Las plagas del chavismo dejan secuelas irreversibles en niños larenses

Las plagas del chavismo dejan secuelas irreversibles en niños larenses

 

 

 





 

La falta de protección, defensa y promoción de los derechos a la salud y de la alimentación en niños, niñas y adolescente, al igual que en el adulto mayor en el estado Lara, por parte de los organismos del estado, se acrecienta cada día más al observar a diario colas interminables de personas que acuden a fundaciones, centros de acopio, jornadas sociales, para comer, por lo menos, un plato de comida al día.

Corresponsalía La Patilla

Para Arnoldo Benítez, presidente de la Subcomisión de Pensionados y Jubilados de la legítima Asamblea Nacional, actualmente en Venezuela más de 4 millones de adultos mayores están expuestos ante un “paredón de muerte lenta”, ya que perciben la irrisoria cantidad de 7 bolívares digitales, lo que equivale a 1,56 dólares mensuales.

Señaló que los jubilados y pensionados están condenados a la indigencia. La canasta alimentaria está por el orden de los 343 dólares al mes, lo que significa que lo que perciben representa apenas el 0,46 % del costo de los alimentos básicos.

“La crisis alimentaria se ha agudizado al extremo que el año pasado dos adultos mayores fueron conseguidos muertos en sus casas, dos hermanos de 72 y 74 años respectivamente, los cuales por su condición no podían hacer colas para conseguir alimentos”. En este sentido, aseveró que la política nefasta de Nicolás Maduro forma parte del “exterminio” programado por el régimen indolente que, a su juicio, no le preocupa esta situación.

Benítez agregó que “los adultos mayores ya cumplimos con nuestro ciclo, por lo que necesitamos que el Estado simplemente cumpla lo establecido en los artículos 80, 83, 86 y 91 de nuestra Carta Magna, para poder vivir con dignidad”. Recordó que el artículo 91 establece “Que el Estado garantizará un salario mínimo vital que será ajustado cada año tomando como referencia el costo de la canasta alimentaria”.

Cifras alarmantes

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Por su parte, Gretna El Halabi, directora general de la Fundación Mapani Venezuela, manifestó que “el Principio de Humanidad establece que el sufrimiento humano debe ser atendido donde quiera que se encuentre, protegiendo y garantizando la vida y la salud de las personas sin ninguna distinción”.

Según la directora general de la fundación, en un país en crisis no es nada fácil ni barato para los venezolanos mantener una nutrición, pues también se requieren muchos suplementos y vitaminas que permitan la sostenibilidad de la salud de la gente en el tiempo.

“La falta de políticas gubernamentales dirigidas a la atención social, el alto costo de la vida, los bajos sueldos, el poder adquisitivo, la atención en salud, todos estos elementos, hacen que las cifras de desnutrición en el país sigan en aumento y sin ningún tipo de control por parte de los entes oficiales”.

En el caso del estado Lara, indicó que el porcentaje está por el orden del 21% en todo tipo de desnutrición. “En la actualidad en Lara desde nuestra fundación atendemos integralmente a 1.114 niños y niñas. De esa cifra, el 27 % presenta algún tipo de desnutrición”, indicó.

El Halabi agregó que de esas cifras, el 36 % no cuenta con medios de transporte ni con recursos para trasladarse en transporte público (que de por sí ya es escaso) hasta la sede, y por eso la mayoría llega a pie en un titánico esfuerzo para recibir la ayuda que les ofrecen.

Igualmente manifestó que cuentan con instalaciones en zonas rurales de la región, donde se atienden a pacientes que requieren de una mano amiga. “En Río Claro hemos dispuesto de unas instalaciones donde se atiende las necesidades de la población infantil que recurre a una ayuda, que se extiende y abarca a los habitantes de otras zonas circunvecinas”.

Potabilización del agua

Para Gretna El Halabi, una de las preocupaciones más apremiantes por las repercusiones que podría acarrear en la salud en niños, jóvenes y adultos, es la falta de potabilización del agua. La mayoría de los casos que se atienden presentan cuadros diarreicos y de desnutrición: “El agua que está llegando por las tuberías tiene que ser tratada, hervida para su consumo, para así garantizar la potabilización del líquido que se ingiere”.

Alertó que es urgente prestarle atención al tratamiento del agua, porque una deshidratación en niños desnutridos es tan peligroso como contagiarse con Covid-19. Es una situación que afecta mucho a los pobres, quienes pueden fallecer en menos de 5 días en estado de recuperación nutricional.

Bolsas que no resuelven

Según el Sistema Único de Distribución de Alimentos, mecanismo del régimen chavista para beneficiar a la población a través de la entrega de las bolsas CLAP, más de 16.000 familias en los 9 municipios del estado Lara serían beneficiadas con esta “ayuda”, lo que representa un porcentaje muy bajo tomando como referencia los índices de pobreza extrema que existe en la región.

El régimen ideó el Plan de Proteína, dirigido exclusivamente a las comunidades “en condición de vulnerabilidad”, es decir, no abarca a toda la población. No se sabe cuáles son los criterios que aplican para identificar la “condición de vulnerabilidad” de los grupos familiares que reciben este beneficio.

Según cifras extraoficiales aportadas en el estado Lara, se entregaron 25.283 mercados en el mes de octubre, lo que luce como insuficiente ante la cantidad de personas que no pueden comprar la canasta alimentaria.

Apoyo solidario

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Debido a la poca producción agropecuaria nacional y la crisis socio-económica ocasionada por las erradas políticas del régimen, las consecuencias en materia alimentaria son preocupantes, y afectan a la mayoría de la población. De acuerdo a la más reciente encuesta de Condiciones de Vida 2021 (Encovi), el 94,5% de los venezolanos viven en pobreza. En ese mismo estudio, se menciona que el 34.5% de la población venezolana vive en inseguridad alimentaria, mientras que el 24.5% vive en inseguridad alimentaria crónica.

De acuerdo con el informe de noviembre 2021 de la ONG Cáritas de Venezuela, desde 2015 hasta 2021 hubo un incremento del 73% en la cifra de niños con problemas alimentarios en Lara. En la actualidad, el 27% de la población infantil en la entidad padece de desnutrición.

El principal factor que influye en las deficiencias nutricionales del venezolano es el costo de la canasta alimentaria que en el mes de octubre llegó a los 343,75 dólares, mientras que el sueldo mínimo es de 7 bolívares digitales, los que equivale aproximadamente 1.5 dólares.

Debido a la crisis alimentaria, muchas personas han unido esfuerzo para ayudar a quienes a diario buscan comida en las calles barquisimetanas, y que en los últimos meses ha aumentado considerablemente, porque el salario que perciben no les alcanza para comer.

Es así como el Padre Miguel Ángel Bombín, párroco de la iglesia Guadalupe, ubicada en el sector Andrés Eloy Blanco, dijo que desde esta parroquia durante toda la pandemia han promovido el proyecto de alimentación de Cáritas Guadalupe.

Admitió que también sienten los embates de la crisis y han reducido la ayuda alimentaria en tres partes: La olla comunitaria, que realizan los domingos con el apoyo de feligreses y grupos cristianos, quienes preparan alimentos para unas 350 personas, entre niños, adultos mayores y personas que viven en las calles.

Asimismo, los viernes continúan con el proyecto de Cáritas “Desayunando con Luisito Orione”, en el cual preparan arepas para unos 189 niños y ancianos de la comunidad. Además, reparten paquetes de harinas y pastas a personas que llegan pidiendo alimentos en la parroquia.

Otras instituciones y personas que también aportan para paliar el hambre en Barquisimeto son:

El Comedor Qué Alegría, ubicado en la sede del Proyecto Juvenil Misionero (Projumi) donde atienden a 40 personas diarias previamente censadas. Projumi también realiza la misma labor en Boro de Santa Teresa, en El Tocuyo, municipio Morán, donde reparten 55 platos de comida a personas que están en cama en una jornada casa por casa.

En el comedor ubicado en una escuela de música en Cerro Gordo, al norte de Barquisimeto, atienden a 70 personas entre niños de bajo peso y desnutrición, con alguna discapacidad, además de embarazadas y adultos mayores.

El comedor de Paquita, ubicado en el centro de Barquisimeto, es uno de los más populares en la ciudad. Atienden a más de 300 adultos mayores en situación vulnerable.

La iglesia Sagrada Familia de Nazareth en El Tostao, comunidad foránea en el noroeste de Barquisimeto, donde alimentan a 350 niños y 50 adultos en cama.

Alimenta La Solidaridad atiende a 2.500 niños en todo el estado Lara.