“Estabilización en el foso”: Proyectan crecimiento económico de 4% en Venezuela

Una persona sostiene varios billetes de bolívares y dólares, el 13 de septiembre de 2021, en Caracas (Venezuela). Dentro de dos semanas, Venezuela estrenará su nueva moneda tras la tercera reconversión de este siglo, con la que desaparecerán seis ceros del bolívar soberano y nacerá el bolívar digital, pero, lejos de verlo como un respiro, los ciudadanos esperan con muchas dudas y la indiferencia de quienes se han acostumbrado a una dolarización de facto. EFE/ Miguel Gutiérrez

 

Por primera vez en ocho años, la economía venezolana crecerá impulsada por la recuperación de los precios del petróleo, por una mejoría en el comercio y un mejor comportamiento de las empresas privadas. La firma local Ecoanalítica proyecta que esa recuperación estará alrededor del 4% y 6%, en 2022, sin embargo, su director, el economista Asdrúbal Oliveros, ve estas cifras con cautela.

Por Adriana Núñez Rabascall / vozdeamerica.com





“Es un número bastante débil para una economía que se ha contraído más de 80%. Es más una especie de estabilización en el foso, pero es un cambio importante de tendencia que puede ser aprovechado por algunos sectores”, apunta Oliveros.

“Venezuela es una economía que pasó de una caída muy profunda a dejar de caer, y eso es lo que estamos celebrando: que no caiga más, pero queda estancada. La capacidad de que está economía recupere parte del potencial que tuvo en el pasado, sin acuerdos políticos, sin un marco institucional distinto al que tenemos, lo veo muy difícil”, añade.

Por su parte, el también economista y socio de Ecoanalítica, Luis Arturo Bárcenas, destaca que “si bien hay una recuperación tenue, no es suficiente para llevar a la economía venezolana a los niveles previos a la crisis que inició en 2014”. Pero cree que ese leve crecimiento tendrá efectos palpables para la ciudadanía. A juicio de Bárcenas, “es muy probable que el sector comercial tenga la oportunidad de aumentar sus ventas, generar mayores ingresos y pagarle mejor a sus empleados”.

La fotografía de la Venezuela de hoy dista mucho de lo vivido hasta hace unos 3 años. Atrás quedó la profunda escasez de alimentos y artículos de higiene. El Estado ha permitido la libre circulación de dólares y ha dejado a un lado la política de control de precios, que llevó adelante durante casi una década.

“El gobierno tiene una situación de caja compleja. Si bien ha mejorado sus ingresos, todavía sigue siendo muy débil, depende mucho del sector privado, de que el sector privado provea bienes y servicios”, señala Oliveros, quien además, considera que la administración de Nicolás Maduro “tiene incentivos de mantenerse pragmático en lo económico, porque no tiene músculo financiero para prescindir del sector privado”.

Aunque hoy los anaqueles estén repletos de productos importados, 95% de la población es pobre, de acuerdo con la Encuesta de Condiciones de Vida, elaborada por la Universidad Católica Andrés Bello.

No en vano, en opinión de Oliveros, la dolarización informal ha aportado un “dinamismo” a la situación financiera de la nación petrolera, ha aumentado los ingresos de trabajadores por cuenta propia, además de frenar la hiperinflación, que suma 4 años.

“Nosotros estamos esperando que este año la inflación termine ligeramente por debajo de 1.000% y que el año próximo se ubique por debajo de 300%. Es muy probable que Venezuela salga del ciclo formal de hiperinflación, aunque continúe conservando la tasa de inflación más alta del mundo”, afirma Oliveros.

La volatilidad de los precios en el país ha provocado que los dólares también pierdan su poder adquisitivo. “Lo que en diciembre de 2018 comprabas con 100 dólares hoy lo compras con 330”, resume Oliveros.

Venezuela sigue estando lejos de tener una economía próspera: los salarios en el sector público no superan los 3 dólares por mes y en el privado están alrededor de los 70 dólares, según cálculos del Observatorio Venezolano de Finanzas.

Por ello, Oliveros insiste: “Ese crecimiento no es lo suficientemente fuerte para que todos los segmentos de la población y todos los sectores económicos se beneficien de ello, sino que esto, al final, está focalizado en pocas ciudades”.

La consultora financiera Ecoanalítica alerta que sus pronósticos de crecimiento podrían cambiar si la variante ómicron del coronavirus obliga a un nuevo confinamiento.