Juan Pablo García: Kennedy – Nixon

Cuando Fidel Castro entró a La Habana, en enero de 1959, todas eran promesas democráticas tras la salida de la dictadura militar de Fulgencio Batista. No pasó mucho tiempo, sin que el nuevo régimen mostrara su verdadero rostro y, el propio Fidel, lo confesó luego a un famoso periodista norteamericano: si hubiese dicho de sus convicciones comunistas, no hubiera llegado muy lejos en lo que resultó una estafa.

Se agravó la situación en el marco de la Guerra Fría. Irradiado el iluso entusiasmo por la revolución cubana, Venezuela fue el objetivo más importante de La Habana. Ya para finales de 1960, el propósito fue deliberadamente subversivo al intervenir Cuba.

La administración Eisenhower preparó secretamente una invasión de la isla. Se veía venir una dura y grave amenaza a la seguridad estadounidense y a todo el hemisferio, como quedó claramente comprobado con la crisis de los cohetes en 1962.





En las elecciones de 1960, ganó el demócrata John Kennedy frente al republicano Richard Nixon. Los planes de invasión, siguieron su marcha por aquello de una política de Estado y de la inercia burocrática.

No obstante, Kennedy y su personal, no prestaron toda la debida atención a esos planes de invasión que tampoco lo comprometían, e – inevitable – fracasaron. Y le dieron oportunidad a los comunistas cubanos para crear una leyenda o mito en torno a Bahía de Cochino o Playa Girón, cantada por Silvio Rodríguez y que todavía le suena al oído Maduro, antiguo cursillista del Partido Comunista de Cuba.