El fin de la dictadura, por Roberto Enriquez

El fin de la dictadura, por Roberto Enriquez

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La dictadura está en su etapa final, pero me da la impresión de que “sin darnos cuenta” la ayudamos a quedarse más tiempo del debido. En la oposición venezolana tenemos muchos problemas; es verdad. En lugar de magnificarlos estimo que lo responsable es detectarlos e intentar corregirlos. Permítanme exponer a vuelo de pájaro algunos de los problemas que siento traban el funcionamiento eficaz de nuestra operación política.
1. A estas alturas del juego, me resulta increíble, que haya sectores o partidos que se nieguen o les cueste calificar al régimen de Maduro como dictadura. Ese no es un asunto baladí; de esa definición depende la estrategia a seguir y las posiciones a tomar. Este punto es tan importante que he allí la bifurcación en el camino entre quienes creen que hay que salir de este Gobierno de forma urgente pero constitucional; y quienes no ven ningún inconveniente en que Maduro llegue al 2018 o más.
2. Otro de los problemas ha sido el llamado G-4 o G-3 o como se les quiera llamar. La verdad es que siempre ha existido un equipo permanente encargado de ocuparse del día a día de la alianza opositora, pero siempre, las decisiones de mayor tenor habían sido debatidas y decididas en el pleno de la MUD. Lamentablemente eso no ha ocurrido y de allí tantas contradicciones públicas. Mi intención no es descalificar a nadie; muy por el contrario, sigo creyendo en la necesidad de un equipo permanente coordinado por el Secretario Ejecutivo de la MUD, pero eso no puede ni debe ser razón para excluir a sectores que se han roto el lomo en esta lucha. Puedo comprender que al haber una laguna reglamentaria se haya dificultado la consulta amplia; pero creo que es bueno acelerar la aplicación de un mecanismo que permita la incorporación de todos, tanto los miembros con derecho a voto como a voz. Es vital que todos participen y se sientan comprometidos con una agenda común.
3. La hipertrofia parlamentaria. Yo soy un admirador de mis compañeros diputados. La lucha que han dado es digna de reconocimiento. Les ha tocado ser el centro real o factico de conducción política de la alternancia. Pero me preocupa que esa hipertrofia parlamentaria termine por hacer invisible al resto de los movimientos sociopolíticos que está surgiendo en el país. Yo confieso que no entendí porque se abandonó la agenda de la desincorporación del cargo de Maduro en base al 233 de la Constitución Nacional, independientemente de lo que haga el Gobierno para desconocer ese procedimiento el impacto internacional iba a ser muy poderoso….Quizá todavía haya tiempo de retomar el rumbo.
4. La eterna precipitación de algunos compañeros, el llamado juego adelantado en momentos tan delicados para la definición de una estrategia. Convocatorias a marchas. Anuncios de planes….y otra vez: los demás se enteran por televisión. Así no se puede vale!

Este esbozo de algunos problemas de la Unidad los planteo porque sigo creyendo que a la Mud hay que fortalecerla y no destruirla. Por nuestra parte estamos a la orden para colaborar. Somos muchos los perseguidos por este régimen. Leopoldo López nos debe doler a todos, no de la boca para fuera. Antonio Ledezma también y así todos los presos políticos. Lo mismo ocurre con los exilados políticos y con los partidos políticos intervenidos como Copei. Cuando la solidaridad se subordina a la conveniencia perdemos nuestra condición humana.

El fin de la dictadura es inevitable; puede dar la impresión de que han ganado una bocanada de aire; pero este régimen ya está en sus estertores finales, independientemente de nuestros errores y aciertos. Ma