Luis Barragán: Entonces, ¿votamos primero y averiguamos después?

Luis Barragán @LuisBarraganJ

Recientemente, la Fracción Parlamentaria 16 de julio salvó su voto en el hemiciclo virtual con motivo de las nuevas designaciones para la directiva de PDVSA. Además, como suele ocurrir, responsable y debidamente fundamentamos nuestra postura (https://lbarragan.blogspot.com/2020/07/pdvsa-citgo.html).

Muy pocas horas antes, nos remitieron los nombres y síntesis curriculares de dos de las personas postuladas y, en medio de la sesión, supimos de la identidad de la tercera. Faltando poco, recibimos la noticia de una emisión de bonos por CITGO que francamente nos sorprendió, desconociendo las condiciones y términos de una materia tan delicada que requiere de tiempo para su estudio y consideración.

La designación de altos funcionarios por la corporación legislativa, por lo menos, sugiere la adecuada estimación de la acreditación académica, trayectoria profesional y solvencia moral de los aspirantes, cubiertas las oportunidades para que otros ciudadanos manifiesten y materialicen su interés en concursar en una selección que, si bien es cierto, no requiere de la conformación de sendos procesos de postulación, como ocurre con los titulares de otros órganos del Poder Público, no menos cierto es que el procedimiento ha de cumplir con las más elementales formalidades, incluso, en el caso de los nombramientos más expeditos. En principio, nuestra negativa a votar favorablemente por los nombres sobrevenidos y finalmente aprobados por el G-4, no significa emitir ningún juicio de valor, sino que evidencia la falta a un elemental procedimiento del parlamento que, precisamente, debe, día a día, reivindicarse como tal.





De alegarse la urgencia de tales nombramientos, reconocida las dificultades de una labor eminentemente digital, imposibilitada la consulta individual de todos los diputados, ésta debió canalizarse con una razonable antelación, a través del coordinador de la fracción parlamentaria o el vocero calificado al que hemos confiado la materia que, en el caso de la 16-J, coinciden en la persona del diputado Omar González, respecto a los asuntos petroleros. O, en relación a los aspectos financieros, al diputado Carlos Bastardo, pues, es comprensible que haya una distribución de tareas y una determinada especialización de la labor parlamentaria que facilita el eficaz desempeño de la cámara; valga acotar, sobre todo por la evidente opacidad de una operación de endeudamiento que ojalá no se una a otras ni siquiera declaradas, por no citar el régimen tan particular de las llamadas ayudas económicas.

Nos negamos a la insana práctica de votar primero y después, o muy después, averiguar las consecuencias de un ejercicio que, por encima de todo, es de responsabilidad ciudadana. En un sentido amplio, porque somos representantes de la soberanía popular; y, en un sentido más restringido, porque representamos a los accionistas de PDVSA y sus filiales: a todos los venezolanos, nada más y nada menos.