Carlos Ochoa: El ciclo de Maduro

Carlos Ochoa: El ciclo de Maduro

En política hay que saber interpretar los tiempos para salir de las crisis, el rechazo mayoritario que se percibe de Maduro y su régimen está acelerando a un sector de los factores democráticos para intentar activar el revocatorio, no es un camino fácil de transitar por la cantidad de obstáculos que ha colocado el régimen en el pasado y que colocará en el futuro,  pero es un tablero en el que hay que jugar, por supuesto hay un océano que cruzar para activarlo y existe la posibilidad que no lo permitan, pero eso depende de los movimientos que haga cada bando y en definitiva la oposición está casi obligada a intentarlo de la misma manera que Maduro a impedirlo.

Cuando la Constitución de 1999 aprobó esa figura para que los electores a mitad de período pudieran decidir la continuación o no del Presidente la situación era muy distinta, Chávez se creía imbatible y para ese momento realmente lo era, había encantado con su retórica cuartelaría a una mayoría que  sembró de odio y resentimiento histórico, utilizando todos los medios sin importarle para nada llevarse por delante a quien se le atravesara en el camino, se opusiera o tratara de ejercer en radio, televisión y después en medios digitales el derecho a informar y disentir. La hegemonía del discurso encontró en el teórico comunista Antonio Gramsci una fuente bibliográfica para explicar el porqué la revolución necesitaba un discurso único para consolidarse, pero el destino le tenía preparado a Chávez una emboscada y sin que sepamos con claridad el hilo de los acontecimientos, se despidió de este mundo dejando eso si un heredero político, en ese sentido pudo concretar en su obsesión bolivariana lo que El Libertador no pudo por falta de fuerzas y apoyo y porque la República de Colombia o de la Gran Colombia,  como la llamaron los historiadores después, hacía aguas y se hundía sin remedio en la división. 

Mucho se ha especulado históricamente de las intenciones de Bolívar de nombrar al vencedor de  Ayacucho como su sucesor, el Mariscal Sucre después que Bolívar dividió al Perú creando a Bolivia y su constitución, hizo nombrar a Sucre como Presidente vitalicio de la naciente república, pero eso no duró y tuvo que abandonar el cargo para enfrentar la vil emboscada que le cegó la vida en las montañas de Berruecos en 1830, en realidad Bolívar se quedo sin salud ni opciones, la conspiración septembrina en 1828 para atentar contra su vida lo dejó sin el Neogranadino  más importante, el General Santander, que fue condenado e indultado por el propio Bolívar, Santander fue apartado de la Vicepresidencia por El Libertador a su regreso a Bogotá después de la liberación del sur. Cuando Bolívar decide autoproclamarse dictador de Colombia las cosas no iban bien, la división republicana era profunda, los dos bandos en pugna, bolivarianos y anti bolivarianos hacían imposible la reconciliación de la república, Venezuela y Ecuador estaban prácticamente decididas a convertirse en repúblicas independientes y en la Nueva Granada por una campaña mal intencionada de los enemigos de Bolívar, difundieron que con la dictadura lo que en realidad pretendía Bolívar era proclamarse rey. Por eso esa última proclama en donde Bolívar en su lecho de muerte dicta “que si su muerte contribuye a que cesen los partidos y se consolide la unión yo bajaré tranquilo al sepulcro…” en realidad expresa que con su fallecimiento el partido de los bolivarianos y el de los anti bolivarianos podían unirse para salvar a la República sin su existencia física, en el fondo es casi seguro que  Bolívar estaba claro que la desaparición de Colombia era inminente.





Pero los amigos lectores se preguntaran a que viene todo esto de Bolívar y Colombia en su hora más menguada, en realidad tiene que ver con el culto exagerado a Bolívar que le han profesado algunos gobernantes del pasado exceptuando a Nicolás Maduro en el presente. Cuentan que Juan Vicente Gómez en su lecho de muerte preguntó qué día era y le respondieron 17 de diciembre a lo que respondió “muy bien”, el andino presidente había nacido supuestamente un 24 de julio y se despidió según testigos un poco antes de la medianoche del 17 de diciembre, lo cual hacía coincidir su nacimiento y fecha de muerte con la del Libertador Bolívar. En el caso de Chávez la reinterpretación para sus intereses políticos de la historia venezolana fue arbitraria rayando en una mitomanía bolivariana digna de estudios psiquiátricos, lamentablemente para los venezolanos su última aparición en la que él sentía rendía un último homenaje a Bolívar nombrando el sucesor que el Libertador  no pudo nombrar, fue como se dice ahora un falso positivo, una farsa. Si realizamos un ejercicio de imaginación, de mucha imaginación, colocando a Chávez como Bolívar, el nombramiento de Maduro como heredero político ha resultado una tragedia para el país y para el chavismo, Chávez no eligió a un Sucre, Urdaneta mucho menos a un odiado y vilipendiado Páez, Chávez en esa noche tan clara de luna llena designó salvando las enormes distancias al Santander encubierto, conspirador, no quiero con esto  enturbiar la memoria del prócer neogranadino, héroe de la batallas del Pantano de Vargas y Boyacá en 1819 y muchas otras libradas en los llanos venezolanos con Páez y su participación en la Campaña Admirable de 1813, la comparación histórica es imposible, he nombrado  simbólicamente al General Santander opuesto a las ideas de Bolívar, por el enfrentamiento político que mantuvo con Bolívar desde la vicepresidencia y después de su destitución en 1827. A diferencia del General Santander nacido en la Villa del Rosario donde por coincidencia se dice sin tener certeza de ello nació también Nicolás Maduro, el Presidente de facto se mantuvo al lado de Chávez hasta el último aliento sin contradecirle una sola palabra, una coma, el parecido más que con el General Santander es con Juan Vicente Gómez que estuvo al lado de Cipriano Castro incondicionalmente,  hasta que se hizo con la Presidencia por ausencia del país del hombre fuerte de Capacho sin disparar un tiro.

Todos recordamos que al principio de su gobierno Chávez vociferaba que iba a gobernar hasta el 2021, esa profecía se cumplió con la derrota del último Chávez en cargos de elección popular el 21 de noviembre pasado, Maduro entiende que el ciclo del chavismo se cerró en 2021 y quiere empezar su propio ciclo, para ello requiere apoyo de los enemigos de Estados Unidos en la nueva etapa de la guerra asimétrica de cuarta generación que se está desarrollando y bloquear las concesiones legales como el revocatorio presidencial que es parte del ciclo anterior chavista, por eso no lo permitió en 2016 utilizando tribunales estatales y al CNE para impedirlo.

Los factores democráticos tienen que sincronizar su accionar con los tiempos políticos, estamos de acuerdo que es constitucional el revocatorio a Maduro, pero el problema no es legal es político, para llegar a un revocatorio contra Maduro hay que ejercer mucha presión y construir la unión en ese sentido, yo pienso que hay que jugar el tablero del revocatorio como estrategia para unas posibles elecciones generales anticipadas negociadas, de no producirse un cisne negro, un evento que cambie el paisaje a nuestro favor, los que piensan que la única opción es esperar al 2024 no entienden o no quiere entender que esa es la ruta de consolidación del ciclo de Maduro.