Así viven miles de ucranianos en el centro de refugiados más grande de Polonia (FOTOS)

Así viven miles de ucranianos en el centro de refugiados más grande de Polonia (FOTOS)

Centro de refugiados más grande de Polonia.

 

 

 





Una joven ucraniana de 30 años sujeta en sus brazos a su bebé de seis meses. Su rostro luce desencajado, como si aún el exilio de su tierra natal no hubiera sucedido. Entre lágrimas se pregunta si su marido seguirá con vida. Alina no puede hablar: su voz está rota hace varios días -al igual que su corazón- y me pide un abrazo mientras me muestra la imagen que tiene de fondo de pantalla en su celular.

Por Clarín

En su smartphone hay un retrato de ella, su bebé y su marido algunos meses atrás, antes de dar a luz a su primogénita en Kiev. La última comunicación telefónica con su marido fue hace tres días, cuando él le dio la trágica noticia de que tenía que ir al noroeste a continuar con la resistencia ucraniana. Al igual que él, ningún compatriota mayor de edad puede salir del país mientras dure la guerra. Una ley los obliga a luchar por su tierra.

Alina escapó hace veinte días de la guerra junto a su pequeña bebé y dejó atrás su vida en Kiev para refugiarse en Varsovia. Algo que aún lamenta y que posiblemente lamente por el resto de sus días. Su escaso inglés hace que nuestra conversación se desarrolle lentamente, a través de gestos y símbolos.

 

Un centro de exposiciones en las afueras de Varsovia, en Polonia, es el mayor refugio de los que huyen de la guerra en Ucrania.

 

Antes de partir para el bus que la llevará a otro centro de acogida me agradeció el interés por su historia. No es la única mujer que llora en la sala. A su alrededor, en el centro de refugiados, hay miles de ucranianos que viven la misma situación dramática. O incluso peor.

En las últimas dos semanas y gracias a la ayuda del gobierno ucraniano y de diversas ONGs. la Warsaw Expo -que supo ser un predio de exposiciones en las afueras de Varsovia- se convirtió en el centro de refugiados más grande de Polonia. Está dividido en cuatro salones y tiene la capacidad para albergar hasta 20 mil personas.

Ubicado a 30 kilómetros de la capital polaca, el centro de refugiados es hoy testigo de una de las situaciones más escalofriantes desde el fin de la Guerra Fría. Allí descansan e intentan conciliar el sueño al menos 7.000 ucranianos, la mayoría de ellos mujeres, niños y adultos mayores que abandonaron Ucrania de la noche a la mañana por una simple razón: no morir en vano.

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