Ángel Lombardi: ¿Quién manda en Venezuela?

Ángel Lombardi: ¿Quién manda en Venezuela?

El poder es una abstracción teórica y una concreción visible, indispensable de identificar. El primer error político es reducirlo a una persona por muy poderosa que sea. Al final, su “poder” real y simbólico depende del cargo con lo que ello significa, con sus atribuciones legales correspondientes, pero su ejercicio es un problema práctico de “obediencia”. En el 2002, Chávez era el líder indiscutido, se le temía, tenía apoyo popular y mandaba; a pesar de ello bastó una orden desobedecida, no acatada por el alto mando (el Plan Ávila) y el líder todopoderoso, con poder y gobierno casi total, cae; y todo el “poder” desaparece, en minutos, en horas. ¿Qué pasó? El “poder” legal, representado y ejercido con toda legalidad y legitimidad se esfuma.

El poder implica el “que puede” pero ese “poder” depende de quién lo ejecuta. En un sistema político democrático las leyes y las instituciones (no las personas) determinan las reglas y su cumplimiento, es cuando se habla de Estado de Derecho. Al no existir el Sistema se anarquiza y se feudaliza y fragmenta el poder y gobierno, entonces manda “el partido militar” si mantiene su unidad y cohesión, entonces “manda y decide” pero dividido, fragmentado y con intereses económicos “grupales”, la anarquía es total y esta es la principal dificultad para que la política funcione.

Cuando todos mandan, nadie manda. El mismo drama lo tiene la oposición, nadie manda allí. Cada partido tiene “facciones y fracciones”; no hay un liderazgo claramente reconocido o dominante; además de la falta de representación política (la mayoría de la gente no milita ni se siente identificada). El PSUV no llega al 15% y sumados todos los partidos opositores, tampoco llegan al 15%. Un 60-70% de personas desmovilizadas o poco motivadas a participar.





Un éxodo de 5 millones, la mayoría potenciales votantes opositores y un liderazgo partidista exiliado, preso, amenazado y algunos atemorizados o con intereses económicos que dependen del gobierno, esto, a mi juicio, explica en parte por qué la oposición no avanza y el régimen gana tiempo. De allí la propuesta de “zanahoria y garrote” al ofrecer a Maduro una “salida” a disfrutar Varadero y al Alto Mando a “quedarse”. Es la transición real y posible, lo otro es fantasía tropical con una discusión estéril entre “invasionistas”, “tiaristas”, “conspiratovistas”, “votistas” y los “como-sea”. El dato importante es que ninguna de esas “salidas” depende de la oposición y la electoral, si la impone el TSJ “gana” el gobierno. De allí la propuesta de la necesidad de volver a la realidad-real y a la política-real, que es lo posible-imperfecto a seguir con el discurso del odio y la discusión extemporánea de doctrinas y planes, y concentrarnos en el problema real del poder y el gobierno, con objetividad.

angellombardi.com