En la Maternidad del Sur en Valencia las pacientes deben comprar hasta las historias médicas

En la Maternidad del Sur en Valencia las pacientes deben comprar hasta las historias médicas

 EFE/ Paolo Aguilar

 

 

 





Para tener un bebé en la Maternidad del Sur de Valencia hay que pasar por una larga travesía. Ya no es el centro de salud referencia que fue durante los años siguientes a su inauguración en 1995, sino una institución a la que hay que llevar todo para poder recibir atención, incluyendo el dinero para comprar la historia médica. Así lo reseñó El Carabobeño.

La larga lista de insumos y medicamentos que piden a las pacientes aplica tanto para cesáreas como para partos naturales. A las madres no les dan ningún tipo de alimentación y las áreas de hospitalización están sin aire acondicionado.

“Es mentira que la Maternidad del Sur está en buenas condiciones”, expresó el ginecólogo obstetra y directivo de Médicos Unidos Venezuela (MUV), capítulo Carabobo, Jorge Pérez, quien fue testigo de la atención que recibían antes las pacientes, incluso en sus hogares, luego de haber tenido a sus bebés.

Jorge Pérez, directivo de MUV Carabobo (Foto: Dayrí Blanco)

 

Son muchas las precariedades las que preocupan en este lugar. Pero una de las principales es el déficit de enfermeros. Hay noches en las que solo hay uno que se debe repartir entra sala de parto, quirófano y hospitalización. “Se han ido por las pésimas condiciones de trabajo, el riesgo ante la pandemia, los bajos salarios y el maltrato de parte de las autoridades”.

Tampoco hay en la institución camas habilitadas para terapia intensiva, lo que pone en riesgo la vida de las madres que tienen algún tipo de complicación severa.

Inversión innecesaria

En las inmediaciones de la Maternidad del Sur está el Parque Recreacional Sur, donde desde la gobernación se trabaja en el reacondicionamiento de “Draculandia”, lo que Pérez califica como una inversión innecesaria.

“Al lado se está gastando una cantidad de dinero en un parque, y sí, como ciudadanos lo merecemos, pero es insólito pensar que se inviertan grandes sumas de dinero y, al lado, nuestras madres carabobeñas están siendo atendidas de una manera inhumana”.

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