La cifra de muertes de estudiantes, durante los últimos 50 años, se dio a conocer durante el marco del encuentro “El conflicto armado en las universidades: generaciones que no se rinden”, el cual fue propiciado por la Comisión de la Verdad en el que se abordaron casos como los de la masacre del 26 de septiembre de 1971 en Cali, la del colectivo 82 en Bogotá, además, la guerra contra los estudiantes de la Universidad de Antioquia durante la década de los 80 y la de la Universidad del Atlántico durante los noventa. Asimismo, el plan pistola que vivieron miembros de la Universidad Industrial de Santander en el 2000 entre otros.
Por Infobae
Allí, el comisionado Saúl Franco, explicó los hechos victimizantes contra alumnos, docentes y trabajadores de las universidades públicas del país, el cual no ha cesado y los violentos han identificado a las aulas de clase como botines de guerra.
Además, señaló que tan solo en la Universidad de Antioquia se registraron, en medio siglo, 323 agresiones de Derechos Humanos contra la población universitaria.
De igual manera, indicó que de acuerdo con un experto investigador que se ha encargado de recopilar los casos de violencia armada en las instituciones de educación superior de carácter oficial y que ha contribuido con la Comisión de la Verdad, concluyó que cientos de personas han sido asesinadas.
“Es alarmante más de 603 estudiantes universitarios han sido asesinados en medio siglo, esto da un promedio de un estudiante asesinado por mes, durante 50 años, estas son cifras supremamente preocupantes”, sostuvo Franco durante el evento que tuvo lugar en la Universidad Industrial de Santander (UIS) en Bucaramanga.
Por medio de expresiones musicales y relatos se conoció la historia de los estudiantes que fueron víctimas de las olas de violencia, entre ellas la historia de Jesús María Peña Marín conocido como “Chucho Peña”, quien fue asesinado en 1986 y es recordado por la declamación de sus poemas. Asimismo, la historia de Gilberto, quien luego del asesinato de su hermano Chucho, decide irse a zonas rurales para poder ejercer una vida revolucionaria, pero también es asesinado.
De igual manera, durante el encuentro Darío Hernán Vásquez Padilla, sobreviviente y miembro de la organización estudiantil de la Universidad del Atlántico mencionó que “en la Universidad del Atlántico no solamente se dio una estigmatización sino que dentro de la universidad se dio un ejercicio de denuncias de los malos manejos que se dieron al interior de la universidad, y precisamente en un momento ese contexto histórico en el 1998 y 2001, es donde se dan los mayores hechos de victimización y fueron asesinados compañeros, maestros, y personas para un cercanas a la administración y que luego se distancia y a partir de ese distanciamiento sea esta bola de asesinatos, de persecución, de exilio, de desplazamientos etc”.
Por otro lado, durante este evento también se conoció que la Comisión de la Verdad ha recopilado más de 250 testimonios de colombianos que tuvieron que abandonar sus vidas y empacarlas en un par de maletas para evitar ser asesinados, desaparecidos o torturados.
“Colombia le hará un aporte enorme al mundo mostrándole el problema del exilio y en este caso concreto, tenemos más de 250 testimonios de exiliados colombianos que se desarraigaron en su condición de universitarios, sean profesores, estudiantes, trabajadores; las únicas víctimas no han sido los estudiantes, los profesores y los trabajadores han puesto una cuota también importante”, indicó el comisionado Saúl Franco.
Y, destacó que “la Asociación de Trabajadores Universitarios redujo a la mitad el número de sus integrantes a raíz de las múltiples amenazas recibidas e inclusive, el asesinato y la desaparición de algunos de sus líderes, pasando de tener 6.000 integrantes a tener 3.000 miembros”.