María Oropeza: No es contra los hombres, es contra el régimen

Durante los últimos días del mes de febrero se han registrado 3 asesinatos en menos de 72 horas cuyas víctimas han sido mujeres en el estado Portuguesa, Venezuela. Los fatídicos hechos han causado fuerte conmoción entre los aledaños, propios y extraños, dentro y fuera del estado. 

El primero ocurrió en el municipio Araure el día 22 de febrero, donde Carmine Sosa  fue asesinada por su exposo, quien posteriormente se suicidó. La segunda joven asesinada se trata de Eliannis Martínez de 17 años de edad, fue vista por última vez el 21 de febrero, y el 22 de febrero hallaron su cuerpo sin vida. La tercera víctima fue Eduarlis Falcón de 20 años de edad, fue vista por última vez el 22 de febrero, y el día 23 hallaron su cuerpo sin vida. 

Los dos últimos casos guardan similitud, ambos ocurrieron en el Municipio Turen, y aunque fueron encontradas en días y lugares distintos, ambos presentaban signos de abuso sexual y mutilaciones. Las jóvenes fueron asesinadas por asfixia mecánica.





Según medios; el reporte policial señaló que junto al cadáver de la adolescente de 17 años de edad estaba un zapato, dos estuches de teléfonos, un preservativo y una rama (bejuco) con las que se presume, fue estrangulada. Mientras que en el lugar donde encontraron el cuerpo de la joven de 20 años, había un par de zapatos sin trenzas, una sandalia, un par de medias y nuevamente, un bejuco.

Los elementos encontrados en la escena del crimen podrían indicar la presencia de un asesino serial como autor y ejecutor de ambos siniestros. Sin embargo, no se descarta la existencia de más de un implicado, en el extraño caso que ambos homicidios no guardasen relación entre sus ejecutores. De ser este el caso, es importante aclarar que los asesinos en serie actúan de forma diferente a otro tipo de asesinos. Las motivaciones de estos individuos pueden verse impulsadas por fijaciones especificas motivadas por psicopatologías marcadas, su modus operandi es diferente a lo que se entiende como convencional. Es necesario aclarar esto para comprender la naturaleza de estos criminales, que no atacan a través del género sino de características específicas. Los discursos de género terminan por politizar de forma errada una situación que clama una sola cosa; justicia sea quien sea el culpable. No se trata de una guerra entre el género masculino y femenino, como se ha tratado de tergiversar.

Según las cifras del Ministerio Público, institución usurpada por el régimen, Venezuela registra 610 muertes violentas contra la mujer desde agosto 2017 hasta enero 2021, sin embargo son las cifras del mismo régimen que acostumbra maquillarlas o esconderlas. Así mismo, el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) registró 26.616 asesinatos sólo en el 2017, y según sus datos también señalaron que durante ese año, cada semana fallecían 106 personas en manos de funcionarios policiales o militares, esto podría significar que la Policía en Venezuela, da de baja 15 personas cada día durante sus operaciones.

Hay que hacer mención que Venezuela es un país secuestrado por un narcorégimen, que se ubica entre los 10 países con más casos de violaciones de derechos humanos según United Nations Watch (UN Watch), de igual forma ocupa el último lugar (128) en el Índice de Estado de Derecho del World Justice Project (WJP), es decir, la mujer en este país no corre peligro sólo por ser mujer, sino que vive bajo un sistema que restringe todas las libertades, que viola los derechos humanos, y que nos deja a la merced de la impunidad, no sólo a las mujeres, sino también a hombres, niños, ancianos, a todos los ciudadanos.

Ante esto, es necesario que como ciudadanos sigamos registrando y documentando cada delito y violación de DDHH que se cometa contra nuestros conciudadanos, y contra nosotros mismos de ser el caso; enseñar a las mujeres, y a todo el que lo necesite, ejercer legítima defensa contra cualquier persona que pretenda agredir físicamente y emocionalmente; y lo más importante, nunca cansarse de seguir exigiendo libertad y justicia, por Carmine, por Eliannis, por Eduarlis, y por todas las víctimas del socialismo.