El influjo del estilo populista de López Obrador en la deriva catastrófica que la pandemia ha tomado en México es obvio. Del negacionismo inicial pasó a una reacción timorata. Y lo peor es que a su deficiente respuesta ante la Covid-19 se le añade una nueva ola de violencia.
El mismo día que López Obrador celebraba orgulloso dos años de su victoria electoral, 24 personas eran asesinadas en un centro de rehabilitación en Guanajuato.
En los primeros seis meses del 2020, 27.769 personas han muerto en México por coronavirus y, a falta de confirmación oficial, al menos 17.700 habrían sido asesinadas.
El país azteca se hunde bajo la doble pandemia del crimen y el virus, y sin embargo la popularidad del presidente no mengua, al contrario.
Corresponde a la oposición articular una alternativa en defensa de la libertad y el progreso o México caminará hacia un estado fallido