Un médico en primera línea en Wuhan: El coronavirus no distingue edades

Un médico en primera línea en Wuhan: El coronavirus no distingue edades

Un médico opera un escáner ultrasónico portátil en un hospital designado para pacientes con COVID-19 en Wuhan, provincia de Hubei, China, el 28 de febrero de 2020. La ciudad reportó 565 nuevos casos de infección por coronavirus el 29 de febrero. EFE / EPA

 

El doctor Hu Ke lleva casi dos meses atendiendo en condiciones muy duras a pacientes críticos en la ciudad de Wuhan, el foco de la epidemia que tiene en jaque al mundo. En una entrevista con Efe advierte de que el virus “no distingue edades”, aunque la mayoría de los casos está entre 40 y 50 años.

Hu, de 55 años, trabaja en el Hospital del Pueblo de la Universidad de Wuhan, donde es además profesor de medicina pulmonar y forma parte del equipo de expertos médicos designado por la provincia de Hubei para combatir la enfermedad.

Ha visto a muchos pacientes morir ante sus ojos, lo que le hizo sentirse “muy pequeño e impotente”, pero se alegra porque la situación ha “mejorado mucho” en comparación con hace apenas unas semanas, cuando los enfermos se amontonaban a las puertas de su hospital y escaseaban los equipos médicos imprescindibles para atenderles.

Más de 3.300 médicos y trabajadores sanitarios han sido contagiados en China por el coronavirus mientras intentaban salvar la vida de los enfermos y al menos 13 de ellos han muerto, la inmensa mayoría en Wuhan.

– PREGUNTA: ¿Cómo está ahora la situación en la ciudad?

– RESPUESTA: En el caso de Wuhan, si comparamos con la situación de hace un mes está mejorando mucho. Los nuevos casos han bajado considerablemente, y también el número de pacientes curados y dados de alta ha subido rápidamente. En los últimos días hemos tenido un ligero repunte de los casos en la ciudad, por lo que necesitamos todavía no bajar la guardia para poder controlarlos.

La situación fuera de Wuhan, en la provincia de Hubei, es aún mejor, sin prácticamente nuevos casos en varios días, está actualmente bajo control.

– P: Sin embargo, se están registrando también algunos casos de pacientes que se han curado y han vuelto a dar positivo. Se ha dado recientemente el caso de un recuperado que ha fallecido cinco días después de haber sido dado de alta.

– R: Necesitamos estudiar más detenidamente esos casos, que son excepciones. Tenemos que aumentar la precisión de los test para dar de alta a los pacientes. El ciclo de tratamiento es generalmente de entre 2 y 3 semanas y los requisitos para dar de alta a un contagiado son estrictos: la temperatura corporal debe ser normal durante al menos tres días, los síntomas respiratorios haber mejorado significativamente, al igual que las tomografías, y dos pruebas de ácido nucleico, con un intervalo de al menos un día entre ellas, deben ser negativas.

– P: ¿Hay carencias todavía de material para combatir la epidemia en los hospitales de Wuhan?

– R: Ya no. Al principio, los recursos eran deficitarios por dos razones. Los casos aumentaron muy rápidamente y los hospitales normales de la ciudad tuvieron que convertirse en centros especiales para tratar el coronavirus sin estar preparados para ello. Además, más de 40.000 doctores y enfermeros llegaron a Wuhan desde otras partes del país y necesitaban más trajes protectores, mascarillas y otro tipo de equipamiento. Fue una situación extrema, teníamos centenares, cuando no miles de pacientes.

Ahora ya no es un problema, hay un centro de control general que coordina el trabajo de diferentes grupos, uno médico, otro que se encarga de los recursos, de la logística, de la prevención o de la investigación.

– P: Usted trabaja en primera línea atendiendo a pacientes en estado grave y crítico. Hace unas semanas se hablaba de que el personal médico no podía casi comer ni ir al baño para economizar los trajes protectores. ¿Cómo es su trabajo cada día?

– R: Ahora la situación es mucho mejor que antes. El trabajo ya no es tan duro, ya tenemos turnos y tiempo para descansar. Actualmente tengo a 20 pacientes, antes tenía muchos más. He leído sobre eso que se dice por Internet, pero son casos muy especiales, que no sé si pasarán en centros más pequeños. En mi hospital eso no ha ocurrido ni en otro centro que yo conozca. Nadie puede trabajar doce horas sin comer o ir al baño.

El trabajo de las enfermeras es más duro porque se tienen que quedar en el hospital todo el tiempo con los pacientes. Ahora cambian de turno para poder descansar cada cuatro horas.

– P: ¿Qué tipo de tratamiento emplean con los enfermos? ¿Es eficaz el que se basa en el plasma de los pacientes curados?

– R: Tenemos diferentes tipos de tratamientos, según el estado de los pacientes. Para los graves y los críticos es fundamental reducir el riesgo de muerte. Han llegado a Wuhan muchos expertos del resto de China que trabajan especialmente en ello. Se aplican sobre todo tratamientos para apoyar la respiración, la circulación y la nutrición y, en ese sentido, contamos con las tecnologías más avanzadas del mundo tanto en Wuhan como en Hubei.

Respecto al tratamiento con el plasma de los pacientes curados, creo que es todavía demasiado pronto para evaluar sus efectos. Tiene que pasar un tiempo para saber si funciona o no. Al principio solo un hospital de la ciudad podía hacerlo, desde hace poco hay otro que también está capacitado. El problema es que no disponemos del suficiente plasma, por eso pedimos a los pacientes que se han recuperado que donen su sangre. Muchos lo han hecho pero no es suficiente todavía.

– P: ¿El coronavirus ataca más a personas de unas edades que a otras?

– R: Hemos hecho un análisis de 70.000 casos. El coronavirus no distingue de edades. Ataca igual a todos. Entre los pacientes, muchos son jóvenes y la mayoría son de mediana edad. También hay niños, pero son pocos. Los mayores pueden convertirse fácilmente en casos graves o críticos si antes ya sufrían alguna enfermedad, sobre todo relacionada con la tensión o el corazón. Hay muchos fallecimientos de gente mayor pero también hay casos de jóvenes que se han muerto muy pronto, en pocos días.

– P: ¿Cuál ha sido el peor momento que ha vivido en todo este tiempo?

-R: Me siento muy triste cuando no podemos salvar a un paciente. Trabajamos en una situación con mucho riesgo de ser infectados pero no podemos salvar a cada enfermo. Cada vez que uno de mis pacientes muere me siento muy pequeño e impotente. Por otra parte, soy feliz cuando se recupera un enfermo crítico, por lo que tengo muchos momentos felices también. He tratado a muchos enfermos graves que se han curado.

– P: ¿Cuándo cree que se podrá levantar la cuarentena en Wuhan si la situación continúa mejorando?

– R: Debemos proceder con mucho cuidado, la situación en Wuhan es todavía complicada. Hay nuevos casos y todavía muchos enfermos en los hospitales. No puedo contestar a esa pregunta. Cuando se den solo dos o tres nuevos casos, como en otras partes de China, podríamos empezar a analizarlo. Prefiero ser más estricto que optimista en este sentido.

– P: ¿Cómo está Wuhan después de 46 días en cuarentena?

– R: El tiempo en que la gente tenía miedo ya pasó, ahora la gente se ha acostumbrado. La ciudad sigue bajo un control estricto pero la gente se habituó a dejar de trabajar y al resto de cosas que conlleva la situación. Hay a veces problemas psicológicos, no solo entre los ciudadanos normales, también entre los doctores, los pacientes o la gente en los lugares de cuarentena. Pero también tenemos terapeutas que nos ayudan a relajar la tensión y a mejorar el ánimo.

Al concluir la conversación con Efe cerca de la medianoche -en el poco tiempo que le queda libre tras atender a sus pacientes- Hu pide amablemente una captura de pantalla del vídeo grabado durante la entrevista telefónica.

“Quiero tener esa memoria para cuando esté jubilado, quizás escriba un libro”, sonríe. EFE

Exit mobile version