La búsqueda de la industria petrolera de alternativas libres de carbono a los combustibles fósiles ha llevado a muchas decisiones de inversión interesantes a lo largo de los años. En algún lugar destacado de esa lista se encuentra la fusión nuclear, la energía que alimenta al sol, que ha atraído inversiones de al menos tres importantes compañías petroleras.
Por DMB | lapatilla.com
Chevron se convirtió en el actor más reciente en mostrar interés en la tecnología cuando inyectó una cantidad no revelada de efectivo a Zap Energy, con sede en Seattle, en agosto .
“Vemos la tecnología de fusión como una fuente de energía futura prometedora y baja en carbono”, dijo Barbara Burger, presidenta de Chevron Technology Ventures, en un comunicado. “Nuestra inversión del Future Energy Fund en Zap Energy se suma a la cartera de empresas de Chevron que creemos que probablemente tendrán un papel en la transición energética”, reseñó greentechmedia
Chevron sigue los pasos de la italiana Eni, que compró una participación accionaria en la empresa derivada Commonwealth Fusion Systems (CFS) del Instituto de Tecnología de Massachusetts en 2018, y de la empresa energética estatal noruega Equinor, que se unió a Eni como inversionista de CFS en mayo de este año. año.
“Estamos invirtiendo en fusión y en CFS porque creemos en la tecnología y la empresa, y seguimos comprometidos con proporcionar energía al mundo, ahora y en un futuro con bajas emisiones de carbono”, dijo la directora de tecnología de Equinor, Sophie Hildebrand, en un comunicado en el tiempo.
A diferencia de la fisión, que divide los átomos para liberar energía, los reactores de fusión funcionarían fusionando isótopos de hidrógeno en un proceso similar al que alimenta las estrellas. La fusión tendría baja radiactividad, capacidad de generación masiva y combustible prácticamente ilimitado. Pero no es fácil.
Áreas obvias de cruce para las empresas petroleras
Apostar por la fusión parece una posibilidad remota para las empresas de petróleo y gas, que se centran cada vez más en juegos energéticos actuales, como la energía eólica marina y apuestas a más largo plazo como el hidrógeno verde .
Pero el petróleo y la fusión pueden tener más en común de lo que parece, dijo el director ejecutivo y cofundador de CFS, Bob Mumgaard. “Un sistema de fusión es una fuente de energía de alta densidad de energía que produce calor”, dijo a GTM en una entrevista. “Cuando construyes uno, no estás reduciendo vatios o kilovatios o megavatios. Estás reduciendo cientos de megavatios”.
“Los tipos de habilidades [son los mismos] que verías si estuvieras construyendo una refinería. Son funciones de gestión de proyectos y EPC [ingeniería, procura y construcción], adquisiciones y operaciones de la cadena de suministro “.
Benj Conway, presidente y cofundador de Zap Energy, afirma que “los ingredientes clave” de las dos disciplinas energéticas son potencialmente muy similares.
“Los mercados de energía son complejos, globales, muy materiales, intensivos en capital, impulsados por la tecnología, implican compromisos a largo plazo y requieren acuerdos de marketing, regulatorios y gubernamentales duraderos”, dijo Conway en un correo electrónico. “Esto se aplica al petróleo y al gas, así como a la electricidad derivada de la fusión”.
La superposición entre el petróleo y la fusión está claramente ilustrada por la junta de Zap, que cuenta con ex ejecutivos de combustibles fósiles junto con expertos en investigación nuclear y plasma.
¿Pequeñas apuestas, grandes ganancias potenciales?
Más allá de las posibles sinergias de la industria, hay otras razones por las que las empresas de petróleo y gas podrían estar contemplando un esfuerzo que hasta ahora ha sido el dominio de importantes proyectos de cooperación multinacional como el Reactor Termonuclear Experimental Internacional Tokamak en Francia.
Aunque la perspectiva de la energía de fusión comercial aún está muy lejos, la capacidad de aprovechar la energía prácticamente ilimitada sin carbono garantizaría el dominio de las compañías petroleras en el sector energético en el futuro previsible. Y ahora mismo, el precio de entrada es insignificante.
Cuando Equinor compró CFS, por ejemplo, se unió al inversor principal Temasek, a Devonshire Investors y a un grupo de patrocinadores anteriores para proporcionar 84 millones de dólares combinados, casi un error de redondeo en términos del sector petrolero.
Además, existe una creciente sensación de que la investigación sobre la fusión podría estar al borde de un gran avance. Mumgaard dijo que ahora hay al menos 26 empresas privadas que desarrollan diseños de reactores de fusión.
“En realidad, hay más capital en las empresas de fusión privadas que en las empresas de medición avanzada”, afirmó Mumgaard.
A pesar de esto, es poco probable que la energía de fusión sea una propuesta comercial en la próxima década. Mumgaard dijo que CFS espera que los reactores de fusión se conecten a la red “a principios de la década de 2030”.
El obstáculo clave para las nuevas empresas de fusión es que nadie sabe cuál de los muchos diseños de reactores propuestos funcionará. Incluso un pequeño error en un diseño podría dejarlo sin valor. “Tienes que manejar la física del plasma”, dijo Mumgaard. “Es super, super no lineal”.
Sin embargo, algunas de las empresas energéticas más grandes del planeta claramente creen que el esfuerzo vale la pena.
“Sí, las inversiones en fusión deben considerarse a largo plazo”, dijo Conway en Zap Energy. “No porque la fusión comercial esté a décadas de distancia, sino porque la energía de fusión tiene el potencial de ser el sector energético de los próximos siglos”.