El parto sin papeles de una niña migrante venezolana violada

El parto sin papeles de una niña migrante venezolana violada

La refugiada venezolana MAC violada en Colombia (a la derecha junto a su bebé y su madre) Juan Pablo Bayona Fotografia MUNDO

 

 

 





Al teléfono, la voz de M.A.C. suena a niña. “Estoy un poco bien”. Habla corto y concreto, respuestas literales, nada de rodeos. Como los niños. Será que es una niña de 15 años, publica El Mundo.

Por RAFAEL J. ÁLVAREZ
Madrid

Ni es fácil hurgar en su historia ni queremos hacerlo con ella. Porque M.A.C. contrajo toxoplasmosis en 2016, quedó embarazada el abril pasado, no tuvo fármacos ni controles prenatales en Venezuela, entró ilegalmente con su familia en Colombia, fue violada por un hombre que la amenazó, no recibió atención integral del sistema de salud colombiano y hoy vive oculta mientras acaricia a su bebé de dos meses. Será que es madre con 15 años.

Se llama M.A.C. para Women’s Link Worldwide (WLW), la ONG que la defiende, y para el Tribunal Superior de Distrito, que decidió “no tutelar los derechos fundamentales a la salud, vida y dignidad” de la menor porque había sido atendida “oportunamente” en Urgencias.

Esta madre prematura encarna el desgarro de la migración forzosa, la maldad del machismo y el quejido eterno de los pobres en éxodo: sin papeles no hay atención médica.

“M.A.C. fue víctima de violencia sexual ya en Colombia y, pese al protocolo que obliga a atender integralmente estos casos, sólo recibió atención inicial, sin seguimiento físico y psicológico”. Lo clama la abogada de WLW Angélica Cocomá, que, al fin, trae una buena nueva: “Han detenido al agresor de M.A.C.”.

Hasta hace nueve meses, esta adulta antes de tiempo vivía en Venezuela con sus padres, artesanos de sandalias, pulseras… Pero la economía del país y de la familia fue menguando. Y todo empeoró. “A mi hija le diagnosticaron toxoplasmosis a los 12 años. Un parásito se alojó en su cerebro, perdió visión y peso y dejó de estudiar. Pero no recibió atención médica y los análisis eran muy caros. Ni pudimos hacer una resonancia”. Habla Scarlet, que recuerda aunque duela. “No había medicamentos. Un médico nos dijo que eligiéramos: o la niña pierde un año o la salud. La sacamos del colegio para el tratamiento, pero no pudimos”.

Para entonces, M.A.C. se había quedado embarazada en una relación consentida. Y así, con 17 semanas de gestación, M.A.C. y su familia estrenaron la que habría de ser la segunda desdicha de sus vidas. “El 27 de julio de 2018 pasamos a Colombia por un río. Unas personas nos alojaron. Pero el 2 de septiembre, mientras mi hija estaba sola en casa, un vecino la violó”. La familia denunció y tuvo que irse. “El violador nos amenazaba; tenía amigos en grupos armados”.

ACNUR ayudó a la familia. Y el 10 de septiembre la niña fue hospitalizada. “Presenta insomnio, episodios depresivos diarios, estrés post evento y vaginosis por hongos. Se se le ordena Clotrimazol, controles prenatales y valoración por toxoplasma”. La sentencia dice que, tras ese día, “M.A.C. no ha recibido servicios por parte del hospital, quien, dada la situación de la menor, sólo garantiza la atención por urgencia. Aun así, el hospital ha prestado los servicios de urgencia oportunamente y adoptado mecanismos para conjurar las infecciones”.

Para ser atendida había que afiliarse al sistema. Y eso implicaba tiempo… “Es desproporcionado pedir a una niña de 14 años enferma y embarazada que espere cinco meses”, sostiene WLW. “Nunca hicieron seguimiento del parásito, ni control prenatal, ni consultas. Nos decían que no teníamos derecho porque somos venezolanas. Sin papeles no atendían”, remata Scarlet.

La ONG buscó asistencia para la niña/madre, la ayudó a estudiar, presentó demandas y sacó a la familia de esa zona de Colombia.

Pero aquí no hay final feliz. “Mi hija sigue con problemas psicológicos, está decaída y no estudia. El parásito vuelve a atacarla y estamos esperando la inscripción en el Sistema de Salud. Pero seguimos teniendo miedo. Confiemos en Dios”.

Le pedimos a Scarlet permiso para hacerle una pregunta a M.A.C.

– ¿Qué quieres ser de mayor?

– Abogada para ayudar a que otras no sufran lo que yo he sufrido.