Pimpineros, lejos de los estados fronterizos en los que han practicado este negocio durante años, ahora se han hecho visibles en el centro-occidente de Venezuela.
La escasez de gasolina y las kilométricas colas por acceder a las pocas estaciones de servicios que operan con mediana regularidad en Valencia y Maracay ha hecho crecer esta práctica ilegal, dolarizada en la actualidad.
“Entre 10 y 20 dólares cobran por pimpina. Al principio eran 20.000 bolívares, hace casi 2 meses, cuando empezó todo. Ya van por dólares”, cuenta Francisco*, quien ha recurrido a esta opción en un par de oportunidades.
El negocio de la venta ilegal de combustible empieza por la comisión que reciben militares y milicianos por permitir el llenado de tanques o pimpinas varias veces al día, de acuerdo a testimonios.
“Lo hacen a través de motos que cambian de tanque, matrícula y hasta motorizado varias veces al día. Hacen como si van a comprar un repuesto y pasan”, relata José Medina*.
Hay usuarios que prefieren otro tipo de estrategias para adelantarse en las filas. Ofrecer un paquete de harina pan o un kilo de arroz a los bomberos es la base de ellas, aunque en ocasiones genere conflictos con quienes esperan en colas por más de 4 horas.
“En la primera cola de hoy duramos 1 hora y media. Llegando a la estación se acabó la gasolina. En esta, tenemos 2 horas”, explica una joven en su vehículo pocos minutos antes de recibir la misma información en esa segunda estación.
De 914 estaciones de servicio en Aragua, la mitad se encuentra en un estatus fantasma. En el resto, que no funciona con completa normalidad, llegan las gandolas interdiario con 23.000 litros aproximadamente, que pueden agotarse entre 4 y 7 horas.
En un recorrido de LaPatilla.com por la capital del estado Aragua se pudo constatar parte de lo que viven los habitantes para surtir gasolina y cómo ello ha afectado sus días laborales.
María Figueroa* asegura que el problema de la gasolina es solo un reflejo de la crisis general que atraviesa Venezuela. “Es la situación país. No hay reservas, no hay nada”.
Para el señor Carlos*, quien se encarga de la atención al usuario en una de las estaciones principales de la Autopista Regional del Centro, es el bloqueo económico de EEUU lo que impide mantener estable el servicio.
Ambos consideran que Caracas sigue fuera de estos niveles de escasez para mantener en una burbuja a los más poderosos.
No creen que la situación tenga pronta solución. Asumen, en su mayoría, que mientras la dirección del país no de un vuelco, todo empeorará.