Estuvo con la CIA, fue narco, informante y lo mataron por orden de Escobar

Estuvo con la CIA, fue narco, informante y lo mataron por orden de Escobar

A la vida de Seal le hicieron una película llamda ‘American Made’. FOTO: Twitter: RaeAnon

 

La historia de Adler Berriman Seal, conocido como Barry Seal, empezó como aviador en Estados Unidos, su país natal.

Por eltiempo.com





En 1965, cuando Seal apenas tenía 26 años, se convirtió en el piloto más joven en volar un Boeing 707 con la aerolínea Trans World Airlines (TWA). Parecía la historia de un piloto normal, hasta que lo contactó la Agencia de Inteligencia de Estados Unidos (CIA).

Cuando era muy joven, Seal se había entrenado en la Patrulla Civil Aérea. Fue así como terminó en manos de la CIA, que lo contrató para que volara a Nicaragua y fotografiara grupos sandinistas -del Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua-.

Con su nuevo trabajo como piloto, Seal empezó a viajar regularmente a Sudamérica y aprovechó esto para comenzar su propio operativo de tráfico de marihuana hacia Estados Unidos, donde el auge del movimiento hippie y las protestas contra la guerra de Vietnam le tenían un mercado gordo asegurado.

Fue así como a finales de los setenta se involucró con los hermanos Ochoa -Jorge Luis, Fabio y Juan David-, para mover toneladas de cocaína hacia Estados Unidos. Tiempo después, los hermanos, junto con Pablo Escobar, fundaron el Cartel de Medellín.

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Según lo que resumen varios medios estadounidenses, Barriman logró reunir una fortuna de más de 50 millones de dólares de la época. Sin embargo, la CIA y la DEA comenzaron a notar ciertas irregularidades y lo arrestaron en Florida, en 1983.

Desde ese momento, Barry, como fue más conocido, se convirtió en un informante. La DEA lo utilizó e instaló cámaras para poder sacar la mayor información posible sobre su trabajo con el Cartel de Medellín, que rápidamente se estaba convirtiendo en uno de los más peligrosos del mundo.

Fue por medio de esas cámaras que, cuando los capos huyeron a Nicaragua por la persecución en Colombia tras la muerte de Rodrigo Lara Bonilla, se lograron capturar imágenes de Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha llenando avionetas de droga con la ayuda de militares nicaragüenses

Aunque la operación era supuestamente secreta, las imágenes no demoraron en filtrarse a la prensa y la identidad de Seal como agente encubierto del gobierno fue revelada.

La relación que mantenían los Ochoa con Seal era cercana, “era tratado como otro miembro de la familia. Jorge compartió buen tiempo con él, lo consideraba un hermano mayor”, comentó Fernando Arenas, que trabajó con Seal, a un medio de televisión estadounidense en su momento.

A pesar de las buenas relaciones que en su momento se establecieron entre el estadounidense y los colombianos, el Cartel de Medellín no demoró en ofrecer mil dólares -casi cuatro millones de pesos- a quien lo secuestrara y entregara en Colombia o $500 dólares -casi dos millones de pesos- a quien lo matara.

Para 1985, alrededor de un año después de que ofrecieran las recompensas por su muerte, Jorge Ochoa fue capturado en Madrid, España, y Estados Unidos exigió la extradición del capo colombiano, en gran parte, debido a la información que Seal compartió.

Debido a esta situación y posiblemente por el temor de que continuara hablando y la extradición de Ochoa avanzara más, el Cartel aprovechó la libertad condicional que Seal había adquirido y envió a Estados Unidos a tres sicarios: Miguel Vélez, Luis Quintero Cruz y Bernardo Vásquez.

El 19 de febrero de 1986, Seal fue asesinado a manos de los tres enviados, quienes le dispararon seis veces cuando se encontraba manejando su carro Cadillac, en Louisiana, Estados Unidos.

 

Vélez, Cruz y Vásquez fueron detenidos y condenados a cadena perpetua por el asesinato de Seal.

La vida del piloto acabó convirtiéndose en la inspiración para una película llamada ‘American Made’, protagonizada por Tom Cruise, que cuenta su inusual historia.