Pesqueros chinos se dan fiesta en aguas de Latinoamérica

Pesqueros chinos se dan fiesta en aguas de Latinoamérica

Pescadores del este de China muestran sus primeras capturas de la temporada de invierno, el 20 de diciembre de 2018. (Foto: Zhou Haijun/AFP)

 

A finales de marzo de 2019 la Armada del Ecuador detectó 245 buques pesqueros chinos en su límite marítimo, cerca de las islas Galápagos. La situación encendió las alertas en el país, ya que esta no es la primera vez que sucede. Los pesqueros chinos aprovechan la poca vigilancia en la zona para arrasar con la fauna marina.

Por Gustavo Arias Retana en Revista Diálogo





Por ejemplo, en Ecuador ya habían detectado en el 2018 a unos 60 barcos chinos de pesca industrial en las cercanías de las Galápagos; en 2017 las autoridades detuvieron al carguero Fu Yuan Yu Leng 999 dentro de la reserva marina. El buque transportaba 300 toneladas de aletas de tiburón, tiburones martillo y tiburones sedosos. La tripulación fue sentenciada por delitos ambientales.

Otros países como Argentina, Colombia, Chile, México, Perú y Uruguay también sufren la voracidad de la pesca por empresas chinas en sus mares. Según Juan Carlos Sueiro, director de pesca de la ONG internacional Oceana, el problema crece en Latinoamérica y la reacción de las autoridades es débil.

“Estas naves chinas funcionan de la misma forma; rondan aguas internacionales cerca del límite del dominio marítimo de las naciones latinoamericanas”, dijo Sueiro a Diálogo. En casi todos los países son detectados ingresos ilegales de buques chinos. No es nuevo y se da a diario”.

Rodrigo García Píngaro, director de la Organización para la Conservación de Cetáceos, una ONG con sede en Uruguay, explica que a los buques chinos no les importa que la fauna se encuentre en peligro de extinción. Buscan grandes cardúmenes; se especializan en desgastar especies que cotizan altos precios en Asia por sus supuestos efectos medicinales. Entre las más golpeadas por la voracidad pesquera china están el calamar gigante, el bacalao, el atún, la merluza negra, el tiburón y la totoaba.

“Lo que le interesa a China son las especies que ya agotaron en otros mares; aquí existen stocks [reservas] de pesca valiosos aún”, comentó García a Diálogo. “Utilizan redes “fantasma” y pescan todo sin distinción, las especies que sean y que ojalá se paguen bien”. Las redes fantasma son redes que otros pescadores abandonaron o perdieron en alta mar.

Destrucción marina

El director ejecutivo de la Fundación Patagonia Natural, Guillermo Caille, dice que la situación de Latinoamérica forma parte de un ataque sistemático que realiza China en los mares del mundo, para sustentar el consumo de la nación asiática y la exportación.

Pescadores de Zhoushan, China, descargan su buque para poner a la venta su captura del día en el mercado de pescado de la ciudad, el 21 de septiembre de 2017. (Foto: Yao feng/AFP)
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en su informe: 2018 El Estado Mundial de la Pesca y la Acuicultura, dice que China es el principal productor y, desde 2002, también el mayor exportador de pescado y productos pesqueros.

Esta situación implica que para satisfacer sus necesidades la nación asiática no solo busque zonas ricas en recursos, sino que también ambiciona establecer bases logísticas como puertos, astilleros y plantas de procesadoras de pescado cerca de las zonas que desea explotar.

En Latinoamérica, por ejemplo, la empresa china ShanDong BaoMa pretende construir una zona franca con puerto, astillero y planta para procesamiento y congelado de pescado, en la región de Punta Yeguas, al oeste de Montevideo, Uruguay. La empresa espera iniciar las obras antes de que termine 2019.

“La principal razón por la que China busca desarrollar el puerto en Montevideo, es porque estas flotas están desprovistas de una base terrestre de pesca fuera de Asia. Dependen de las compañías extranjeras para la reparación de los barcos pesqueros, el aprovisionamiento y suministro, y la elaboración y preparación de sus capturas. Esto causa pérdidas de eficiencia y beneficios, lo que incrementa el coste de producción”, explica el informe Antecedentes del proyecto de inversión de Terminal China en Puerto de Montevideo 2016-2019, elaborado por la ONG Oceanosanos.

Apoyo estadounidense

Ante la amenaza china, los Estados Unidos apoyan a las autoridades latinoamericanas para evitar una mayor afectación del ecosistema. Por ejemplo, las marinas del Ecuador y los Estados Unidos realizaron en aguas del océano Pacífico, el 22 de noviembre de 2018, el ejercicio rápido PASSEX , enfocado en prevenir, desalentar y eliminar la pesca ilegal.

“Combatir la pesca no declarada y no reglamentada es una de las principales prioridades internacionales”, dijo a la prensa el Capitán de Fragata de la Marina de los EE. UU. Jamie Hopkins, comandante del USS Wayne E. Meyer, uno de los buques estadounidenses que participó en el ejercicio. “Es un problema global que cuesta a la industria pesquera mundial miles de millones de dólares al año”.

Sin embargo, la lucha no es simple. China diezma a las especies marinas y busca expandirse en tierra firme con puertos y procesadoras de pescado. Hacerle frente a las intenciones del país asiático necesita un compromiso regional que aumente la vigilancia y que evite que China termine con los recursos marinos de la región.