Luis Alberto Buttó: 50 años de la APUSB

Luis Alberto Buttó @luisbutto3

Al final de la jornada, la materialización y sostén de la democracia descansa en los hombros de la gente. Los animales no aspiran ni tienen por qué vivir en democracia; los hombres sí. Empero, plantear el asunto así, en términos genéricos, implica no desarrollarlo adecuadamente al desestimar sus alcances reales. La aclaratoria conceptual es válida al reparar en el hecho de que no es la simple acción de la gente lo que en definitiva construye y mantiene con vida a un sistema político que con absoluta propiedad pueda ser calificado de democrático. La democracia nace, se expande y prospera con la acción decidida de la gente, pero sólo cuando dicha acción colectiva está comprobadamente motivada y organizada, razón por la cual se expresa en la movilización y participación disciplinada en el reclamo y la defensa de los Derechos sustanciales inherentes al individuo, principalísimo deber que éste, a su vez, tiene y debe asumir, dada la responsabilidad irrenunciable que al respecto se desprende. Aquí, lo que está de por medio es el ejercicio consciente de la ciudadanía. Para poner los puntos sobre las íes: la democracia existe porque la realizan ciudadanos activos. No hay de otra.

En este punto, opera una sana tautología: sin sociedad civil activa no hay democracia posible y sin democracia en vigor es imposible la actuación de la sociedad civil. Así las cosas, la organización de la gente en la promoción y conquista de sus Derechos es, ciertamente y con mucho, expresión valedera y sublime de ciudadanía. En tal sentido, amén y conjuntamente con la vigencia de los partidos políticos, la democracia es posible cuando en libertad actúan las organizaciones que expresan la organización ciudadana: asociaciones vecinales, federaciones estudiantiles, sindicatos, etc. Quienes allí se concentran y actúan no están más que demostrando su acendrada convicción en torno al cumplimiento de las tareas que hacen tangible el compromiso ciudadano. Es gente que cree en la democracia. Es gente que trabaja por la democracia.

En ese marco, debe valorarse la importancia de que una organización como la Asociación de Profesores de la Universidad Simón Bolívar (APUSB) esté cumpliendo sus primeros 50 años de existencia. La APUSB nació el 2 de julio de 1970, el mismo año en que se iniciaron las actividades de la USB, la universidad en la que hicieron y hacen vida académica sus asociados. Desde su fundación, como expresión tangible de ciudadanía ejercida desde el campus y afuera de éste, la APUSB ha sido un indiscutido baluarte en el combate civilizado y responsable por la progresiva y permanente dignificación de la honrosa labor de creación, divulgación y transmisión del conocimiento que realizan sus asociados, conscientes como son de que la ciencia es soporte indiscutido del progreso de nuestro pueblo. De igual manera, sin dubitaciones, la APUSB ha sido ente defensor de la autonomía universitaria, al saber que sólo en un marco de absoluta libertad e independencia el conocimiento creado puede dar respuesta a las necesidades reales del país. Todo ello sin olvidar su plena identificación con la excelencia, valor consustancial al funcionamiento de la USB. Gremialismo sano y comprometido; eso ha sido y seguirá siendo la APUSB. Es apenas el comienzo: la APUSB continuará firme en la realización de los objetivos e ideales que condujeron a su creación.





Si se me permite el agregado personal, debo expresar mi orgullo de pertenecer a la Junta Directiva de la APUSB. Hoy, es la tercera vez que lo hago y ello ha sido componente fundamental del transitar recorrido en la USB, transitar que para mí ha representado un honor en sí mismo. En consecuencia, al celebrar los 50 años de la APUSB, celebro a la USB, a mis colegas que son sus asociados, a todos sus directivos a lo largo del tiempo y, en especial, a su actual directiva, entre la cual cuento con comprobados hermanos de vida y lucha.

¡Enhorabuena, APUSB!

@luisbutto3