La detención de Hugo Carvajal allana el camino a las investigaciones sobre el chavismo

El exgeneral chavista Hugo Carvajal. (Foto FERNANDO LLANO / AP)

 

 

 





Hugo Carvajal Barrios, exjefe de la Dirección de Inteligencia Militar de Venezuela, permanecerá en prisión provisional por dictamen de la justicia española después de ser detenido el viernes en Madrid por una petición de extradición de Estados Unidos que investiga su presunta vinculación con el tráfico de drogas y financiamiento de la antigua guerrilla de las FARC, publica El País.

Por Maolis Castro

El detenido, apodado El Pollo, es una figura clave en las averiguaciones sobre mafias en Venezuela. Esta es su segunda detención. En julio de 2014, la policía de Aruba encarceló al mayor general retirado del Ejército por una solicitud de Washington. Fue un arresto corto, apenas unos días después de ser capturado fue liberado porque el Reino de los Países Bajos reconoció que tenía inmunidad diplomática por ser cónsul en ese momento de Aruba. Nicolás Maduro recibió al exmilitar con honores en Caracas y hasta lo tildó como “héroe”.

Pero Carvajal, de 59 años, ya no es un ídolo para el chavismo. Maduro lo acusó de traidor por reconocer a Juan Guaidó, jefe del Parlamento, como presidente interino de Venezuela, en febrero. Aunque nunca recibió el espaldarazo de la oposición, Guaidó solo mencionó al desertor este sábado para decir que está en “proceso de colaboración” ante la justicia internacional.

Antes de su ruptura con el régimen, Carvajal se había desempeñado como jefe de la Dirección de Inteligencia Militar (2004-2011) y otros altos cargos relacionados con la seguridad del Estado venezolano. El ascenso al poder se debió a su amistad con Hugo Chávez, a quien apoyó en el intento de golpe de Estado del 4 de febrero de 1992, en un principio. Como diputado oficialista en la Asamblea Nacional –controlada por la oposición– negó cualquier acusación. “No confío en la justicia de Estados Unidos”, dijo en el Palacio Legislativo, en Caracas, en 2016.

Pero las rencillas no se reducen a discrepancias políticas. Su arresto disparó la tensión en el oficialismo por la posibilidad de que se convierta en un informante en las investigaciones que Estados Unidos adelanta contra varios funcionarios chavistas por presunto tráfico de drogas. “Sujetos como Carvajal no hacen movimientos ingenuos, sino que conocen el terreno donde desenvolverse. Es un personaje que, además, se sabe manejar, enmascarar y hasta crear fachadas, maniobras y matrices de opinión a su favor. Él dirigió organizaciones de inteligencia y contrainteligencia, así que su formación le permite sacar provecho a las circunstancias. Su captura, además, representa un mensaje claro para los funcionarios que estén involucrados en delitos, incluyendo los militares, y es que serán alcanzados por la justicia tarde o temprano”, opina el abogado Alejandro Rebolledo, experto en prevención de legitimación de capitales.

Carvajal asomó su disposición a colaborar con autoridades extranjeras hace ocho días a través de una serie de mensajes en Twitter. “Nada hago publicando las redes de narcotráfico del alto gobierno cuando dicha información debe estar, exclusivamente, en manos de órganos capaces de investigarlo. Nada hago publicando a los testaferros de los dirigentes del PSUV y sus activos en el extranjero cuando dicha información debe estar en manos de agencias que investiguen la legitimación de capitales en EE. UU, Europa, Líbano, Dubai y Hong Kong”, explicó. Sus mensajes denuncian la existencia de mafias, testaferros de dirigentes del PSUV, el robo de “inmensos patrimonios” y la presencia de grupos terroristas en el país.

El exfuncionario estuvo refugiado más de un mes en la casa de su familia en Madrid. Sus redes sociales se convirtieron en un confesionario desde que se divorció de Maduro. “No dormí anoche pensando que tenía que quitarle los soles al uniforme que iba a usar hoy”, escribió el 3 de abril.

Carvajal es relacionado con una organización criminal denominada el “Cartel de los Soles” que, supuestamente, está conformada por militares venezolanos, aunque otras fuentes vinculadas al sector seguridad aseguran que se trata de un grupo informal dedicado al tráfico de drogas. Gran parte de las pruebas que incriminan al exjefe de inteligencia se hallaron en el computador de Raúl Reyes, líder de las FARC, y otras informaciones aportadas por antiguos aliados del chavismo.

Para Ismael García, un diputado opositor en el exilio, el arresto del exmilitar supone un duro “golpe” contra Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente y segundo al mando del Partido Socialista Unido de Venezuela. El número dos del chavismo demandó a varios diarios por publicar artículos que lo relacionan con el narcotráfico, pero su defensa no prosperó en el exterior, donde perdió un juicio contra el periódico The Wall Street Journal. En el radar de las fiscalías estadounidenses se encuentran Tareck El Aissaimi, vicepresidente de Economía, y Néstor Reverol, ministro de Relaciones Interiores y Justicia, por su posible proximidad con el narcotráfico.

Los socialistas acusan a la Casa Blanca de emprender un implacable ataque en su contra, aunque la polémica alcanza a la cima del gobierno de Venezuela. En diciembre de 2017, una corte federal de Nueva York condenó a 18 años de prisión a dos sobrinos de Maduro y su esposa, Cilia Flores, por conspirar en el ingreso de cocaína a Estados Unidos.

Los supuestos nexos con organizaciones criminales son un punto sensible para el chavismo. El senador estadounidense Marco Rubio aplaude la posible extradición de Carvajal. “Él pronto estará viniendo a Estados Unidos para suministrar información sobre el régimen de Maduro”, afirmó.

De momento, el exmilitar insiste en su inocencia y se niega a ser entregado a las autoridades norteamericanas, según Europa Press. De ahí que el proceso de extradición pudiera demorar hasta obtener una decisión, aunque su presidio pudiera pesar como un motivo de preocupación para varios altos cargos del régimen.