorno más próximo como en la evolución de la propia galaxia.

A 26.000 años luz de la Tierra, es el agujero negro supermasivo más cercano al planeta y tiene una masa de unos cuatro millones de soles. Sin embargo, posee algunas propiedades que lo distinguen de otros objetos similares. Así, su emisión es muy débil y su capacidad para convertir materia en energía es hasta cientos de veces menor que en otros.

Hasta la fecha, no hay pruebas claras de que Sagitario A* cuente con un flujo de materia procedente de ambos polos a altísima velocidad, como sucede en otras galaxias activas más brillantes. Sin embargo, estudios recientes en los que participa el Instituto de Astrofísica de Andalucía – CSIC han revelado la forma casi circular de este agujero negro de la Vía Láctea, lo que indica que el eje de rotación de dicho chorro puede estar apuntando hacia la Tierra.

Pese a su cercanía, hasta ahora, el estudio de este agujero negro no ha resultado sencillo, debido a la presencia de grandes cantidades de gas y polvo. Este último limita las observaciones a ondas de radio, infrarrojo y rayos X, capaces de atravesarlo, pero aun así sufren la dispersión producida por las nubes.

La primera fotografía, en 2019

Que los agujeros negros existen, y no solo teóricamente, no fue un hecho (visible) hasta el 10 de abril de 2019. Entonces, el Event Horizon Telescope (Telescopio de Horizonte de Sucesos, EHT) publicó la primera fotografía de un agujero negro en el corazón de la galaxia Messier 87, a 50 millones de años luz de la Tierra.

Se vio entonces, en aquella imagen, una estructura brillante similar a un anillo con una región central oscura (la sombra del agujero negro). La foto (la que vemos al inicio de esta noticia) no era muy nítida porque estaba rodeado por una densa nube de polvo y gas.

 

 

Mirando dentro de un agujero negro

Hablamos de agujeros negros; de cómo observar y analizar el fenómeno más enigmático del Universo y, al tiempo, de entender mejor las leyes de la física que lo rigen (¿unificar la teoría de la Relatividad General y la de la Mecánica Cuántica?).

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