Venezuela en el Consejo de Seguridad, por Luis Manuel Aguana

Venezuela en el Consejo de Seguridad, por Luis Manuel Aguana

Ustedes dirán que no es muy elegante estar permanentemente referenciándome, citando cosas que ya he escrito en relación a los temas que nos atañen, ni estar diciendo “te lo dije” cuando nos pasa algo, pero creo que en nuestro caso se hace necesario en virtud de la extraordinaria capacidad que tenemos los venezolanos de olvidar las cosas. Hace 4 años me preguntaba porque el caso venezolano no había llegado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, existiendo los mecanismos para que la sociedad civil se expresara en ese foro mundial, más aun cuando esos procedimientos habían sido la creación de un venezolano (ver La Formula Arria o cuando en la casa del herrero los cuchillos son de palo).

Pero mientras el mundo sigue girando la oposición política venezolana se mira el ombligo. El caso venezolano profundizó su deterioro y sin la intervención opositora venezolana en las instancias correctas, el problema escaló al punto de gravedad extrema que conocemos hoy. Y tuvo que ser por iniciativa de los Estados Unidos en su Presidencia rotativa del Consejo de Seguridad, que se discutirá –¡por fin!- la gravedad de la crisis venezolana en el contexto de la llamada Formula Arria en las Naciones Unidas el próximo lunes 10 de septiembre de 2018 (ver memorando de convocatoria en inglés: “Arria-Formula Meeting of Security Council: Venezuela as case Study of Corruption, Peace, and Security”, Reunión de la Fórmula Arria del Consejo de Seguridad: Venezuela como un caso de estudio de Corrupción, Paz y Seguridad”).

En ese memorando se indica que bajo la Formula Arria se discutirá la corrupción del régimen de Nicolás Maduro y su involucramiento en actividades ilícitas como el narcotráfico, lo que afecta la seguridad del Hemisferio Occidental: “De continuar estas actividades depredadoras Venezuela permanecerá en riesgo de mayor violencia, y continuara deteriorando la estabilidad de la región por los millones de personas que escapan a través de sus fronteras” (traducción libre).





De acuerdo al protocolo de las reuniones de la Formula Arria, participantes de la sociedad civil, Estados miembros y prensa escucharan las intervenciones de los ponentes del tema seguidas por las intervenciones de miembros del Consejo de Seguridad. Es y a la vez no es una reunión formal del Consejo de Seguridad. Los ponentes principales serán Mercedes de Freitas, Directora Ejecutiva de Transparencia Venezuela y Marshall Billingslea, Asistente al Secretario para el Financiamiento del Terrorismo, del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.

Al escuchar las intervenciones fundamentadas de organizaciones y personalidades que tienen que ver con el problema, el Consejo de Seguridad tendrá entonces una perspectiva muy precisa de la situación para tomar decisiones. Esperamos allí la intervención del Dr. Diego Arria, ex Presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, como uno de los mejores conocedores de la situación venezolana, y creador de la Fórmula que lleva su nombre, quien por su doble condición de venezolano insigne y profundo conocedor de esos canales diplomáticos, por haber manejado situaciones similares en otros países en el seno de ese mismo Consejo de Seguridad, se constituirá en ese momento y a favor de su propio país, como el mejor y más calificado representante para exponer nuestra tragedia ante esa importante instancia, a fin de que los países con mayor poderío del mundo tomen una decisión acerca de qué hacer con Venezuela. Si hay alguien puede expresar a las potencias del mundo la magnitud de nuestra crisis y sus implicaciones en la seguridad del continente, ese es el Embajador y Estadista Diego Arria.

A partir de allí se tomaran decisiones sin nosotros. En esa reunión de la Formula Arria se escuchará acerca de la necesidad de actuar a la brevedad posible para evitar males mayores a la región, pero en la decisión final no estaremos los venezolanos. Sin embargo podríamos estar, no en las decisiones del Consejo de Seguridad, sino como actores principales en la decisión que finalmente se tome, en la forma de un Gobierno que represente oficial y constitucionalmente a los venezolanos desde el exilio. Sin embargo ese gobierno no existe porque quienes tienen la responsabilidad de que se materialice, simplemente dejaron por omisión esa decisión en manos de las circunstancias, permitiendo indirectamente que Venezuela se profundice como un riesgo de seguridad para el mundo, al seguir tolerando a unos delincuentes manejando al país.

Pues el mundo no funciona a la velocidad de las decisiones de los venezolanos. Las decisiones en relación a nuestro problema y al problema que estamos causando en el hemisferio las tomaran otros con o sin nosotros. Por un lado los jefes de los partidos en la Asamblea Nacional creen que el mundo se detendrá a que ellos hagan sus primarias opositoras el año que viene para “elegir” quien de los bates quebrados de los partidos conducirá la oposición oficialista de la MUD/Frente Amplio, mientras el TSJ en el exilio sigue paralizado defendiéndose de los ataques inclementes desde todas partes del mundo, porque Capriles apareció en una lista de corruptos en la sentencia de Maduro. Mayor imbecilidad imposible.

Y yo me pregunto: ¿así será de grande la olla de la corrupción opositora para que todo el mundo la haya emprendido en contra del TSJ legítimo y no se tome ni una decisión que favorezca al pobre pueblo de Venezuela? ¿Será posible que detrás de esos ataques al TSJ legitimo se esconda el pánico a que se descubra quienes encubren al régimen de Maduro desde la oposición oficialista, y el ovillo de ese hilo sea esa investigación que ordena el TSJ legítimo al Ministerio Público para Henrique Capriles, en la sentencia de Maduro? Esa es la triste realidad de los venezolanos mientras todos nos morimos de hambre y mengua al no poder comprar los alimentos y medicinas que necesitamos por una hiperinflación asesina que escala minuto a minuto, con un régimen que no se detiene en la destrucción del país.

De allí que si existe o no un Gobierno de Emergencia Nacional en el exilio pronto dejara de ser una diferencia a medida que los acontecimientos se desarrollen fuera de nuestro control y a una velocidad inusitada, sin la intervención de nadie a quien se pueda llamar desde la Comunidad Internacional a la hora de la verdad, para que represente los intereses legítimos de los venezolanos. A menos que existan venezolanos que nos representen de manera constitucional fuera del país, y que puedan meter las manos en todo eso que se desatará en las próximas semanas para ponerle orden al desastre que está ocasionando el régimen de Nicolás Maduro y sus sopotocientos ladrones en la región latinoamericana, las decisiones las tomarán sin nosotros esos señores que se sientan en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y el resto de la Comunidad Internacional doliente de nuestro problema. Entonces, que Dios nos agarre confesados y proteja a esta Tierra de Gracia…

Caracas, 8 de Septiembre de 2018

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