Irene Olazo Mariné: El milagro de estar vivos

Irene Olazo Mariné: El milagro de estar vivos

 

Hoy quiero compartir con mis lectores algo que me ocurrió hace pocos días… Iba caminando al trabajo cuando oigo por todos lados que se acercaban sirenas y pensé que algo grave había ocurrido. Sin lugar a dudas, mientras caminaba más sirenas sonaban de ambulancias, bomberos, policía, tránsito y hasta policía aérea, no tienen idea de lo que sentí en ese preciso momento que logro visualizar entre varias personas algo grande, blanco con rojo en el medio de la calle.





No logro identificar qué era a primera vista, sólo veo abrir unas puertas y dos personas bajaban de allí caminando algo desorientados. En eso mi cerebro digiere la escena: lo que está observando era una avioneta a menos de 15 metros de una escuela y zona urbanizada a la hora donde estaban llegando todos los niños.

En la mitad de la calle se encontraba una avioneta despedazada, la cola partida en dos, la trompa quedó irreconocible, pero los asientos de los pilotos estaban intactos, sin ningún daño. Al piloto no se le veía ni una gota de sangre, al copiloto muy poca y pequeños rasguños ¿Cómo es eso posible?

Cayeron del cielo, mis manos temblaban, no podía creer lo que veía, no hubo daños más que el de la misma avioneta. Por eso solo vi al cielo y exclame: “Es un milagro”.

Mientras digería todo, comenzó a llegar la asistencia y la prensa. Todo era confuso, sólo vi cómo se llevaban a los pilotos en ambulancias y quedo allí la nave hecha trizas. Al mediodía, veo las noticias y me entero que eran dos chicos de 23 años de edad, quienes venían en una aventura: “Volando América” desde USA hasta Argentina bordeando el Pacifico. Eso me llamo profundamente la atención, y oigo a los expertos aéreos declarando y decían: “si no fuera por la pericias de los pilotos, (sorprendidos por su corta edad) pudo ocurrir una tragedia”.

Así que investigué un poco más y resultó ser una falla del motor, en pocas palabras “la pista quedó corta, el motor no respondió y ellos buscaron estrellarse en un terreno que visualizaron” al lado de una escuela sin ellos saber ya que son extranjeros y sabían que sus vidas estaban a solo segundos de abandonar este mundo. Pero no fue así, y hoy estos héroes de la aviación -porque así los veo- están vivos para contar su milagro.

Sólo imaginen que esa avioneta impactara 15 metros antes en el colegio o en una casa, no puedo más que ver el milagro de Dios, admirar y agradecer a estos dos grandes pilotos, Cristian y Damián.

Desde ese día he reflexionado mucho sobre el valor de la vida, la importancia de poder abrir los ojos un día más. Les comparto esta frase: “Carpe diem“, expresión latina concebida por el poeta romano Horacio cuya traducción es “Aprovecha el día”… Es una invitación a vivir el hoy sin preocuparse del mañana, es decir, disfrutar el momento sin pensar que depara el futuro, ya que el futuro es incierto, y lo único que es verdaderamente real es el presente.

Estos dos héroes nacieron de nuevo ese día, pero, ¿cuántas veces nosotros hemos nacido de nuevo? ¿De cuantas cosas hemos sobrevivido? Pienso que -en Venezuela- ver salir el sol y luego ocultarse, de por sí es un milagro, en medio de una gran crisis económica y social, millones de mis hermanos venezolanos a diario sobreviven, el hecho de poder abrir los ojos al amanecer en Venezuela es un milagro. Yo misma me sorprendo de la fortaleza que mi pueblo y mi gente posee. Sé que muchos hemos pasados momentos muy duros, y nos llenamos de desesperanza, pero mientras tengamos vida la esperanza nunca debe morir.

En la famosa película de “El Rey León” hay una gran frase que comparto con ustedes, y dice así: “El pasado a veces puede doler, pero puedes huir de él o aprender”. Yo he decido aprender ante las vicisitudes que desde haces años me han tocado afrontar y agradecer por cada amanecer. Muchos de los que han partido o se encuentran privados de libertad hoy son mi mayor inspiración. En este andar he conocido familias y personas maravillosas, he logrado colocar sonrisas en muchos rostros desesperanzados y tristes, porque he ido descubriendo que los mayores tesoros de mi vida no son materiales ni físicos.

Hoy me siento rica y acumulo muchos tesoros, todos aquellos que hoy forman parte de mi vida: mi familia, mis amigos, mis conocidos y hermanos de vida… Son lo más valioso que tengo y, por ustedes, seguiré firme y con fortaleza porque no dudo ni por un segundo que saldremos victoriosos de estos momentos que hoy vivimos como país.

Ese día Cristian y Damián me mostraron que los milagros sí existen, y ahora logro ver la cantidad de milagros que día a día ocurren a mí alrededor.

Busquen ver todos los milagros que les rodea, agradezcan por cada amanecer y cada oportunidad de vida.

¡Venezuela pronto volverá a nacer como lo hicieron esos dos grandes pilotos!

Me despido hoy con esta frase: “El olvidado asombro de estar vivos” del Poema Piedra de Sol.

Irene Olazo Mariné