Felipe Pérez Martí: Mi respuesta a las confusiones de Alonso Moleiro y Moisés Naím

Felipe Pérez Martí: Mi respuesta a las confusiones de Alonso Moleiro y Moisés Naím

En días pasados, Alonso Moleiro tuiteó en un hilo para apoyar  al Presidente Juan Guaidó, con el contenido siguiente:

1) Dejar sólo a Juan Guaidó, ponerse a buscarle flancos, a crearle una leyenda, a debilitarlo redactando necedades en este momento tan delicado. ¿Es una actitud noble? ¿Es una actitud consciente? ¿Es justo? ¿Cómo es posible que haya gente tan jodidamente ruin e instrumental?

2) Guaidó está haciendo política -de forma sobresaliente, por demás- con planteamientos, con una tesis. Ha logrado cosas muy importantes en muy poco tiempo. Lo que no ha logrado no tiene que ver con su incapacidad, sino con la enorme complejidad de la crisis venezolana.





3) Juan Guaidó ha puesto el juego muy cerca y ha concretado en dos meses un auténtico milagro. Puede triunfar, pero claro que puede fracasar. Sobre todo si el país lo abandona y le da la espalda. ¿Guaidó la tiene difícil? Vamos a acompañarlo

4) Cada vez que un nuevo líder aparece en Venezuela, se le endiosa y luego se le despache como si fuera el bagazo de un mamón. A la gente le encanta pedir “nuevos liderazgos” cada cuatro meses, y cualquiera pasa de héroe a villano en cuestión de horas

5) Por una vez en la vida la Oposición venezolana, que es la aplastante mayoría del país, tiene que ser capaz de ofrecer una actitud coherente, continua, comprometida y militante. Sin altibajos, ni pasiones que se ponen de moda. No podemos extraviarnos otra vez.

https://twitter.com/amoleiro/status/1111265221845364740

Se hizo muy citado, sobre todo cuando Moisés Naím lo apoyó, con este tuit:

“Hay que leer este hilo de Alonso Moleiro. Los ataques de los adversarios y rivales de Guaidó son tan intensos y feroces como los que le hacen Maduro y los suyos. Es valido criticar a Guaidó y sus errores, pero no lo es criticarlo para debilitarlo”

https://twitter.com/MoisesNaim/status/1142076140376481793

Le respondí esto a Naím:

https://twitter.com/Sabiens/status/1142475263797878786

Y a Moleiro le dije lo siguiente, en un hilo largo:

https://twitter.com/Sabiens/status/1142472426405662721.   

Quería compartir con ustedes el contenido de ese hilo, pues creo que hay mucha confusión sobre esto, y vale la pena aclarar las cosas desde mi punto de vista, que refleja por lo menos el de la mitad de los venezolanos, según creo:

Hola, Alonso.

Comprendo cómo te sientes. Tu gran frustración. Hay una forma de corregirlo y aquí lo explico. Es cierto, como dices, que estamos en un a  lucha que es a muerte, pues si no aprovechamos lo de Guaidó para ganarla, nos matan. Mejor dicho, nos siguen matando. A millones de venezolanos. El liderazgo de Guaidó ha sido una nueva esperanza que nos posibilita ganar. El pueblo lo vio así y lo apoyó a pies juntillas. Con entusiasmo.

Si estamos en esta lucha, no podemos fijarnos más en los errores propios, por ansias de protagonismo, disputando el liderazgo a Guaidó, que en el objetivo superior de ganar el conflicto. Sería una insensatez imperdonable, como bien dices. Nos pondríamos de lado del enemigo, tras una falacia argumental: la del hombre de paja: https://es.wikipedia.org/wiki/Falacia_del_hombre_de_paja

Pues diríamos que la sábana es negra, solo porque, siendo blanca, tiene un punto negro. Y lo haríamos con un objetivo que refleja que no queremos ver al fenómeno Guaidó y sus tremendas posibilidades para sacarnos de esto. Sino que querríamos ser nosotros los líderes, y no él. La prioridad nuestra seríamos nosotros. No la causa de los venezolanos. Con lo cual nos ponemos del lado del enemigo, claro, al dividir nuestras fuerzas, cuya cuantía relativa es lo fundamental en esta confrontación de facto, más que de jure, como hemos dicho una y otra vez.

Hasta ahí vamos bien. El problema con este análisis es que no reconoce de dónde viene el desánimo y de dónde viene realmente la división.  Es un enfoque errado, pues se basa en un supuesto errado. Ya que viene de un mapa de conflicto erróneo: el que se da normalmente en los países entre una dictadura  y oposición. Si esto fuera cierto, todo lo que dices, Alonso, sería absolutamente incuestionable.

Pero es falso. El conflicto aquí es entre los caza-renta y sus agentes, y el resto de los venezolanos. Entre los corruptos y nosotros.

La razón es que Venezuela no es un país normal. En que hay una dictadura, y se plantea salir de ella. Padecemos una enfermedad endémica, que viene de tiempo atrás, pero que se exacerbó con Chávez y Maduro. Se trata de lo que la literatura especializada llamó originalmente “la maldición de los recursos”. Que en cada país que la padece tiene sus particularidades. Aquí se ha ligado con la geopolítica (dominación cubana), con el terrorismo (guerrilla colombiana y Hezbollah), con el tráfico de droga, y otros negocios delincuenciales.

Lo clave en esto, como se reconoció claramente en su momento en esa literatura especializada, es que nos domina un cartel de mafias caza-renta. Y el cartel captura no solo a los gobiernos de turno, sino también a gran parte de las oposiciones de turno.  Es interesante entender que en nuestro país el cartel ha tenido contradicciones muy fuertes desde que bajó el precio petrolero. Y la principal contradicción en este momento es entre los “radicales” (que quieren que Maduro se quede por lo menos dos años más) y los “moderados” (que quieren que salga, pero que siga el régimen caza-renta, con una cara más “democrática”).

De las pocas cosas buenas que ha traído esta inmensa crisis, es que los venezolanos se han empezado a dar cuenta del verdadero mapa de conflicto, y de su verdadero enemigo: los corruptos. Es una caracterización correcta, como hemos dicho. Pues se trata de niveles de corrupción cualitativamente diferentes a los que existen entre los políticos en una sociedad normal sin esta enfermedad. He estado estudiando el tema, tanto en la teoría, como en la práctica (trataron de corromperme en el gobierno, y me tumbaron mi gestión, pro-mercado, como tumbaron la de CAP II).

Teniendo en cuenta este enfoque, la MUD realmente nos traicionó en su gestión  política frente al verdadero enemigo. Porqué? Porque en vez de jugar la estrategia óptima en este juego, la del “coraje”, la que ha explicado el éxito de Guaidó en el conflicto, jugó “cohabitación”, luego de la jugada claramente el coraje de la Consulta del 16 de Julio del 2017. Y la gente ha identificado correctamente cohabitación con corrupción. Lo que explicó ese comportamiento es que entre las filas de la MUD  estaba el enemigo. Incluso si se trataba del enemigo “moderado”.

Con la juramentación presidencial de Juan Guaidó por fin empezamos a jugar coraje. Un cambio notable en positivo. Pero no es como dices, Alonso, que los avances y su rapidez de deben a Guaidó y su equipo. Se deben al cambio de estrategia: de cohabitación a confrontación (coraje). Generó entusiasmo entre la gente, en la comunidad internacional, entre los militares en rebelión, en los líderes políticos que no son corruptos.

Pero ha cometido errores graves, que son los que explican la división, el desánimo: siguió las directrices de una MUD disfrazada, el Frente Amplio. En que está el enemigo: los corruptos de la oposición. En vez de aliarse con Stalin, un jugador del coraje contra Hitler, se alió con Mussolini, un cohabitador con el Nazi.

Cuál es la solución? La del acuerdo de Yalta, muy bien concebida por Roosevelt y Churchill: una alianza del coraje. Que acopie toda la fuerza potencial que tenemos. Que una al liderazgo que representa al resto de los venezolanos contra nuestros verdaderos enemigos. Y que genere entusiasmo de nuevo.

He estado explicando todo esto.  Por ejemplo en mi análisis sobre lo de Oslo (la primera versión en La Patilla):

https://www.aporrea.org/oposicion/a279316.html

Aquí le explico todo esto al Presidente Guaidó:

https://twitter.com/Sabiens/status/1138105277373460480

donde explico que la división de la cual tanto te quejas, tiene su explicación. No es una falacia, realmente. Sí que refleja competencia. Pero lo predice el juego que están jugando: es un equilibrio de Nash, nada menos, en el juego del dilema del prisionero en que el Frente Amplio y Voluntad Popular los ha metido (porque son partido y coalición de gobierno, y tienen la máxima responsabilidad). Hay que cambiar el juego. Solo así puede cambiar el comportamiento de los jugadores.

No se puede atacar tus colegas periodistas porque señalen corruptelas en el gobierno de Guaidó. Aquí lo explic

https://erpgkm.awsve.com/2019/06/17/felipe-perez-marti-por-el-derecho-a-la-opinion-publica-y-el-periodismo-libre/

Ni a María Corina y los guerreros del teclado porque pida jugar de otra manera, e identifiquen la venida de Bachelet como una táctica dentro de la estrategia de cohabitación. Hay que pedirle a Guaidó que cambie la alianza y la estrategia. Y ganemos este juego, que es perfectamente ganable. Aquí está una propuesta al respecto, a ver qué tal:

 

https://drive.google.com/file/d/1-4FEZcfgZAiXaYKX-hV8j3whgXLvMOEC/view