Leña por alimento, el trueque de “San Benito” para sobrevivir

 

Edmundo Carrasquero, habitante del barrio Rafael Urdaneta, camina un kilómetro y medio tres veces al día cargando más de 60 kilos de leña para poder comer. Por esta ocupación dejó su oficio como albañil, que ya no le permitía mantener a su familia.





Por Mariela Nava / Crónica Uno

Maracaibo. Armado con hacha, machete y una carretilla prestada, Edmundo Carrasquero, de 58 años de edad, emprende su faena diaria cuando el sol aún no despierta a los demás habitantes del barrio Rafael Urdaneta, ubicado al oeste de Maracaibo.

Camina durante una hora para llegar hasta un lugar que define como “un bosque cerrado y peligroso”. Ahí selecciona y corta leña para luego traerla al barrio y cambiarla por alimento entre sus vecinos. Así se gana la vida.

San Benito, como es conocido en la zona por su color de piel, aprovecha la escasez de gas para ganarse el pan de cada día. Sin embargo, para él, este nuevo oficio es la única alternativa desde que la crisis lo dejó sin trabajo.

Yo levanté a mis hijos a punta de albañilería. Antes, cuando no había tanto problema, ser albañil era bueno porque uno tenía para comer y había de todo, ahora no. Hace cinco meses que estoy parado con eso, entonces tuve que buscar que hacer, porque mis hijos me ayudan, pero igual no alcanza”.

Edmundo vive solo con su madre, Ana, una mujer con artritis que ya le ha incapacitado su pierna izquierda, por lo que caminar, para ella, es casi imposible. Ella se encarga de prender el fogón y cocinar para los dos lo que él trae de los trueques.

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