Danny Rolling, el asesino serial de los años 90 que inspiró “Scream”

Danny Rolling, el asesino serial de los años 90 que inspiró “Scream”

Foto: El Popular

 

Scream es una de las mejores películas de terror de los 90 y, aunque no lo creas, está inspirada en la historia real de un brutal asesino serial de Florida.

Por GQ México





En la película de Wes Craven, Scream (protagonizada por Neve Campbell y Courteney Cox), que le dio nueva vida al género slasher y se hizo famosa por sus guiños al terror clásico, una adolescente y sus amigos son acosados por un misterioso asesino que usa una extraña máscara blanca y que disfruta de torturarlos psicológicamente antes de matarlos de las formas más violentas y absurdas.

La película tenía mucha sangre, sustos y a un gran villano, que no se parece muchos a los asesinos seriales más famosos de la historia, pero está inspirado en uno.

Cuenta la leyenda que, en 1994 un aspirante a guionista llamado Kevin Williamson (aka el escritor de Scream que ya se encuentra escribiendo la quinta película de la saga) quedó atrapado por un programa de televisión que hablaba sobre un asesino serial que aterrorizó a un pueblo de Florida y asesinó a 5 estudiantes universitarios en un periodo de tres noches en 1990.

Danny Rolling, conocido como el Gainsville Ripper, era el hombre del que hablaban en ese programa que dejó a Williamson tan asustado, que lo inspiró a escribir su propia película de terror. La historia que escuchó se convirtió en la base del guion de la primera película de Scream.

¿Quién fue Danny Rolling?

De acuerdo con el The Making of a Serial Killer: The Real Story of the Gainesville Murders, Danny tuvo una infancia difícil (cosa que tiene en común con Ted Bundy y Charles Manson), su mamá tenía solo 19 años cuando Danny nació y su papá era un veterano de la guerra de Corea que sufría de estrés post-traumático, que no fue exactamente la mejor combinación para criar a un niño. Se dice que James (el papá) era un hombre violento y controlador, que peleaba con su esposa todo el tiempo y abusaba física y verbalmente de sus hijos, incluso llegó a atacarlos y golpearlos.

Como mecanismo de defensa, Danny Rolling, que había tenido algunos intentos de suicidio, buscó un refugio en la música y el arte, e incluso se cree que pudo haber desarrollado personalidades múltiples (como Billy Milligan) para protegerse.

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