César Ramos Parra: Llegó la hora ¡Ni un paso atrás!

César Ramos Parra: Llegó la hora ¡Ni un paso atrás!

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Las definiciones finales en nuestro país están llegando a su término. No hay tiempo para cavilar ni postergar actitudes. Cada quien debe asumir postura definitiva entre: ceder este país a quienes lo han mal-conducido durante dieciocho años, o sacarlos definitivamente del poder para buscar nuevos y mejores horizontes a la patria y a nuestra juventud, que hoy entrega su vida en las calles de Venezuela.





Mi reflexión va dirigida a los tibios de corazón cuya actitud indiferente, convalida las actuaciones de quienes han defenestrado nuestro país. Quienes por comodidad, indiferencia o temor, han permanecido callados esperando a que “otros”, se expongan y hagan su trabajo para revertir esta situación, de la cual “saldré beneficiado”. El militar cómplice que mira para un lado cuando la bandera del usurpador se enarbola, vergonzosamente en cuarteles o en el pecho de oficiales traidores y permiten que masacren a quienes ejercen su derecho a la protesta; el estudiante que no suma su esfuerzo al resto de la juventud que arriesga la vida en la calle para recuperar la libertad; el empleado que prefiere pasar agazapado para no perder su miserable salario. Aquellos que en posición de liderazgo en algunas institución prefieren callar y no fijar posición ante los hechos que vienen ocurriendo para no comprometer su patrimonio político o personal, o el que simplemente, prefiere mantenerse en la comodidad de su hogar y sus actividades a la espera de que otros le defiendan sus conculcados derechos que si esta lucha se pierde, verán desaparecer. En fin…todos los que aún permanecen indiferentes!

Ya no puede haber marcha atrás. Los mecanismos constitucionales de: diálogo, negociación, referéndum, elecciones, fueron abortados por la camarilla gobernante. Sólo restan las situaciones de hecho, contempladas en el propio texto constitucional, previstos en el artículo 350: DESOBEDIENCIA CIVIL, PUEBLO EN LA CALLE SIN RETORNO HASTA HACER HUIR AL OPRESOR. No hay marcha atrás. El plebiscito convocado para el 16 es el llamado a la presencia masiva del pueblo en la calle, sin retorno, hasta lograr la libertad, a través de su libre decisión y fundamentalmente, su abrumadora presencia en la calle.

Las últimas manifestaciones escenificadas por el régimen en el recinto de la Asamblea Nacional o el pobre desfile militar, la desproporcionada utilización de la fuerza contra nuestros manifestantes indefensos, contrariamente a la fortaleza que desean transmitir, representan una gran manifestación de debilidad, tratando de atemorizar a un inmenso sector nacional que perdió el miedo y que ha tomado la firme e irrevocable decisión de recuperar la libertad, la Constitucionalidad y el Estado de Derecho.

Una vez más se demuestra, como señaló el Libertador, que “La violencia es el arma de los que no tienen razón”. En ese escenario nos encontramos: un pueblo sin armas que se enfrenta valientemente con la fuerza moral de la razón, en contra de un régimen armado, corrompido, desnaturalizado, dividido y acobardado que sabe que muy pronto deberá comparecer ante la justicia nacional e internacional a rendir cuenta por sus desafueros, por haber destruido el País más próspero, hermoso, con posibilidades extraordinarias de América Latina.
La desencadenante de esta tragedia está llegando a su fin. Dios nunca abandona a sus criaturas cuando éstas buscan la justicia y la paz. Ahora más que nunca: UNIDAD, FIRMEZA Y FE!

CÉSAR RAMOS PARRA
Profesor Universitario