Almagro alertó que “brisas” impulsadas por el régimen de Maduro traen violencia a América

Almagro alertó que “brisas” impulsadas por el régimen de Maduro traen violencia a América

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El Secretario General de la Organización de los Estados Americanos, Luis Almagro. Chip Somodevilla / Getty Images / AFP

 

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, alertó a través de un comunicado sobre las protestas violentas en Chile que “las brisas del régimen bolivariano impulsadas por el madurismo y el régimen cubano traen violencia“.

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En primer lugar, Almagro expresó su preocupación porque se garanticen los Derechos Humanos a todos los ciudadanos en Chile y recordó al Gobierno de Sebastián Piñera que es el principal responsable de ello. Asimismo, el secretario de la OEA respaldó la decisión del mandatario chileno de permitir la visita de comisiones de diversos grupos de vigilancia humanitaria.

Más tarde, Almagro le recordó a Diosdado Cabello que “los vientos bolivarianos de Simón Bolívar trajeron libertad e independencia a nuestros pueblos”. En contraste, “las brisas del régimen bolivariano impulsadas por el madurismo y el régimen cubano traen violencia, saqueos, destrucción y un propósito político de atacar directamente el sistema democrático y tratar de forzar interrupciones en los mandatos constitucionales”, señaló el diplomático.

Almagro advirtió que “la polarización, el odio, la violencia, las malas prácticas, las políticas de violación sistemática de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad con que las dictaduras impregnaron a nuestros sistemas políticos deben ser erradicadas y aisladas, vengan de donde vengan”.

A continuación, el comunicado completo:

La Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) respalda, suscribe y hace suyas las investigaciones y conclusiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre violaciones de derechos humanos en Chile. Especialmente deploramos las muertes, tanto las que se han dado por el exceso y la desproporción del uso de la fuerza por parte del Estado, como las que han ocurrido en el marco de los saqueos. Es imperativo el más pronto restablecimiento de patrones del más pleno respeto a los derechos humanos. Saludamos la apertura del Gobierno chileno de invitar a las Organizaciones internacionales de derechos humanos a visitar Chile y evaluar la situación. Es esencial contemplar la legitimidad de los reclamos de la población y fortalecer las políticas sociales, como ha comenzado a hacerse. Es también esencial fortalecer el diálogo institucional, político y social para los efectos de canalizar las mejores y más necesarias soluciones.

Pero es, asimismo, fundamental el restablecimiento de la paz pública. Es tarea fundamental del Estado asegurar las más plenas garantías constitucionales, así como el orden público. El Estado nunca debe ceder ante la violencia en el marco del Estado de derecho democrático; ceder ante la violencia o la criminalidad sería dejar de garantizar ese propio Estado de Derecho democrático, el orden público y las garantías fundamentales.

Los vientos bolivarianos de Simón Bolívar trajeron libertad e independencia a nuestros pueblos; las brisas del régimen bolivariano impulsadas por el madurismo y el régimen cubano traen violencia, saqueos, destrucción y un propósito político de atacar directamente el sistema democrático y tratar de forzar interrupciones en los mandatos constitucionales. Los intentos que hemos visto documentados en Ecuador y Colombia, vemos hoy repetido ese patrón en Chile. La polarización, el odio, la violencia, las malas prácticas, las políticas de violación sistemática de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad con que las dictaduras impregnaron a nuestros sistemas políticos deben ser erradicadas y aisladas, vengan de donde vengan. Es entonces imprescindible aislar los focos de violencia que tienen su origen en esfuerzos externos e internos de desestabilización institucional.

Los ataques a la democracia deben ser condenados en todo caso y debe asegurarse el sistema político que los mandatos constitucionales otorgados por el pueblo deben ser siempre respetados.