El 2018 se va siendo el peor año que la historia contemporánea de Venezuela pueda recordar. Un año donde el Balance general es de fracasos e incertidumbre. Un año en el que se continuó exacerbando los males del país,la dupla escasez-hiperinflación somete a los habitantes de la nación,continuaron siendo noticias la estruendosa corrupción del gobierno dentro y fuera de nuestras fronteras, los delitos de toda índole mantuvieron su trágico auge, la diáspora alcanza alrededor de 5 millones de nacionales que huyen del castrismo venezolano, la violación vulgar y flagrante de Derechos humanos,el régimen ya la práctica hasta sin cuidar las formas, éstas y más fueron las principales noticias de este dramático año.
El gobierno ha dejado en claro que no tiene nada más qué hacer ni qué ofrecer, tras cada anuncio económico la crisis empeora cada vez más a prisa, sus fracasos han sido en todos los terrenos, incluso, en las mal intencionadas “políticas sociales” donde intentó manipular al pueblo a través de necesidades que él mismo crea y empeora, pero el pueblo no concedió favores electorales a quién desmejora su calidad de vida, la abstención y la inapetencia en las farsas electorales de este año mostraron al mundo el rechazo, el repudio contra un régimen que solo ha sabido empeorar lo que venía mal y crearon flagelos muchos peores.
El 2018 se nos va dejándonos un profundo sinsabor, pero no todo fue pérdida, los esfuerzos, los sacrificios, las penurias de un pueblo con resistencia estoica brindó sus frutos. Sus no pocas protestas a lo largo y ancho del territorio. Su no participación en los “simulacros” presidencial y municipales sirvieron para demostrarle a la observación internacional que los venezolanos estamos hartos de un régimen y sus instituciones rojas rojitas, sirvió para que el mundo democrático fijara acciones y aportasen decididamente su grano de arena en esta batalla de una inmensa mayoría sin armas, pero con razón, contra una minoría sin razón, pero que utiliza la violencia institucionalizada para preservar un poder que desde hace tiempo no les pertenece.
El 2019 se avizora, con toda certeza, como un año de cambios radicales en el país. La calle clama por liderazgos coherentes y valientes, que inrumpan sin vacilaciones y con determinación,sin el espejismo conveniente para algunos de fracasados diálogos y negociaciones. Desde la Asamblea Nacional se puede encender una luz de esperanza si se coloca el Parlamento y sus actuaciones a la altura del momento histórico que todo el país reclama. Llegó la hora de aprender de los errores,los cuales nos dejan lecciones a todos,y estamos obligados a darle lectura correcta a las legítimas aspiraciones ciudadanas de un pueblo. A luchar con decidida fuerza y,romper con esquemas agotados y repetidos. Hora de encaminar esfuerzos de todos quienes tenemos claro cual es el objetivo superior,el cual no puede ser otro que Venezuela,lo cual pasa inevitablemente por la salida del Régimen de Maduro lo antes posible.
Los venezolanos encontramos en este 2018 que finaliza un valor incuantificable, nos dimos cuenta que la inmensa mayoría del país está unido en su propósito de Cambio,y que eso será posible en la medida que tengamos una coherente dirección política, dispuesta a irrumpir sin vacilaciones y con determinación ante el Régimen que tiene secuestrado a nuestra nación. Aprendimos que las diferencias entre los Venezolanos son ínfimas en comparación a todo los que nos une y deseamos. Aprendimos que debemos sobreponer al interés de los partidos, de cualquier otro interés sectorial, el valor más altivo, el amor a la patria. Aprendimos que solamente invistiendo la venezolanidad podremos devolverle la alegría a Venezuela, ser nuevamente ese país receptáculo de inmigrantes, de inversiones, de un gentilicio bienvenido en cualquier otra nación.
El 2019 se avizora como la ruptura definitiva de una era oscura, será el renacer de una nación que solamente aguarda por una firme conducción, con hombres y mujeres capaces de hacer un gran equipo, una conducción que se apoye en el talento y esfuerzo de los venezolanos. En el 2019 Venezuela le dará por fin la bienvenida al Siglo XXI, volverán nuestras tradiciones, nuestras alegrías, retornarán quienes se vieron obligados a irse, llegarán cargados de experiencias y conocimientos que utilizarán en la reconstrucción del país que anhelamos, en el que todos cabemos y todos somos útiles.
El 2019 debe ser el año de la libertad!!!.
Digámoslo con fuerza, optimismo y entusiasmo, porque así será.
Bienvenido 2019!!!.