James Story: Maduro mantiene en miseria a sus propios militares

Nicolás Maduro junto a militares venezolanos, una imagen que se repite a diario (Reuters)

 

El embajador de Estados Unidos ante Venezuela, James Story, cuestionó este martes 26 de enero el aumento salarial a los militares venezolanos por parte de la dictadura criminal de Nicolás Maduro.

Por dialogo-americas.com





En ese sentido, Story aseveró que el aumento fue miserable, lo que provocó que muchos uniformados introdujeran las solicitudes para su baja.

Según el ex comandante de la Armada y asesor externo de la Comisión de Defensa de la Asamblea Nacional, el Vicealmirante (r) Jesús Briceño García, un general de división ganaría USD 17 mensuales; mientras que un sargento mayor, con igual antigüedad, devengaría máximo USD 14.

La nueva tabla establece un salario básico de 2,7 millones de bolívares para un teniente o alférez de navío recién graduado. Esa suma sería equivalente a unos USD 5. El ingreso mensual para estos oficiales subalternos podría elevarse a USD 7,5 si se hacen acreedores a las primas por antigüedad y profesionalización. En el caso de los tenientes coroneles o capitanes de fragata, el máximo ingreso al que podrían aspirar equivale a USD 13,8.

La remuneración a los militares sigue siendo insignificante, en un país donde el precio de la canasta básica de comida para alimentar a una familia de cuatro personas se encuentra en unos USD 270 al mes.

Luis Manuel Esculpi, ex diputado de la Asamblea Nacional y analista de temas militares para la fundación venezolana Espacio Abierto, que promueve el desarrollo de la cultura y la formación política, indicó que este incremento no satisfizo las expectativas de los propios militares, lo que se tradujo en un incremento en las solicitudes de baja y en algunos casos deserciones.

Recordó que en años anteriores la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) tenía un atractivo para personas de las clases más bajas de la sociedad, pues permitía cierta profesionalización, y los uniformados en servicio gozaban de beneficios como buena alimentación, servicios hospitalarios de primera calidad, acceso a créditos para la compra de viviendas, vehículos y electrodomésticos.

“Antes los oficiales tenían facilidades, como comedores y viviendas en guarnición. Ahora, la comida es muy mala, cuando hay. Esto está afectando la permanencia de los tenientes y capitanes, y ha mermado el pie de fuerza”, dijo.

Según Esculpi, ante los deficientes salarios y la eliminación de facto de los referidos beneficios, los jefes de unidades han tenido que ser permisivos ante ciertas conductas que eran prohibidas en los cuarteles.

“Puedes ver a sargentos que son taxistas en sus tiempos libres. Y algo nuevo es que las esposas de los oficiales ahora van a vender tortas, hallacas y perniles, para redondear los sueldos. Y les están dando acceso a los cuarteles”, refirió.

Según el Valmte. Briceño, este ha sido el quinto incremento aplicado al interior de la FANB en 2020.

La diferencia entre los sueldos de los militares y el resto de los empleados públicos es notoria. Según Douglas León Natera, presidente de la Federación Médica de Venezuela, un profesional de la medicina con 20 años de experiencia no cobraría más de USD 5 mensuales. Y los médicos y demás personal hospitalario han sido los más expuesto a contagiarse y a morir durante la pandemia por COVID-19.

Valmte. Briceño García advirtió que esto forma parte de una “estrategia política”, cuyo propósito es “sembrar el odio desde la sociedad civil hacia todo lo militar”.

“Esta es una estrategia del régimen para destruir a la institución. Pero la realidad es que en las Fuerzas Armadas la pasan tan mal como la puede pasar cualquier integrante de la sociedad civil”, sostuvo.