José Luis Monroy: ¿Hasta cuándo, cuánto más?

José Luis Monroy: ¿Hasta cuándo, cuánto más?

¿Cuánta gente muere por las decisiones equivocadas de un gobernante?

Hola que tal mi gente, ¿Cuánta gente muere por las decisiones equivocadas de un gobernante? ¿Cuántas vidas se ven truncadas, de manera innecesaria, por los errores de quien tiene a su cargo el ejercicio del gobierno?





Miles. Cientos de miles, cabría decir. En EEUU, por ejemplo, el Día de los Caídos —Memorial Day— es la fecha en la que se conmemora el sacrificio de quienes han perdido la vida en combate, y tiene lugar —como día feriado— el último lunes de mayo. Los veteranos salen con sus uniformes, las familias visitan los panteones, los centros turísticos se llenan de quienes aprovechan el fin de semana largo. Las calles se llenan, también, de manifestantes en contra de la guerra.

En contra de la guerra, en contra de la carrera armamentista, en contra de las decisiones que persiguen intereses poco claros, pero que tienen como resultado la muerte de miles de personas que se sacrificaron por causas injustificadas. Como quienes se inmolaron en Irak, pensando que vengaban las Torres Gemelas; como quienes lo hicieron en Afganistán, pensando que apoyaban al bando correcto; como quienes se sacrificaron en Vietnam, sin saber —bien a bien— por qué lo hicieron. Como tantas vidas que se han perdido, a lo largo de la historia, por el capricho —o la ignorancia culposa— de quien tiene a su cargo la administración pública.
En Venezuela la gente visita las tumbas de sus muertos el día de la madre, del padre o el día de los difuntos en noviembre, miles de esos por decisiones equivocadas de un gobernante o asesinadas por el régimen, lo que a la postre es lo mismo.

¿Cuánta gente muere por las decisiones equivocadas de un gobernante? Miles, cientos de miles. No sólo aquellos que pierden la vida como resultado de conflictos internacionales sino también quienes fallecen como consecuencia de políticas públicas equivocadas, en cualquier país. En el nuestro: Como ya dije antes víctimas del régimen, muchos han salido a protestar y consiguieron la muerte, o los que ahora mueren por culpa de un gobierno interino que no atina a resolver los problemas generados por su propia ineptitud: la narrativa del combate a la corrupción, que pudo haber funcionado y ya tiene el primer escándalo por la ayuda humanitaria, se perdió un dineral en Colombia y aquí miles mueren sin recibir la tan ansiada ayuda, difícilmente funcionará para que la población acepte que sus familiares dejen de recibir el tratamiento que necesitan y comiencen a caer, como moscas, víctimas de padecimientos que hasta hace unos meses se pensaban controlados, y de una austeridad que afecta a los más desprotegidos: el día de hoy, no sólo las estancias infantiles tienen menos recursos sino que tampoco hay mucha esperanza, de verdad es triste lo que pasa en nuestro país.

¿Cuánta gente muere por las decisiones equivocadas de un gobernante? ¿Cuánta gente ha dejado de recibir tratamiento, cuánta gente no ha podido ser atendida porque los recursos para sus medicamentos desaparecieron de un plumazo?
¿A cuántos torturan y mueren? ¿Cuantos sabemos y cuantos no sabemos?

¿Cuánta gente se da cuenta que su salud se deteriora, mientras que el usurpador vocifera que —ahora— no hay medicinas por culpa del bloqueo norteamericano, y el presidente encargado tiene a su lado una pila de vagabundos que desaparecieron la ayuda humanitaria ¿Cuántos proyectos se inician, como prioritarios? ¿Cuántos vestigios serán destruidos, cuántas comunidades serán afectadas? ¿Cuánto estamos sacrificando por el sueño —irreal— de una sola persona? ¿Cuántas personas morirán por los recursos que, de salud, pasarán a los bolsillos de unos pillos ¿Hasta cuándo? ¿Cuántos más?

¡Como siempre, usted elige! ,

#ElLiderEresTu

@joseluismonroy