Las claves de la situación en Sudán tras la toma de poder por parte de los militares

Las claves de la situación en Sudán tras la toma de poder por parte de los militares

Los militares dieron un golpe de Estado en Sudán el lunes.

 

 

 





El golpe de Estado dado por los militares en Sudán es la última crisis en un período turbulento para el país africano.

Por BBC Mundo

El líder del golpe, el general Abdel Fattah al Burhan, disolvió el lunes el gobierno civil, mandó detener a líderes políticos y declaró el estado de emergencia en el país.

El primer ministro, Abdalla Hamdok, y los miembros de su gabinete fueron arrestados.

El golpe desató protestas en varias ciudades del país, incluida la capital Jartum, y al menos 10 personas han muerto en los disturbios.

El aeropuerto de la capital está cerrado, los vuelos internacionales suspendidos hasta el sábado e internet caída.

Las semanas pasadas hubo algunas protestas tanto a favor de los militares como del gobierno.

 

El general Al Burhan señaló este martes en rueda de prensa que el ejército tomó el poder “para evitar una guerra civil” y trató de justificar el golpe por las luchas políticas internas.

Al Burhan anunció que mantiene en su propia casa al primer ministro derrocado, de quien dijo que “está a salvo, goza de buena salud y se mantiene alejado por su propia seguridad”.

El general agregó que el político será liberado en los próximos días.

El general Al Burhan dijo que la toma de poder por parte de los militares fue “necesaria para evitar una guerra civil”.

 

El golpe ha alarmado a muchas potencias internacionales que apenas han comenzado a forjar relaciones con Sudán después de años de aislamiento.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas mantuvo el pasado martes una reunión de emergencia para hablar sobre la situación en el país africano.

1. ¿Cuál es el trasfondo del golpe?

Sumido en medio de tensiones políticas, Sudán atraviesa una profunda crisis económica, con alta inflación y escasez de comida, combustible y medicamentos.

Los líderes civiles y militares compartían el poder desde agosto de 2019, después de que el entonces presidente Omar al Bashir fuese derrocado por el ejército.

Las masivas manifestaciones en las calles en demanda de un gobierno civil obligaron a los militares a negociar un plan para gobernar conjuntamente.

“El gobierno civil es la elección del pueblo”, coreaban manifestantes en las calles de Jartum.

 

El país se encontraba en esa transición, con líderes civiles y militares codirigiendo el país en un comité conjunto conocido como el Consejo Soberano y liderado por el general Al Burhan.

Pero el desacuerdo entre ambos sectores ha sido público.

2. ¿Qué hay detrás de la tensión?

Ha habido varios golpes de Estado fallidos desde 2019. El más reciente ocurrió el mes pasado.

Líderes militares en el gobierno de transición demandaron reformas a sus contrapartes civiles y pidieron que se sustituyese el gabinete, lo que fue interpretado por los líderes civiles como un intento de toma de poder.

Los líderes militares y civiles no se han puesto de acuerdo desde que Omar al Bashir fuera derrocado en 2019.

 

La principal figura civil, el primer ministro Hamdok, culpó de esta tensión a los leales a Al Bashir, muchos de los cuales forman parte del ejército, los servicios de seguridad y otras instituciones estatales.

En las últimas semanas grupos de manifestantes a favor del ejército fueron llevados en autobús hasta Jartum, al tiempo que surgieron contraprotestas espontáneas de apoyo al primer ministro.

El principal motivo de descontento para los partidarios de los militares son las medidas de Hamdok para reformar la economía (incluida la reducción de los subsidios al combustible), que han sido impopulares para muchos.

Las medidas económicas han sido impopulares para muchos.

 

La fragilidad política de Sudán tiene un largo precedente.

En décadas pasadas, la ruptura de los partidos políticos y su capacidad para construir un consenso ha allanado el camino para que los militares intervengan y organicen golpes de Estado con el pretexto de restaurar el orden previo.

Hoy en Sudán hay al menos 80 partidos políticos.

Este mismo fraccionamiento plagó al Concilio Soberano, donde las divisiones internas entre militares y civiles alejaron el consenso político todavía más.

3. ¿Cómo ha reaccionado la comunidad internacional?
La Unión Africana (de la que Sudán es país miembro), Naciones Unidas y la Unión Europea, así como la Liga Árabe y Estados Unidos, han expresado su profunda preocupación por el golpe y han exigido la inmediata liberación de todos los líderes políticos arrestados.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, apuntó que Sudán está dentro de una “epidemia de golpes de Estado” que afectan a países de África y Asia y urgió a las potencias del mundo a unirse para “disuadir de forma efectiva” estos actos a través del Consejo de Seguridad de la ONU.

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