Pacientes que reciben atención médica en el ambulatorio del sector Castillito, en Puerto Ordaz, estado Bolívar, tienen que saltar lagunas de aguas putrefactas para entrar a ese centro de salud.
Corresponsalía La Patilla
“Yo recibo terapia en el ambulatorio y todos los días tengo que calarme ese olor y con el riesgo de se me pegue un hongo en el pie porque a veces el agua me cae cuando voy caminando”, dijo Marisol González, una ciudadana que recibe fisioterapia en el precario centro asistencial.
Las personas que viven cerca del desborde de agua podrida dicen que el gobierno local está al tanto de la situación, pero no resuelve el problema. “No hemos visto a la alcaldía aquí haciendo el trabajo que corresponde”, dijo Felicia Muñoz, una vecina.
El ambulatorio recibe a por lo menos 70 personas al día que asisten por consultas médicas, emergencias o alguna terapia. También se realizan pruebas de COVID-19 en el lugar.
“A ese ambulatorio viene gente vulnerable, ancianos y niños. Imagínate tú el foco de contaminación que eso representa para una persona mayor”, declaró Felipe Villarroel.
Los afectados también dijeron que por la contaminación de la laguna, llegan animales como serpientes o zamuros. El desborde de aguas residuales no es un problema exclusivo del sector Castillito. De acuerdo con el Observatorio de Servicios de Ciudad Guayana, al menos el 70% de las comunidades de la zona presentan algún nivel de colapso en la red de cloacas.